Fecha: 16/10/2024
Lugar: Hilton, MéxicoLas clases han terminado por hoy, cualquier estudiante estaría feliz por eso, pero yo no. Con la mochila al hombro comienzo a avanzar con gran velocidad entre los estudiantes, ganándome un empujón por la mayoría que al verme hacen muecas de asco. Al poner un pie fuera del Instituto Hidalgo, tomo una enorme bocanada de aire y sin detenerme corro aún más rápido, esta vez nadie se interpone en mi camino, pues todos salen por la puerta trasera para tomar el autobús y yo por suerte vivo cerca.
Las piernas me hormiguean y el pecho se agita, pero ni así me detengo. Debo llegar, al menos a la calle Stine, ubicada a una cuadra del instituto. Allí, nadie se atreve a entrar debido a la antigua leyenda del chico en llamas. Cuenta la historia que su madre, en un acto de cruel venganza, le prendió fuego en el rostro al nacer con una deformidad. Se dice que su muerte fue dolorosa, pero el terror no terminó ahí.
Las lenguas cuentan que un año después, la madre contrajo matrimonio y de esa unión nació una hermosa niña. Y misteriosamente ese mismo año, la casa se incendió, consumiendo la cuadra entera en un instante y llevándose a gente inocente. Según los habitantes del pueblo, en ese incendio perecieron solo aquellos que se burlaban del chico en llamas.
Los ancianos susurran que su espíritu vaga por la zona en forma de un monstruo horripilante. Esta historia ha marcado a generaciones enteras, y los chicos evitan pasar por aquí. Sin embargo, yo no temo adentrarme en la calle Stine. Mientras todos ven el lugar como el mismísimo infierno, yo lo percibo como mi salvación, pues cuando entro, nadie me persigue.
Las converse viejas me sostienen pacientes, luchando por mantenerme en pie a pesar del cansancio. Ahora entiendo por qué la gente hace ejercicio, quizás para estar preparada para correr por su vida en momentos como este. La emoción destella en mis ojos mientras me acerco a la calle anhelada, pero justo cuando siento que estoy a punto de estar a salvo, la desesperación golpea mi pecho con tanta fuerza que me aturde.
En medio de mi agitación, un tirón repentino en la mochila me desequilibra, haciéndome dar un grito ahogado. Alguien me ha tomado por sorpresa, jalándome con fuerza hacia atrás. El corazón me late desbocado, el miedo se apodera de mí mientras intento liberarme de la presa desconocida. El momento se vuelve aún más angustiante, la incertidumbre se mezcla con el sudor frío que recorre mi espalda. Caigo torpemente hacia atrás con un fuerte golpe en la parte trasera de mi cabeza, que late con frenesí.
Suelto un jadeo adolorida.
—¡Perdona, cerdita! —se disculpa burlón— ¿Te lastimé?
Mis intentos fueron en vano, por más que corrí, por más que terminé mis ejercicios de matemáticas con anticipación. No logré escapar de Marcus Davis, uno de mis bravucones personales, la razón por la que estaba corriendo por mi vida.
Siento la impotencia y la indignación palpitar en mi pecho mientras me levanto con cada parte de mi cuerpo temblando el, me sigue con la mirada mofándose, ya de pie me encuentro frente a la mirada desafiante de Marcus.
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Cacería de brujas [BORRADOR]
TerrorHalloween se cierne sobre el pueblo de Hilton y lo que creían leyenda se ha despertado. Los inocentes disfrutan la noche con gracia, felicidad y en compañía de su dulce familia, mientras se regocijan entre dulces, trucos, cenas y películas. Mientras...