Química con el señor Kim.Desperté con el maldito sonido de la alarma retumbando en mis oídos. Me estiré, pero... ¿qué rayos? Un dolor extraño en la espalda baja me hizo detenerme de golpe. ¿Por qué me duele aquí, pequeño científico?, pensé, aunque ya sabía que jamás me responderías. Todo mi cuerpo protestaba en cada movimiento. Sentía cada músculo adolorido, como si hubiera corrido una maratón... o como si alguien me hubiera lanzado desde un edificio.
Intenté ponerme de pie, tambaleándome hasta el baño. El agua caliente ayudaba a relajar mis músculos, pero el malestar persistía, anclado en cada fibra de mi cuerpo. Al ver mi reflejo en el espejo, fragmentos de la noche anterior comenzaron a resurgir, como un puzle que no quería completar. Cerré los ojos, dejando que el agua cayera sobre mi cara. Imágenes difusas de Taehyung aparecieron: sus manos en mi piel, susurros entrecortados, la presión de su cuerpo contra el mío. ¿Fue real? ¿O sólo fue un sueño...?
Salí del baño, envuelto en una toalla, y me vestí lentamente, cuidando cada movimiento. Mi teléfono vibró en la mesita; era Jimin. La llamada me sacó de mi trance.
—¡Kook! ¿Qué haces, dormilón? —rió—. Nos vemos en la escuela en diez, ¿verdad?
Intenté sonar casual, pero mi voz era un reflejo de la confusión que me retumbaba en el pecho.
—Sí, ya voy... —respondí, aunque estaba más perdido que nunca.
—¿Estás bien? Suenas como si hubieras pasado la noche en una pelea —bromeó.
—Sí, solo me duele todo el cuerpo —reí, intentando restarle importancia.
—¿No habrás tenido una noche salvaje y olvidaste invitarme? —su risa resonó en mi oído, y aunque era una broma, hizo que los recuerdos reprimidos se intensificaran en mi mente.
Corté la llamada rápidamente. Al volverme hacia mi libreta, la abrí en la última página usada, encontrando una frase escrita con esa letra pulcra y elegante que solo podía ser de él:
"Las mejores reacciones son aquellas que no podemos controlar. Espero que esta noche te haya dejado un sabor dulce."
— T.Mi corazón comenzó a latir más fuerte al leerlo. ¿Esto fue real? ¿Taehyung realmente estuvo aquí? Cerré la libreta de golpe, sintiendo un frío recorrer mi cuerpo. Era como si su presencia aún estuviera en la habitación, como si cada palabra en esa página me susurrara lo que había ocurrido.
Perdido en mis pensamientos, apenas escuché cuando Jimin volvió a escribir, pidiéndome una excusa para faltar. Después de esto, no podría mirarlo a la cara. Envié el mensaje, sabiendo que no soportaría ver a Taehyung en clase hoy. Su nombre resonaba en mi mente, y con cada repetición sentía cómo el "fuego" de esa noche seguía consumiéndome.
Mientras miraba la pantalla de mi celular, donde los mensajes de Jimin seguían llegando, me quedé pensando en qué excusa podría dar para no ir a clases. No iba a poder verlo hoy, no después de esa nota y... todo lo demás.
"¿Entonces qué pasa? Kook, dime la verdad, ¿te duele o no tanto?" escribió Jimin, seguido de varios emojis de risa. Podía imaginar su cara de curiosidad y, por supuesto, su incredulidad al escuchar mi respuesta.
Suspiré. Bien, ya era tarde para inventar algo. Mis dedos comenzaron a moverse rápidamente por la pantalla.
"Dile al profe que... que tengo fiebre o algo. No sé, sé creativo. Pero di que no voy."
El mensaje salió antes de que pudiera arrepentirme, y, por suerte, Jimin era el mejor para las excusas. Me llegó su respuesta inmediata: "Entendido, soldado. Te cubro las espaldas, pero luego me debes los detalles, eh."
No pude evitar reírme ante su comentario. Cerré los ojos por un segundo, tratando de bloquear los recuerdos que regresaron a mi cabeza y que no ayudaban para nada en este momento. Sin embargo, el simple hecho de que Jimin cubriera mi ausencia me dio algo de alivio. No tendría que enfrentarme a esa clase de química ni a esos ojos miel por hoy. Hoy no, pequeño científico.
