4. Combate de práctica

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"Tengamos un pequeño sparring".

Las palabras de Shenry resonaron en la mente de Renku como un eco en una caverna, a medida que el hombre se acercaba con un semblante amenazante. Cada paso que daba resultaba en un viaje tomentoso al pasado, cuando ambos convivían casi completamente aislados del resto del mundo. Esos días eran duros, tanto que en las noches ni siquiera sabía si volvería a despertar; estaba seguro de que, de no ser por su anormal capacidad de recuperación, habría muerto de cansancio y dolor.

Su mente volvió al presente cuando Shenry se detuvo a unos pasos de distancia, como si esperara una respuesta. Se quedaron en silencio unos instantes, y Renku pudo ver en los ojos de su maestro que no tenía planeado dejarlo escapar. No sin pelear.

Fue entonces cuando Renku consideró que se había precipitado demasiado al golpearlo, aunque seguramente eso era exactamente lo que Shenry quería. Vio la mirada emocionada de su maestro, y supo que eso iba pasar de una u otra manera. Solamente se dio cuenta de que estaba temblando cuando sintió la voz nerviosa de Kuroka a sus espaldas, y supo que no podía dejarse atemorizar. Suspiró profundamente para calmar su corazón, y le hizo una seña a Shenry para que se alejaran unos pasos de allí.

—Kuroka —llamó mientras empezaba a caminar—. Lo que estás a punto de ver es un combate entre dos erradicadores. Asegúrate de observar atentamente cada minúsculo detalle de lo que va a pasar.

La chica se quedó sin habla. 

Frente a ella, Renku y Shenry se detuvieron a unos pocos metros de distancia. Casi a la vez, ambos adoptaron posturas bastante similares; tal y como Renku le enseñó antes, mantuvieron una mano frente a ellos y la otra oculta tras sus cuerpos. Pasaron unos instantes en los que pareció que ninguno se movía, y así fue por lo que pareció una eternidad. Kuroka tardó en darse cuenta de que parecían estar más cerca que antes, y entonces supo que, en base de movimientos sutiles y casi imperceptibles, estaban avanzando.

Se trató de fintas sutiles con sus dedos, casi como tics nerviosos pero que tenían de objetivo distraer al oponente. Pequeños pasos se dieron; primero Shenry, luego Renku, incluso ambos a la vez. Pese a ello, ninguno de los dos despegaba la vista del otro, ni se dejaban molestar por las fintas. Incluso entrecerraban sus párpados, pero nada dio resultado. Conocían perfectamente esa táctica, tanto como se conocían mutuamente.

Realizaron pequeños movimientos de dedos, piernas, cabeza e incluso con sus pupilas. Esas fintas no daban resultado, pero gracias a ellas se terminaron por acercar al punto de estar a unos meros centímetros de distancia. Fue tanto así, que las manos de Renku y Shenry estuvieron a punto de tocarse. En ese momento Kuroka se dio cuenta de que su respiración se había cortado por la tensión. Cuando ya no aguantó más y volvió a inhalar, ambos atacaron. 

Apenas sus brazos se tocaron, Shenry empujó con fuerza para bajar su guardia y tener el rostro de Renku al descubierto, sin embargo, ese no fue su objetivo. En su lugar, lanzó una patada baja justo a la canilla del muchacho con la suficiente potencia para desestabilizarlo. Renku hubiera caído, pero logró reaccionar como para apoyar las manos en el suelo y lanzar una patada hacia Shenry. Él, por su puesto, evitó el golpe con un mínimo movimiento, y eso le permitió a Renku retroceder un poco para recuperar su postura. 

No es suficiente, pensó Renku, aún estoy demasiado relajado... ¡debo concentrarme!

Eso quiso, pero Shenry no le dio tiempo para prepararse. Como un rayo se lanzó hacia Renku, fulminándolo con una feroz combinación de puñetazos y patadas. La diferencia de altura resultó en una gran desventaja para Renku, quien solo podía bloquear y esquivar a duras penas mientras que los golpes llovían sobre él. 

¡¿Esto es una simulación de combate?!, pensó Kuroka, impactada por la velocidad con la que todo estaba sucediendo. Cada golpe parecía ser realmente pesado, incluso si no iba con toda su fuerza; la intensidad era sorprendente, y Kuroka lo supo al ver como el cuerpo de Renku comenzaba a sudar súbitamente. 

Kurogami. Vol# 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora