Sumérgete en los pensamientos y sueños de cada uno de los vecinos de la calle Perdidos, donde los secretos susurran detrás de las cortinas y las esperanzas naufragan en las sombras de lo cotidiano.
Cada puerta esconde una historia que entrelaza a...
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De regreso a la comisaría, mi mente está a mil por hora. La conexión entre las sombras, la angustia de Blanca y el misterio de Nathan y Lucas se entrelazan, formando una red de secretos cada vez más densa.
—¿Qué piensas hacer con la información que tenemos? —me pregunta Owen mientras conduce, el camino iluminado por las luces de la ciudad que pasan volando a nuestro alrededor.
—Necesitamos encontrar a Nathan y a Lucas. Quizá ellos tengan algo que contarnos. Pero creo que deberíamos comenzar con Nathan, dado que su madre dijo que era un buen amigo —respondo, sintiendo una urgencia creciente.
—Tienes razón. También podría ser útil hablar con sus compañeros de trabajo para ver si hay algo que podamos descubrir sobre su relación con ellos —dice Owen, mientras su expresión se vuelve más seria.
De vuelta en la comisaría, comenzamos a investigar. Miramos el registro de trabajo de Blanca y descubrimos que Nathan también trabaja en la misma agencia de diseño gráfico. Su nombre aparece en varios proyectos junto a Blanca, lo que indica que, de hecho, compartían más que solo una amistad.
Owen toma su libreta y anota el número de la agencia, mientras yo sigo pensando en el diario de Blanca.
—¿Te imaginas la presión que debía sentir? —le digo—. No solo lidiando con su paranoia, sino también con problemas personales y laborales. Es demasiado para una persona.
Owen asiente, su expresión se torna pensativa.
—La presión puede llevar a la gente a actuar de maneras inesperadas. Tal vez eso explique por qué estaba tan angustiada. Pero aún así, no puedo dejar de pensar en Lucas. Debemos seguir el rastro de ambos.
Tomamos un breve descanso para investigar más sobre Lucas. Me sorprende ver que tiene un perfil público en las redes sociales. Cuando lo reviso, mi estómago se hunde al ver una imagen de él, sonriendo junto a un grupo de amigos. Es evidente que tenía una vida social activa, y en sus publicaciones se muestra como una persona carismática, pero hay algo en su mirada que me resulta inquietante.
—Mira esto —le digo a Owen, girando la pantalla de mi computadora hacia él. Lucas parece feliz, pero hay un destello en sus ojos que me hace dudar. A medida que exploramos su perfil, encontramos varias fotos de él con Blanca, todas tomadas en momentos aparentemente felices. Sin embargo, en una de ellas, Lucas parece estar mirándola de una forma que me provoca escalofríos.
—Parece que estaban bastante cercanos —comenta Owen, arrugando la frente—. Pero no entiendo por qué sería un problema si eran amigos. Tal vez ese era solo su estilo de mirar.
—Quizás, pero hay algo más —digo, sintiendo que estamos a punto de desentrañar un hilo crucial—. Su mirada parece ansiosa. Casi como si estuviera obsesionado con ella.
Owen toma nota de eso, y mientras sigo buscando en el perfil, me doy cuenta de que Lucas no ha publicado nada reciente. Me siento un poco inquieta. ¿Qué le sucedió? ¿Es una coincidencia que desapareciera de la red social justo después de la muerte de Blanca?