Perspectiva de Taehyung
La clase de química comenzaba. Acomodé mis libros en el escritorio, repasando la lista. No había dejado de pensar en Jungkook desde la noche anterior. En cada paso que daba hacia el aula, el recuerdo de su piel se hacía más vivo. Me pregunté si acaso esa noche había sido demasiado, si el riesgo que tomé al dejarle esa nota había sido un error. ¿Y si Jungkook me odiaba por haber cruzado esa línea?
El aula comenzó a llenarse poco a poco con el sonido de sillas arrastrándose y estudiantes acomodándose, mientras intentaba mantener la compostura. Pero lo que realmente estaba esperando era ver esa sonrisa tímida y esos ojos, siempre desafiantes y curiosos.
Solo que, hoy... Jungkook no estaba. Pasé lista, llamando uno a uno, hasta que el número de Jungkook quedó sin respuesta. Una pequeña punzada me recorrió el pecho.
—Jimin, ¿dónde está Jungkook? —pregunté con una expresión cuidadosamente indiferente, mientras mis manos seguían hojeando el cuaderno de asistencia como si no me importara la respuesta.
Jimin se aclaró la garganta y terminó una cara de preocupación bastante convincente.
—Ah... Jungkook se despertó con fiebre, profesor. Dice que está en cama y que no puede ni levantarse... ya sabe, fiebre terrible. —Jimin se llevó una mano a la frente, dramatizando tanto que algunos estudiantes comenzaron a reír.
Le lancé una mirada entre divertida e irritada, pero por dentro... no podía evitar sentir una punzada de duda. ¿Era cierto? ¿Jungkook estaba enfermo? ¿O acaso estaba... evitándome? Por un segundo, un pensamiento incómodo pasó por mi mente. ¿Acaso lo que ocurrió anoche había sido demasiado, como una reacción que ha excedido su punto de equilibrio?
Me obligué a enfocarme en la clase, a no dejar que mi mente divagara demasiado. La ausencia de Jungkook era algo que... cambiaba todo. Era como si faltara una molécula clave en esta mezcla de emociones, algo que hacía que mi corazón latiera más rápido y me recordara, constantemente, que lo que sentía por él estaba muy lejos de ser solo profesional.
Mientras explicaba una reacción de neutralización en la pizarra, sentí que mis pensamientos volvían a él. La forma en que su cuerpo se tensó cuando nuestras miradas se cruzaron la noche anterior, la manera en que sus labios temblaban con una mezcla de nerviosismo y expectación... Todo estaba grabado en mi mente, como si fuera una reacción irreversible que no podía simplemente borrar.
En algún momento, Jimin levantó la mano y lanzó una pregunta que, sinceramente, no escuché del todo.
—Perdón, ¿puedes repetir? —respondí, tratando de sonar calmado, aunque sabía que mi distracción era evidente. Algunos estudiantes intercambiaron miradas curiosas, y Jimin soltó una risa leve, como si supiera exactamente en qué estaba pensando.
Terminamos la clase con una actividad grupal, y mientras los estudiantes murmuraban entre ellos y completaban sus tareas, mis pensamientos regresaron a Jungkook una y otra vez. Me preguntaba si él también sentiría esta especie de combustión interna, o si, como una reacción endotérmica, todo esto solo estaba absorbiendo mi energía, mi concentración, dejándome vacío.
Al final de la clase, miré el aula vacía, y el silencio se sintió abrumador. Era como si el espacio mismo hubiera cambiado en su ausencia. Suspiré, apoyando una mano en el borde del escritorio.
—Este juego químico está empezando a descontrolarse —murmuré para mí mismo, sin darme cuenta de que estaba hablando en voz alta.
La verdad era que había algo más en juego aquí, algo fuera de mi control. Mientras ordenaba mis cosas, la última nota que le dejé en su libreta volvió a mi mente. Ese mensaje, tan directo y ambiguo a la vez... Sabía que Jungkook lo entendería a su manera, pero también que, a partir de ahora, este juego de reacciones cruzadas no sería tan sencillo.
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Chemistry with kim?
FanficLibreta de Jeon: La combinación de dos elementos puede causar que se neutralicen, pero, si viertes un poco más de lo necesitado, la operación puede resultar explosiva. ¿Y si los elementos son Jeon y el maestro Kim? ¿Cómo será combinarlos con un po...