Cacería de brujas [BORRADOR]

🗡️CAPITULO 13🩸

Carcajadas. Es lo que me recibe en cuanto ingreso al instituto. Toda mi vida he asistido aquí y siempre es lo mismo: miradas juzgándome y risas guiándome al salón.

Trato de mantenerme calmada, con los audífonos emanando mi playlist favorita y mis converse soportando mi peso. Mi peso, el culpable de todos mis males, el cual ha causado diversas burlas, por el cual me han golpeado y apodado...

—Chica cerdo —exclama Tyler, otro integrante de la pandilla del terror, con un mohín de asco y repugnancia en su rostro—. ¡Puaj! —su expresión de disgusto ante mi presencia parece genuina.

No es sorpresa para nadie que cuando las personas me ven, es lo que les causo. Todo de mí es horrible, desde mi peso, por encima de los 90 kilos, hasta mi calzado del 5. Y eso no lo llego a comprender, ¿por qué el número de mi calzado importaría?

—Hueles horrible, ¿conoces el jabón o el agua? —ríe, provocando que los estudiantes que se han amontonado a nuestro alrededor también lo hagan. ¿A qué hora llegaron? —. Habla, puerquito, ¿acaso te cortaron la lengua?

Sé que las chicas solo ríen para agradarle y gustarle. Él, al igual que sus amigos, son los chicos a quienes todos ven cuando entran a una habitación. Al menos para mí, ninguno es guapo, pero para ellos sí que lo son, aunque acaparan las miradas cuando se presentan.

Tyler, por ejemplo, resalta entre ellos. Su porte es elegante y ligeramente arrogante, con un aura de confianza que irradia hacia quienes lo rodean. Su rostro posee rasgos afilados y expresivos, enmarcados por un cabello oscuro y desordenado que le da un aspecto levemente rebelde. Sus ojos tienen un brillo desafiante, como si estuviera constantemente evaluando y juzgando a quienes lo miran.

A diferencia de mis propios ojos, los de Tyler parecen capturar la atención de todas las miradas femeninas cuando entra a la habitación. Él y sus amigos son los chicos "guapos" a los que todas las chicas quieren impresionar, mientras que yo sigo siendo invisible, una mera sombra en comparación.

Y es por eso que sirvo para su mera diversión.

Me da un jalón de cabello con fuerza, logrando sacarme de mis pensamientos. Lo veo aterrada y este ríe; a ellos les da gracia verme vulnerable, les alimenta mi miedo, mi debilidad, es su fortaleza.

—No importa —resopla—. Ven, te mostraré algo que hicimos para ti, algo que te encantará.

No soy capaz de reaccionar o decir algo; el miedo me controla, me paraliza y me deja a su merced. Tyler me empuja directo al patio trasero. Recorremos los pasillos repletos de estudiantes que se unen a la horda que llevo a espaldas mías. Frente a mis ojos solo parecen rostros burlones de mi desgracia; cada parpadeo, y hay una escena nueva. Se detiene hasta que el cielo gris nos recibe. Ahí ya está su grupo, riendo como desgraciados, y al momento de regresar a la realidad, me doy cuenta de lo que desean mostrarme. Trago saliva y agito la cabeza.