Casarse

37. Baloncesto

El sonido de la esfera golpeando el suelo provino de la ráfaga de viento frío después de que pasara un camión grande.

Muy familiar. Familiar como si estuviéramos en la secundaria.

Xin Rong se levantó del banco de piedra aturdido, no sabía si el viento lo había dejado estupefacto o por qué recordaba el campo de la escuela para los niños de la Oficina de Ferrocarriles.

El teléfono comenzó a vibrar nuevamente, Xin Rong se rascó el cabello un poco molesto y con la otra mano sacó el teléfono del bolsillo del pantalón.

Esta vez fue el conductor, el hermano Chen, quien llamó. Xin Rong dudó, pero siguió sin responder.

No quería volver a enfrentarse a Shao Chengyun por el momento. No se trata de expresar su enojo.

Chu Yu es Chu Yu, Shao Chengyun es Shao Chengyun, Xin Rong lo entiende, pero parece haber una conexión tenue entre ellos.

Xin Rong caminó violentamente por algunas calles hace un momento, y todo su cuerpo se volvió más sobrio, y pudo recordar lo que sucedió en Haoli por la mañana de una manera relativamente tranquila. Pensó que el rastro de conexión probablemente se debía a que Chu Yu y Shao Chengyun tenían un temperamento condescendiente, la expresión de Chu Yu era más áspera y directa, mientras que Shao Chengyun no era fácil de notar.

Este sentido innato de superioridad es la barrera entre Shao Chengyun y Xin Rong.

Es Xin Rong quien no se comprometerá, y Shao Chengyun tal vez nunca mire el meollo del mundo desde la perspectiva de Xin Rong.

Cuando la llamada terminó automáticamente, Xin Rong escuchó nuevamente el débil sonido de una pelota. Abrió el mapa en su teléfono móvil, ingresó la dirección de la escuela de los niños y se sorprendió al descubrir que había pasado cerca de la Oficina de Ferrocarriles antes de darse cuenta.

Como llegó aquí esta noche desde la comunidad donde vivían Lao Song y su esposa, la dirección era diferente a la del pasado y nunca había estado en esta cuadra antes, por lo que Xin Rong no se dio cuenta de que el campo de baloncesto de la escuela de los niños estaba en la siguiente calle.

Cuando Xin Rong estaba en segundo y tercer año de secundaria, su madre estaba enferma y hospitalizada, y pedía dinero prestado por todas partes. De vez en cuando, él iba allí a jugar a la pelota después de estudiar por la tarde.

Se puede considerar como una forma de aliviar el estrés. En ese momento, Xin Rong no podía ver el camino a seguir y su familia estaba pasando apuros económicos. Tuvo que cavar y buscar comida en la cafetería de la escuela solo para ahorrar uno o dos dólares. Todos los días eran muy agotadores y jodidos. Jugar podía ser una forma de liberarse, que era una de las pocas formas que tenía de descomprimirse en ese momento.

Xin Rong apagó su teléfono celular, quería divertirse jugando y evitar que Shao Chengyun lo encontrara. Luego tomó su teléfono móvil y continuó caminando, girando a la derecha después de pasar un cruce de caminos, y el sonido de la pelota y las voces se hicieron cada vez más fuertes.

El estadio sigue siendo tan viejo y ruidoso como siempre. Tal vez debido a las vacaciones de invierno, hay más jóvenes jugando de lo que Xin Rong imaginaba. Esas delgadas figuras vestidas con ropa sencilla en la cancha contrastan marcadamente con los transeúntes envueltos en gruesos abrigos.

Xin Rong sintió que la sangre en su cuerpo se calentaba de repente, extrañaba muchísimo esa sensación.

Entró por la puerta de hierro entreabierta y echó un vistazo a varias mitades del estadio. La última vez que vino aquí fue hace medio año, el día del cumpleaños número 21 de Xin Rong, estaba de vacaciones y Meng Donglin y su grupo de amigos celebraron su cumpleaños. Primero, instalaron una gran caja en un restaurante cercano para comer cocina de Hunan. Después de comer y beber, el grupo de amigos le preguntó a Xin Rong a dónde quería ir para continuar con el restaurante.