Casarse

53. Cafeteria

Antes de que descubrieran a Xin Rong, se retiró al pasillo del personal, se apoyó contra la pared para calmarse y luego regresó al patio de juegos.

Durante toda la tarde, los niños de la fiesta de cumpleaños jugaron como locos. Antes de que sus padres se los llevaran, todos los niños se acercaron a abrazar a Tangtang. Al ver a un grupo de cachorros de tres y cinco años acurrucados juntos, los padres que estaban a un lado estaban muy felices.

Xin Rong y Tang Tang fueron los últimos en irse. Con la niña en una mano y una gran bolsa de regalos de cumpleaños en la otra, Xin Rong tomó un auto para regresar a casa.

Después de subir al auto, Tangtang no se había recuperado de la emoción, su carita estaba sonrojada, se apoyó en Xin Rong y le preguntó: "Hermano, ¿estás cansado? ¿Estás feliz?"

Xin Rong se rascó. Jugó con su cabello suelto y dijo: "Feliz".

"El pastel de cumpleaños es delicioso y es mi sándwich de fresa favorito". Tangtang frotó sus brazos contra los brazos de Xin Rong mientras hablaba, sintiéndose un poco insatisfecha.

Xin Rong se rió de ella: "Llevémonos a casa la mitad restante del pastel, aún podrás comértelo mañana".

Tangtang levantó la cabeza de nuevo y continuó recordando su fiesta de cumpleaños: "Hoy hay un oso grande, hermano, ¿recuerdas? Parece el que está en tu mesita de noche".

Xin Rong se sobresaltó por un momento, luego sonrió y dijo: "Sí, eso es lo que compró tu tío".

No es que lo esté evitando deliberadamente, pero simplemente no sabe cómo explicárselo a su hija. Tangtang también es inteligente y sensata, Xin Rong no menciona la gran villa en la que solían vivir ni quién era el dueño de la villa, y rara vez menciona a "tío".

La voz de Tangtang de repente se volvió más suave y bajó la cabeza, diciendo: "... Extraño un poco al tío".

Xin Rong miró la pequeña horquilla que tenía en la parte superior de la cabeza y no dijo nada más.

La noche que salió de la villa fue a toda prisa y solo pudo llevarse unas pocas cosas. Xin Rong no se quedó con todos los regalos que compró Shao Chengyun, excepto el Winnie the Pooh y un juego de mesa del tamaño de cartas de póquer que compró en Disneyland en Francia. Estas dos cosas representan los recuerdos más dulces de esa relación. Xin Rong las guardó como recuerdo.

Winnie the Pooh siempre está en la mesita de noche de su dormitorio. A veces, Tangtang lo abrazaba y jugaba un rato, y cuando terminaba, lo devolvía con cariño a Xin Rong.

Tangtang tiene suficientes muñecos y no falta este oso. De vez en cuando le decía a Xin Rong: "Así que mi hermano también tiene un juguete para dormir, lo sé, es un oso furioso".

Xin Rong no pudo negarlo, por lo que solo pudo sonreír impotente y dejarla hablar.

Originalmente, antes de ver el cuerpo real de Winnie the Pooh, Xin Rong planeó enviar un mensaje a Shao Chengyun para agradecerle después de la fiesta de cumpleaños.

Después de todo, es cierto que los niños se divierten, incluso si la relación entre ellos no es la misma que antes, sigue siendo educada.

Pero ahora, al ver a Shao Chengyun descansando con la cabeza gacha en el patio trasero del parque infantil, Xin Rong estaba un poco confundida. Esa noche, cogió el teléfono varias veces para enviarle un agradecimiento sin dolor, pero finalmente volvió a dejarlo.

Sabía que Shao Chengyun no quería que se enterara de esto, simplemente lo hizo en silencio y en privado. Pero a veces es así, y la verdad que se revela sin darse cuenta es la más conmovedora.