OCHO

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OCHO

―¿Un exnovio?― preguntó Sebastian cuando estuvieron en el auto dirigiéndose a casa.

―No tiene importancia― Dante respondió con la voz apagada y a punto de quedarse dormido, entre el hambre y el cansancio su cuerpo estaba en el límite y no tenía energía para hablar de Elías o de cualquier otra cosa en ese momento.

―Parece que a él sí que le importa, se presentó como tu exnovio, a mí no se me ocurriría hacer una cosa como esa― expuso con un tono ofendido el Alpha mientras aceleraba por las calles casi vacías gracias a las restricciones en el tráfico debido a la explosión.

―Qué gracioso― sonrió Dante sintiéndose divertido ―Si alguien te escuchara podría malinterpretarte.

―¿Malinterpretarme? ¿Por qué? ¿Sobre qué?

―Sobre nada― el Omega se echó a reír con ganas, en las últimas veinticuatro horas todo fue sombrío y trágico en su vida, la pataleta de Sebastian le resultó tan divertida que se dio el derecho de disfrutarla.

El Alpha aprovechó la luz roja del semáforo para ver el rostro sonriente de Dante, resultó que al reír sus mejillas dibujaban dos hoyuelos que le dan un aire dulce e inocente. Se sintió tentado a acariciarle las mejillas y tirar de ellas, sin embargo, el semáforo cambió a verde y tuvo que dejar de lado sus intenciones, aunque el cosquilleo en su mano no desapareció de inmediato.

―¿Cómo va el contrato? ¿Cuándo lo firmaremos?― preguntó Dante rompiendo el silencio que se había formado entre ellos.

―Está listo, el abogado lo llevó ayer por la noche, pero, no quise molestarte con ese asunto mientras trabajabas, podrás verlo hoy y si hay algo que no te parezca lo cambiaremos.

―Bien― Dante emitió un suspiro pesado y con la mirada perdida en los edificios difuminados por la velocidad añadió: ―Me gustaría ver a la madre antes de mi ciclo, déjame descansar unas horas y si ella lo acepta, podríamos encontrarnos esta noche.

―¿Por qué la prisa? Después del ciclo podemos hacer las cosas con calma.

―No hay tiempo Sebastian, ella necesita estabilidad y es posible que esté inquieta porque no ha conocido a la persona que criará a su hijo. El embarazo es una etapa delicada en la vida de cualquier persona capaz de gestar, además de cuidar su salud es importante cuidar sus emociones, brindarle apoyo y contención― explicó con seriedad el Omega ―dicho de otra forma, quiero que pueda confiar en que haré un buen trabajo y cuidaré de su bebé y de ella.

―¿Cuidar de ella? ¿A qué te refieres? Tengo un equipo médico para monitorearla, está en excelentes manos.

―Y no lo dudo, pero, Sebastian, ella no tiene familia que pueda acompañarla en toda esta locura... Está sola.

―¿Y?

―Necesitará una mano que sostenga la suya cuando tenga miedo, cuando crea que no lo va a lograr, cuando el bebé comience a bailar en su vientre y cuando el tiempo del parto se acerque...

―Puedo contratar a alguien que haga eso, no necesitas involucrarte tanto.

―Ya que confiará en mí para criar de su hijo, le debo estar en cada paso de su embarazo, acompañarla a cruzar esta tormenta y alejar la soledad de ella― Dante suspiró pensando en su vida y cuán difícil hubiese sido sin Brian y su constante apoyo ―Una mano amiga siempre cae bien.

Sebastian se rascó la cabeza como si intentase comprender las palabras de Dante pero sin llegar a hacerlo, toda explicación sobre los sentimientos de alguna forma tenía sentido, aunque, para él carecía de verdadera importancia. Su idea de paternidad inicia en el momento en que el bebé nazca, pero, Dante piensa en cosas que él no consideró y tampoco quiere considerar, para él lo más importante es preparar la habitación del bebé, fingir con éxito el embarazo de Dante y que el equipo médico se encargue de que no haya problemas con el bebé.

DECADENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora