DECADENCIA

SEIS

SEIS

El lunes llegó y el momento de revelar la gran noticia a los medios también, Dante hizo una mudanza rápida la noche anterior y durante la semana terminaría de llevar a casa de Sebastian otras pertenencias importantes, aunque el Alpha insistió en que lo mejor es no traer tanta carga consigo, hay algunas que no puede enviar a un almacén o simplemente tirar a la basura. Afortunadamente se le fue asignada una habitación propia y, hasta la boda, no compartiría cama con su prometido; la casa del Alpha resultó ser una mezcla de modernidad y el estilo romántico de antaño con grandes jardines y enormes ventanales que dejan entrar la luz del día tan pronto como el amanecer llega, la ubicación no parece tan terrible para Dante, antes de dormir revisó en el mapa la parada de autobús o estación del subterráneo más cercana y para su buena suerte resultó que el subterráneo está a veinte minutos a pie cosa que le parecía fenomenal.

Después de estirarse con desgano y cansancio rezagado decidió saltar de la cama hacia la ducha y prepararse para la batalla del día, con el clóset lleno de prendas elegantes y que se acoplan a su estilo tranquilo muy poco ostentoso, de bibliotecario, como lo llamó Sebastian, necesitó un tiempo para buscar algo que lo hiciera sentirse él mismo. Todas aquellas prendas pertenecían a WÜNSCH y a decir verdad, resultaban demasiado para Dante, pero, Sebastian lo consideró necesario y él cumpliría con usarlas porque es parte de la ilusión que debe dar como el prometido de un Rauss-Schmied, no importa si su apellido es antiguo, inevitablemente las personas se preguntarán qué le vio Sebastian a su prometido para decidir llevarlo al altar. En el mundo de la clase alta las apariencias lo son todo y Dante lo sabe, en su adolescencia acompañó muchas veces a su abuelo a los encuentros sociales con sus colegas y durante esas tertulias logró interpretar lo que consideran importante esas personas.

Cuando Dante pensaba en utilizar un atuendo más casual para ese día ya que solo iría a la universidad para ordenar algunas cosas y encargarse de la agenda del profesor Häel alguien llamó a su puerta, no era otra que la empleada que le fue asignada como su asistente. Aunque la idea no le pareció agradable pues se sintió como un niño pequeño al que le han designado una niñera, no tuvo más remedio que callar sus objeciones y aceptar lo que su jefe designa; porque, tal y como lo dijo antes, aquella era la relación de un empleador y su empleado y no puede objetar en esas circunstancias. Lo único que le interesa es que todo salga bien y su abuelo pueda vivir en esa maravillosa ilusión que es ver a su nieto feliz y con una familia propia.

―Señor ¿necesita ayuda con algo?― dijo la empleada al otro lado de la puerta.

―Estoy bien, gracias― respondió Dante sin ánimo de que su niñera incluso tuviera que vestirlo.

―Muy bien― respondió ella y lo dejó en paz, de alguna forma Dante percibía cierta antipatía por parte de la mujer, sin embargo, decidió no darle tantas vueltas al asunto. Su vida ya se había complicado lo suficiente para preocuparse por agradarle o no a una persona que vio solo un minuto la noche anterior.

―Tal vez debería verme un poco más elegante― se dijo desechando la idea de unos jeans, entre tantas prendas se sentía tan confundido como cuando va a comprar ropa a esas enormes tiendas con miles de opciones.

Mientras su cabeza parecía marearse entre tantas prendas no se enteró que alguien había entrado a su habitación sin siquiera anunciarse, se trataba de Sebastian que deleitaba sus ojos con la imagen de Dante en medio del vestidor cubierto con solo la ropa interior. En el cuerpo del Omega sobrevivían algunas marcas de su primera noche juntos logrando que el Alpha sintiera satisfacción al saber que fue el causante de ello. Después de mirar por un minuto más a Dante en silencio por fin decidió hacerse notar diciendo:

―Usa el traje rosa que envió Oliver, creo que lo pusieron por allí, hablé con mi tío para que puedas ausentarte hoy, tomaremos algunas fotografías para una revista. También te llevaré al conglomerado para que conozcas a algunas personas y para el medio día iremos a ver a mi abuelo.