5. Canción de cuna

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Últimamente los días habían sido muy extraños para Ryu. 

Por supuesto que cuando uno se dedica a transportar personas y mercancía se encuentra con situaciones muy extrañas, o por lo menos llamativas; desde clientes de todo tipo hasta improvistos curiosos en el camino. Recordaba muchas historias que sus pasajeros le habían contado, algunas eran divertidas y otras bastante perturbadoras, al punto de revolverle el estómago. Más de una vez tenía que lidiar con personas groseras que intentaban pasarle por encima, y estaba seguro de que más de una pareja se puso melosa dentro de la carreta. 

Era un trabajo que atraía todo tipo de locuras, pero aun así, los últimos días habían sido los más curiosos de todos. Para empezar, el dueño de la compañía de comercio para la que trabajaba había estado encima suyo como una sombra; era cierto que intentó entablar conversaciones y acercarse a algunas jovencitas que viajaron con él, pero no consideraba que era motivo para que lo vigilaran como a un criminal. Consideraba que su cabello rubio y rostro juvenil eran encantadores para las mujeres que solía conocer, sin embargo, recibió amenazas y recortes en sus raciones, por lo que intentó mantener un perfil bajo. Consideraba un desperdicio no intentar encamarse con algunas de las bellezas que se le cruzaban, pero el hambre llegaba a ser insoportable, así que era mejor obedecer las reglas de su empleador. A lo largo de los meses había acumulado demasiadas deudas y problemas, por lo que debía tener cuidado. 

Habría podido soportar esa situación, hasta que unos doce días atrás cierto cliente llegó al centro de la compañía. Estaban situados en muchos lugares, principalmente cerca de las grandes ciudades. Ryu en ese momento estaba en la sede central, dentro de una amplia villa a pocos kilómetros del este de la capital. Esa tarde un hombre alto y de cabello largo apareció. Vestía una capucha negra y se apresuró por conversar con el dueño. Algunos de sus colegas no se vieron extrañados, y por lo que le contaron era un cliente regular; al parecer se trataba de alguien bastante adinerado.

Estuvieron discutiendo por varios minutos, hasta que el hombre encapuchado volvió a aparecer seguido del dueño de la compañía. Para sorpresa tanto de Ryu como de los demás, fueron directamente hacia él, pues lo habían solicitado como conductor personal. 

Eso fue impactante ya que no conocía de nada a aquel extraño cliente. Al parecer no dio muchos detalles, pero terminó por ofrecer una considerable cantidad de dinero a cambio de que Ryu lo llevara hasta Hoytt, sin aceptar a más pasajeros a menos que él lo permitiera. Sin duda era una solicitud extraña, y aunque quiso indagar más en sus motivos, no recibió muchas respuestas. Solo pudo entender que era un asunto de suma importancia, tanto que si Ryu hacía un buen trabajo sirviendo a ese hombre, gran parte de sus deudas serían saldadas.

Al final, eso era todo lo que necesitaba escuchar. 

Comenzó su trayecto de muy buen humor, enlistando todas las cosas que haría una vez saldara sus deudas, ganara dinero y fuera libre de esa compañía tiránica. Habló de todo eso, además de intentar compartir alguna de las historias que conocía, sin embargo, aquel hombre no resultó muy conversador. Pasó la mayor parte del tiempo recostado en un rincón de la carreta mientras bebía de su cantimplora; lo hacía mucho y Ryu creyó que esa sería la razón por la que, además de solicitarlo como conductor, compró un par de barriles de vino y los hizo cargar en la carreta. En cierto momento pudo ver le daba de comer nueces a un cuervo, el cual no tenía idea de dónde había salido. Pronto se dio cuenta de que cuando el ave no estaba reposando a su lado, volaba cerca para seguirlos. Tal vez estuvo cerca de ellos todo ese tiempo, lo que resultó algo inquietante. 

Los días pasaron sin muchas novedades, haciendo paradas casi únicamente para descansar y preparar algo de comer. Incluso en esos momentos el hombre era distante, y no solía responder más que con gruñidos. Quiso al menos saber su nombre, pero solamente dijo que podía dirigirse a él como Raven. 

Kurogami. Vol# 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora