Capítulo 1: El poema de los ojos de miel.

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El zumbido de los ventiladores del aula era lo único que rompía el silencio. Me recargué en el respaldo de mi silla, tamborileando con los dedos sobre mi libreta, mientras el profesor Taehyung se movía entre los escritorios con una calma irritante. Había pasado los últimos veinte minutos hablando sobre teorías químicas que, para ser honesto, no podían importarme menos en ese momento.

Me estaba quedando dormido, y ya sabes, cuando estás al borde de la desesperación, intentas cualquier cosa para mantenerte despierto. Saqué mi libreta y decidí que escribiría un poema, como tantas otras veces. El problema era... ¿en qué inspirarme? Todo me parecía aburrido y monótono, hasta que lo vi de nuevo.

Taehyung.

El hombre caminaba hacia la pizarra, con su traje perfectamente ajustado, ese cabello rubio cayendo sobre su frente, y unos ojos que... bueno, no sé cómo describirlo, pero había algo en ellos que me atrapaba.

—Si te hablo a ti, lector, y antes de que empieces a pensar que estoy loco, solo quiero aclarar que no, no estoy obsesionado... aún—.

Mientras mis ojos seguían sus movimientos, empecé a escribir, describiendo lo primero que me vino a la mente:

Llevas el café en tus ojos, el ángulo perfecto de tu nariz que entre ella me deslizo, inmerso en mis pensamientos. Así como la calma y tranquilidad que transmiten tus ojos, como las rojizas líneas debajo de estos que revelan melancolía...

No pude evitar sonreír mientras seguía escribiendo, inventando metáforas ridículas para alguien que, por lo que sé, ni siquiera había notado mi existencia más allá de ser "un estudiante más". Pero, ¿sabes lo peor? Esa maldita sonrisa suya. La había notado cada vez que corregía los exámenes, como si tuviera un secreto que solo él conociera.

Me perdí tanto en mi escritura que casi no noté cuando Taehyung se acercó a mi mesa, inclinándose para ver lo que estaba haciendo.

—Jungkook, ¿escribes poesía en mi clase?

Su voz era profunda, pero había algo juguetón en su tono. Me sobresalté, cerrando la libreta con rapidez, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas.

—S-solo estaba anotando algo, profesor...

Él arqueó una ceja, claramente divertido. Se cruzó de brazos, y durante un segundo, pensé que estaba a punto de quitarme la libreta para leer lo que había escrito. Pero en lugar de eso, simplemente sonrió.

—Espero que no estés escribiendo nada inapropiado —dijo en un susurro, su voz cargada de una insinuación que me hizo sentir un escalofrío recorrerme.

—No, no, para nada —me apresuré a decir, aunque mi mente ya estaba volando hacia lugares que no debía.

Taehyung no dijo nada más. Se giró, continuando su recorrido por el aula, pero no pude evitar sentir que había algo más en esa sonrisa, como si supiera exactamente lo que estaba pasando por mi cabeza. Y en ese momento, lo admito, el aburrimiento había desaparecido por completo.

Esa noche, cuando llegué a casa, no pude evitar seguir pensando en lo que había sucedido. No es como si fuera la primera vez que lo observaba durante las clases, pero esta vez había sido diferente. Esta vez, él me había notado. Había sentido su presencia tan cerca que podía haber contado las pestañas que adornaban esos ojos color miel.

—Y sí, lector, ya sé lo que estás pensando. "Jungkook, esto es una locura". Lo sé, pero también sabes que es cierto. Algo está pasando aquí—.

Antes de dormir, abrí mi libreta de nuevo, anotando un par de frases más, como si eso pudiera ayudarme a entender lo que sentía.

"Nota de la Química J.J.K.

Nota 1: Taehyung tiene un perfume tan suave que lo sentí al pasar por mi lado. Es ridículo cómo algo tan simple puede volverse una obsesión en mi mente. Pero ahí está... esa sonrisa, esos ojos. Hay algo en nuestra 'química' que empieza a preocuparme. Quizás solo estoy exagerando. O tal vez...

¿Y si no?"

Cerré la libreta con un suspiro. Algo estaba cambiando, pero lo que no sabía en ese momento, era cuán lejos nos llevaría esa 'química'.

Chemistry with kim?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora