Capitulo 2

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El sonido del reloj en la pared era lo único que llenaba el silencio en la habitación de Jimin. El leve tic-tac parecía resonar más fuerte de lo normal, o quizá era su mente la que amplificaba todo. No podía concentrarse. Había algo que no lo dejaba en paz, una sensación que lo perseguía desde su encuentro con aquel extraño en la intersección.

Había pasado casi una semana desde entonces, pero la imagen de esos ojos oscuros aún lo acompañaba, como si se hubiera grabado en su memoria. Por más que intentaba seguir con su rutina, había algo en el ambiente que lo distraía. Los sueños seguían siendo constantes, pero ahora los susurros eran más nítidos, aunque seguían sin tener sentido. Sentía como si lo estuvieran llamando, como si algo estuviera pidiendo su atención, pero no lograba descifrar qué era.

Esa mañana, decidió salir a caminar de nuevo, buscando despejar su mente. El aire fresco de la ciudad lo envolvió en cuanto salió por la puerta de su apartamento, pero incluso el viento parecía llevar consigo esos ecos que no dejaban de resonar en su interior.

Mientras caminaba, su mente no dejaba de regresar a aquel instante. Los ojos de ese chico habían transmitido algo más que una simple curiosidad. Había algo escondido en esa mirada que lo inquietaba profundamente. Era como si hubiera visto una parte de sí mismo en él, una parte que no recordaba.

—No tiene sentido —murmuró Jimin para sí mismo, ajustándose la bufanda alrededor del cuello mientras se sumergía entre la multitud.

Sin embargo, no importaba cuánto intentara ignorar lo que había sentido, esa sensación de conexión no desaparecía. Era una conexión invisible, una que iba más allá de las palabras o las acciones. Algo dentro de él le decía que no era la primera vez que se encontraba con esa persona, aunque su mente le insistía en lo contrario.

**✧**

Por otro lado, Jungkook no podía dejar de pensar en el mismo encuentro. Había sido breve, pero había dejado una marca profunda en él. Sabía que se había expuesto más de lo que debía. Desde aquel día, había estado tratando de evitarlo, pero su corazón lo traicionaba constantemente.

Jimin había despertado algo que él había mantenido enterrado durante mucho tiempo. Los susurros en sus propios sueños ahora eran más intensos, más claros, casi como si estuvieran tratando de decirle algo importante, algo que no podía ignorar. En sus sueños, veía a Jimin, pero no como lo había visto en la realidad. Lo veía de otra manera, más joven, como si lo conociera desde hace años.

—Esto no puede ser una coincidencia... —murmuró para sí mismo mientras se apoyaba en la ventana de su apartamento, observando las calles que se extendían bajo él.

Había algo en Jimin que lo hacía sentirse incompleto, como si una parte de él hubiera estado perdida hasta ese momento, y al encontrarlo, todo hubiera comenzado a encajar. Sin embargo, también sabía que no podía acercarse a él tan fácilmente. No después de lo que había descubierto tiempo atrás.

Con un suspiro, se apartó de la ventana y se preparó para salir. Sabía que debía mantenerse alejado, pero también sabía que no podría evitarlo para siempre. El destino parecía tener otros planes para ellos, y cuanto más lo intentaba, más difícil era ignorar la conexión que los unía.

**✧**

Jimin caminaba por una calle tranquila cuando sintió una presencia cercana, una sensación que lo hizo detenerse en seco. Se giró lentamente, y para su sorpresa, allí estaba de nuevo: el chico de la intersección. Esta vez, no era un encuentro fugaz. Jungkook estaba parado a unos metros de distancia, observándolo con la misma intensidad que la primera vez.

El corazón de Jimin comenzó a latir más rápido, aunque no entendía por qué. Había algo en la forma en que Jungkook lo miraba, como si estuviera esperando algo. Como si las palabras no fueran necesarias, como si ya lo supiera todo.

—Hola —dijo Jungkook finalmente, rompiendo el silencio.

Jimin titubeó un momento antes de responder, incapaz de apartar la mirada de esos ojos que lo mantenían atrapado.

—Hola... —respondió, su voz más baja de lo que había esperado.

Hubo un momento incómodo, un silencio en el que ambos parecían estar procesando la situación. No se conocían, pero al mismo tiempo, se sentía como si sí lo hicieran. Jimin tragó saliva, preguntándose si debía seguir hablando o simplemente marcharse, pero algo en su interior le decía que no se moviera.

—Nos hemos visto antes, ¿verdad? —preguntó Jungkook, su tono tranquilo pero lleno de curiosidad.

Jimin lo miró con sorpresa. No había esperado esa pregunta, pero no podía negar que él mismo había estado pensando lo mismo. ¿Cómo era posible? Aquel chico le resultaba tan familiar, y al mismo tiempo, no podía recordar haberlo visto nunca.

—No lo sé... —respondió honestamente, frunciendo el ceño—. Siento que sí, pero... no recuerdo.

Jungkook asintió lentamente, como si esperara esa respuesta. Había algo en la forma en que lo miraba, como si estuviera buscando algo en sus ojos, algo que lo ayudara a entender lo que estaba sucediendo entre ellos.

—Es raro, ¿no crees? —dijo Jungkook, dando un paso hacia adelante, reduciendo la distancia entre ellos—. Es como si... no fuera la primera vez que nos vemos.

Jimin sintió una punzada en el pecho al escuchar esas palabras. Eran exactamente lo que él había estado sintiendo desde que lo había visto por primera vez. Los susurros en sus sueños volvieron a su mente, más claros que nunca. ¿Qué significaban? ¿Por qué se sentía tan atraído por este extraño?

—Sí, lo es... —murmuró Jimin, sin apartar la mirada de los ojos de Jungkook.

Hubo un largo silencio, y durante ese tiempo, ambos se observaron en silencio, tratando de descifrar lo que estaba ocurriendo. Había una tensión palpable en el aire, una tensión que ninguno de los dos entendía, pero que los mantenía conectados.

Finalmente, Jungkook rompió el silencio.

—Soy Jungkook —dijo, con una leve sonrisa.

—Jimin —respondió el otro, sintiendo un extraño alivio al finalmente ponerle un nombre a esa presencia que lo había estado atormentando.

El simple hecho de presentarse parecía haber roto una barrera invisible entre ellos. La tensión seguía ahí, pero ahora había algo más, algo que comenzaba a formarse, aunque ambos sabían que estaban apenas rascando la superficie.

**✧**

Los días siguientes transcurrieron en una especie de danza silenciosa entre Jungkook y Jimin. No era una relación convencional; no había intercambios largos de palabras ni promesas hechas. Era más bien una conexión tácita, una que no necesitaba explicación, aunque ambos seguían intentando entenderla.

Se encontraban de manera casual, o tal vez el destino los guiaba a cruzar sus caminos. Cada encuentro dejaba a Jimin más confundido, pero también más intrigado. ¿Por qué sentía que Jungkook era alguien que había conocido antes? Y lo más inquietante de todo: ¿por qué los sueños se habían vuelto más intensos desde que lo había conocido?

Una noche, mientras Jimin estaba solo en su habitación, los susurros volvieron. Esta vez, no en sueños, sino en su mente, como si estuvieran tratando de comunicarse con él. Se levantó de la cama, sintiendo una mezcla de inquietud y curiosidad. Los susurros parecían guiarlo, empujándolo hacia algo que no comprendía.

Caminó hasta su ventana y miró hacia el cielo nocturno. Las estrellas brillaban débilmente, y el viento frío acariciaba su rostro. Cerró los ojos y se dejó llevar por los susurros, permitiéndose sentir lo que fuera que estaban tratando de decirle.

—No estás solo... Nunca lo has estado...—susurraron las voces, llenándolo de una extraña calidez.

Jimin abrió los ojos lentamente, sabiendo que esos susurros estaban conectados con Jungkook. Lo sentía en lo más profundo de su ser. No entendía cómo, pero lo sabía.

Y por primera vez en mucho tiempo, no tenía miedo de lo que pudiera descubrir.

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