Casarse

9. Lo que quiero comer... ¿no lo sabes?

La noche finalmente pasó sin ningún riesgo.

Xin Rong estaba acostado en la cama del dormitorio de invitados, pero no durmió tan tranquilamente como la noche anterior.

Soñó con Shao Chengyun, soñó con el beso que le dio, soñó que le arrancaba los botones de la camisa y soñó que le sostenía la mano.

El rostro de Shao Chengyun se veía inesperadamente claro en el sueño, desde el puente de la nariz, los labios finos hasta la línea de la mandíbula, parecía real y al alcance de la mano. Incluso Xin Rong no podía entenderlo, ¿cómo podía recordar inconscientemente a este hombre con tanta precisión?

Se despertó antes de que sonara el despertador del teléfono y no sabía si era porque había bebido alcohol antes de acostarse. Incluso después de una noche entera, todavía tenía un dolor de cabeza sordo.

Primero se levantó y se sentó en el borde de la cama mirando fijamente a 123 en la pecera por un rato, luego abrió suavemente la puerta y salió, tomó una tarjeta de la habitación de la entrada, salió de la suite y regresó a su habitación.

El área aquí es aproximadamente del tamaño de un baño en una suite de lujo, pero después de que Xin Rong fue ascendida a capataz, tuvo esta pequeña habitación privada propia y no necesitó ajustar sus hábitos de vida con sus compañeros de habitación, por lo que ya estaba muy contento.

Terminó rápidamente de lavarse en la habitación, se puso un uniforme limpio y luego fue al restaurante a llevarle el desayuno a Shao Chengyun.

Cuando Shao Chengyun se despertó a las 7:30 con el reloj biológico, el suave aroma del café ya había llegado al dormitorio desde el exterior, como si estuviera sosteniendo un hilo tenue, atrayéndolo para que saliera a echar un vistazo.

Shao Chengyun se puso un abrigo, abrió la puerta y vio a Xin Rong vistiendo un elegante uniforme de camarero, de pie junto al armario planchando una camisa.

Había algunos desayunos en la mesa larga junto a la ventana, y el humidificador estaba lleno de agua, presumiblemente Xin Rong se levantó temprano en la mañana para prepararlos.

Al ver esta escena, Shao Chengyun negó con la cabeza imperceptiblemente.

Cuando algo sale mal, debe haber un demonio. Desde una distancia de unos pocos pasos, observó al chico ordenar su ropa con ojos fríos, pero no se conmovió en absoluto por ese gesto.

Al verlo salir, Xin Rong dejó la plancha de vapor en su mano y le dio los buenos días.

Shao Chengyun le preguntó: "¿Te despertaste tan temprano?" Caminó hacia la ventana, levantó la mano y abrió por completo la cortina a la que aún le quedaba una capa.

Xin Rong se quedó de pie frente a la luz. La habitación se iluminó de repente y Shao Chengyun vio de inmediato un círculo de tenues marcas negras y azules debajo de sus ojos. Obviamente no había dormido bien la noche anterior.

Xin Rong dijo: "Hoy sonó el despertador de mi teléfono móvil", lo que corresponde a las palabras ayer, porque el despertador no sonó, así que se despertó tarde.

Después de una pausa, dijo con cautela: "Acabo de ir al restaurante a tomar un café y me encontré con el gerente, quien dijo que el festival gastronómico de cruceros de hoy tiene escasez de personal. Las pocas personas que trajo antes eran todos empleados nuevos. No he estado allí en los últimos dos días. No es adecuado para la vida".

Lo que dijo Xin Rong también era cierto. Como se convirtió en capataz a una edad temprana, la gente podría no estar convencida de dejarlo administrar a esos empleados mayores, por lo que el gerente Zhu le entregó algunos nuevos reclutas que acababan de ser reclutados.