🧚🏻‍♂️ CAPÍTULO ÚNICO🧚🏻‍♂️

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Era una noche lluviosa en la ciudad, de esas en las que los charcos parecen espejos que reflejan un mundo más gris de lo normal. Taehyung caminaba por las calles desiertas, con las manos en los bolsillos y la cabeza baja. Su vida, aunque cómoda, carecía de algo que ni él mismo podía definir. Todo le parecía monótono: el trabajo, los amigos, incluso sus propios pensamientos. Cada día era una repetición del anterior, y la emoción de vivir se había desvanecido hace tiempo.

Cruzó una plaza poco iluminada, deteniéndose bajo un árbol para resguardarse de la lluvia que había empezado a caer más fuerte. Mientras observaba las gotas deslizarse por las hojas, sintió un leve destello en el aire, como si algo brillara en la oscuridad. Sacudió la cabeza, pensando que era su imaginación, pero entonces lo vio.

Una pequeña figura, no más grande que su mano, revoloteaba cerca de una de las ramas. Sus alas emitían un brillo tenue, como si estuvieran hechas de luz y polvo de estrellas. Sorprendido, Taehyung dio un paso atrás, pero antes de poder procesar lo que veía, la figura cambió.

Frente a él apareció un joven, apenas unos centímetros más bajo que él, con cabello oscuro y ojos brillantes que parecían guardar un secreto eterno. En su espalda, justo entre los omóplatos, había un intrincado tatuaje de alas plegadas, casi oculto por la camiseta que llevaba. El joven le sonrió con picardía.

—¿Te asusté? —preguntó el chico, su voz ligera pero divertida.

Taehyung, aún incrédulo, apenas pudo responder.

—¿Qué… qué eres?

—Soy Jungkook —respondió el chico, ignorando la pregunta—. Una hada, pero también puedo parecerme a ti, si lo prefiero. —Dio una vuelta rápida, mostrando el tatuaje en su espalda, como si fuera prueba suficiente de lo que decía.

Taehyung parpadeó, aún sin poder comprender del todo lo que ocurría.

—Esto es un sueño, ¿cierto?

Jungkook se rió suavemente, y en ese momento aparecieron dos figuras más, tan etéreas como la primera, pero en tamaños más pequeños. Se transformaron en dos jóvenes tan únicos como Jungkook. Hoseok y Jimin, también hadas, saludaron a Taehyung con una reverencia teatral, sus risas llenando el aire.

—No es un sueño, amigo —dijo Hoseok, guiñándole un ojo mientras Jimin asentía con entusiasmo.

—Vivimos en el mundo que está a un paso del tuyo —añadió Jimin—. Pero esta noche, sentimos que nos necesitabas.

Taehyung sintió un nudo en la garganta. ¿Ellos lo necesitaban a él? No podía creerlo.

—¿Por qué yo? —preguntó, su voz apenas un susurro.

Jungkook lo miró, con una expresión que era a la vez traviesa y sincera.

—Porque tú también lo necesitas. Estás aburrido, perdido. Buscas algo que ni siquiera sabes que existe.

Taehyung sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Todo lo que decía Jungkook era cierto. Se había pasado los últimos meses en un vacío constante, buscando algo que lo despertara de esa vida que parecía avanzar sin rumbo.

—Ven con nosotros por una noche —invitó Jungkook, extendiendo su mano—. Te prometo que no será aburrido.

Taehyung vaciló un momento, pero luego, como si una fuerza invisible lo empujara, tomó la mano de Jungkook. En cuanto sus dedos se tocaron, el mundo a su alrededor cambió. La ciudad desapareció, y Taehyung se encontró en un bosque mágico, donde las estrellas brillaban más cerca, casi al alcance de la mano, y las flores cantaban con una melodía suave.

EL COMIENZO DE LA MAGIA [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora