Blue Dress On A Boat

Capitulo 6

Te rodeé con un círculo en el mapa

Cariño, yo soy el que hay que vencer
Porque la señal en tu corazón
Dice que todavía está reservado para mí
Honestamente, ¿quiénes somos para luchar contra la alquimia?

La alquimia - Taylor Swift

*

Colin se despierta solo en su cama, exhausto, pero por una vez, libre del pánico que lo ha atormentado desde la noche de su regreso. Seguramente, esta vez, esta vez ha hecho lo suficiente para cambiar el rumbo de su fortuna. Se sienta, se frota la cara y se da cuenta de que todavía puede olerla en sus dedos. Considera envolver su mano alrededor de sí mismo y revivir toda la relación una vez más, pero ya ha dormido hasta tarde. La luz que entra por sus ventanas se lo dice.

Tiene mucho que hacer hoy. Traerá algunas flores y tal vez chocolates y será la primera persona en llegar a la escalera de Featherington cuando comience el horario de visitas.

Se limpia con el agua de la palangana de su habitación y luego se viste. Se habrá perdido el desayuno propiamente dicho, pero habrá suficiente para hurgar. Una tostada fría es mejor que un estómago vacío. Sin embargo, cuando llega al comedor, todavía quedan personas en la mesa. Benedict, Eloise y Penélope están sentados alrededor de sus platos vacíos con una expresión bastante seria.

—Ah —dice, repentinamente incómodo—. Buenos días a todos.

—Hermano —dice Benedict—, te hemos estado esperando durante algún tiempo.

“Disculpas”, dice mientras toma asiento. “Me acosté muy tarde”.

Mira a todo el grupo y ve a Penélope, que baja la cabeza, fascinada de repente por el diseño de las tazas de té de su madre. Estaba decidido a sacarla de la habitación y llevarla a cualquier habitación cercana con una puerta con llave, aunque es menos valiente a la luz del día, cuando toda su familia está despierta.

“Hemos estado hablando del próximo número de Whistledown”, dice Eloise bajando la voz. No es suficiente; el nombre todavía parece resonar en toda la sala y más allá.

“¿Con qué fin?”, pregunta mientras se sirve finalmente una taza de té tibio.

“La dama W fue quien anunció el compromiso”, dice Benedict. “Ella también tendrá que anunciar la ruptura”.

—¿Y qué pasa con nuestro compromiso, Penélope? —pregunta Colin.

Las expresiones faciales de Penélope pasan rápidamente por una serie de cambios: sorpresa, vergüenza, miedo, ira, confusión. Él las ve pasar a todas a toda velocidad.

—No estamos… no tienes… todavía no hay un compromiso, Colin. —Mira a Benedict.

—Oh, ya lo he superado —anuncia Benedict—. Aunque sostengo que habrías sido una esposa excelente y que nos lo habríamos pasado genial juntos, prefiero tenerte como amiga y hermana que como una ex amante rechazada.

—Gracias —murmura—. Eres, como siempre, la más dulce de todas. Una querida amiga, de verdad.

Benedict sonríe, acicalándose. Colin tiene ganas de vomitar.

—¡Aunque fuiste tú quien me rechazó! —dice Benedict con una sonrisa y ella parece avergonzada, además de una pequeña sonrisa burlona a cambio.

—Entonces —dice Colin—, Penélope Featherington, ¿te vas a casar conmigo o no?

—Dios todopoderoso —murmura Eloise, poniendo los ojos en blanco.

—Eh —dice Penélope—. Bueno, me temo que aún no has cumplido mis condiciones, señor Bridgerton.