Adrien entró a casa con su esposa del brazo, mientras ella seguía arrullando a su hija con una amplia sonrisa.
No estuvieron más de un día en el hospital, por petición de la mujer que quería estar en casa con su esposo y ahora, su pequeña Emma.
Además, ella ya se sentía mucho mejor y eso fue algo que su esposo también noto. Si no hubiera sido el caso, seguramente seguirían en el hospital.
—¡Llegaron! —la voz emocionada de la castaña hizo sonreír también a Marinette, quien de acercaba a ella para que conociera a la nueva integrante de su familia.
—Lila, ella es Emma —le dijo mientras la castaña veía a la pequeña bebé, sin atreverse a tocarla.
—Es preciosa —le dijo con una sonrisa—. Me alegra saber que todo salió bien.
—Muchas gracias Lila, me has ayudado mucho desde que estás aquí.
—Lila, ¿Puedes bajar las cosas del auto? —Adrien le pidió, acercándose a su esposa para cargar a su hija en brazos. Después de recibir un asentimiento como respuesta, le hizo una seña a su esposa para que lo siguiera a la segunda planta, donde entraron a una de las habitaciones que tenían ya destinadas para el bebé.
Marinette sabía que era la habitación para su bebé, y que adentro no había más que cajas con regalos que le habían hecho y una cuna blanca de madera.
No obstante, al entrar se quedó sorprendida viendo cómo las paredes ya eran de tonalidades rosas con blancas, junto con decoración delicadas de flores. La cuna ya estaba instalada junto con demás muebles y armarios, estantes con peluches y una gran alfombra rosa en el suelo.
—Es hermosa —le dijo al rubio cuando sintió su mirada sobre ella.
—¿Te gusta?
—Me encanta —le respondió con una sonrisa, girándose hacia él para besar fugazmente sus labios.
Había que decir que Adrien en cuanto se enteró que había tenido una niña, y junto a su padre, encargaron que la habitación quedará lista antes de su regreso del hospital.
Había sido un trabajo rápido, pero eficaz.
Adrien se acercó a la cuna, dejando a su pequeña hija en la misma para después arroparla con las pequeñas cobijas.
La bebé seguía dormida, ya que su madre le acababa de dar de comer antes de salir del hospital y no se había despertado desde entonces, y lo más probable es que no se despierte hasta su siguiente comida.
La azabache también se acercó a su marido, apoyando su mejilla contra su brazo mientras acariciaba sutilmente la cabeza de su hija.
—Deberías descansar, yo puedo cuidar a Emma.
—Pero no quiero alejarme de mi pequeña.
—Lo sé, y yo tampoco, pero el doctor te recomendó descansar. Prepararé la tina, ¿Sí?
A la mujer no le quedó de otra más que aceptar, recibiendo un beso en la mejilla antes de que Adrien saliera de la habitación.
[...]
La iluminación de las lámparas de noche de ambos burós le daba un toque tranquilo a la habitación, mientras Marinette sentada en la cama terminaba de alimentar a Emma antes de dormir.
Adrien le hacía compañía, sentado a su lado y con su barbilla apoyada en el hombro de su esposa, mirando con total devoción a su hija.
—Gracias amor —le susurró cerca del oído, besando fugazmente la cabeza de su esposa antes de regresar a su posición.
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SIN LÍMITE
FanfictionEstá historia es un poco convencional, con un lindo romance, y ¿un final triste?