1* Asesinato en el recibidor

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¿Alguna vez te has visto obligada a trabajar con alguien que te irrita hasta el último nervio? Bueno, esa es básicamente mi vida diaria con Owen Crew, detective, sabiondo profesional y todo un experto en hacerme desear un trabajo diferente

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¿Alguna vez te has visto obligada a trabajar con alguien que te irrita hasta el último nervio? Bueno, esa es básicamente mi vida diaria con Owen Crew, detective, sabiondo profesional y todo un experto en hacerme desear un trabajo diferente. No es que ser ayudante de detective no sea interesante, pero cuando tu jefe te trata como si fueras un simple adorno de oficina, se vuelve un poquito molesto.

Hoy es uno de esos días. Estoy en la oficina de Owen, repasando mentalmente cómo no perder la paciencia con él, cuando su teléfono suena. No presta atención, lo ignora mientras revisa unos papeles con la misma cara de concentración que pone cuando está resolviendo un crucigrama difícil.

«Madura», pienso. Yo, por supuesto, soy la que termina contestando.

—¿Oficina del detective Crew? —digo, con una voz que intenta ser profesional, aunque sé que nadie lo cree cuando te ven con una taza de café derramada en el escritorio.

Al otro lado de la línea, una voz agitada me informa: hay un cadáver. Una chica joven, llamada Blanca de la Cruz, ha sido encontrada muerta en el recibidor de su edificio. Sin signos evidentes de violencia, pero con una expresión en el rostro que resulta... inquietante. No sé si fue la voz al otro lado o la noticia en sí, pero algo en mí se activa.

—Tenemos un asesinato —le informo a Owen, quien finalmente levanta la vista de sus papeles. Ahora sí capta mi atención. Bueno, la del caso, no la mía.

▪︎¤▪︎

El edificio de Blanca es de esos que te hacen sentir que no perteneces ni como visitante. Todo es demasiado impecable, demasiado brillante. Y los vecinos que nos cruzamos en el vestíbulo no ayudan mucho. Nos observan como si fuéramos intrusos. "Los de afuera", los que vienen a molestar con preguntas incómodas.

El cuerpo de Blanca está ahí, tendido en el suelo de mármol del recibidor, perfectamente inmóvil. Lleva un vestido blanco, como si alguien lo hubiera escogido especialmente para una ocasión trágica. No hay sangre, ni señales de lucha. Solo una chica joven yaciendo en un espacio donde nadie parece querer admitir que algo horrible ha sucedido.

—Envenenamiento, probablemente —dice Owen tras una rápida inspección. Ni siquiera se agacha para mirarla de cerca. ¿Cómo lo sabe? Nadie lo sabe, pero a Owen no le importa eso. A él le gusta saltar a conclusiones antes que buscar pruebas.

Mientras él se concentra en hablar con la policía que ya ha asegurado la escena, yo noto algo que han apartado junto al cuerpo: un diario. Viejo, con las páginas amarillentas, como si lo hubiera llevado consigo durante años. Lo tomo, y lo primero que leo me golpea como una verdad incómoda: «Quererse a uno mismo es el primer paso a la felicidad».

¿Qué demonios se supone que significa eso? ¿En serio? Aquí está esta chica, muerta, y eso es lo que queda de ella. Frases motivacionales que suenan vacías. Sigo leyendo, sintiéndome casi culpable por hurgar en lo que deben haber sido sus pensamientos más privados. Pero esto es parte del trabajo, ¿no?

Owen se acerca, frunciendo el ceño cuando me ve con el diario.

—¿Qué haces? —pregunta, como si yo estuviera hojeando una revista de cotilleos en lugar de potencialmente obtener pistas.

—Su diario —respondo, sin apartar la vista de las páginas—. Es importante.

Él se encoge de hombros. Para Owen, los diarios no son "evidencia tangible", así que no tienen valor. Yo, sin embargo, creo que las palabras que escribimos cuando nadie nos ve suelen ser las más reveladoras. Y algo me dice que Blanca dejó algo aquí, algo que podría ayudar a resolver este caso.

—Tú sigue con eso —me dice, con esa condescendencia característica—. Yo veré lo importante.

Suspiro. Como siempre, Owen tiene que hacerme sentir como si estuviera perdiendo el tiempo. Pero algo en esas palabras, en esa frase del diario, me deja con una sensación extraña. No sé si Blanca realmente creía en lo que escribía o si solo intentaba convencerse de ello. Pero, sea lo que sea, no puedo evitar pensar que detrás de esa fachada de autoayuda, había algo mucho más oscuro acechando.

El caso apenas comienza, y ya tengo la sensación de que no será nada fácil.

Voces de almas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora