fifteen II

1.9K 260 30
                                        

Esa noche, Juanjo le abre la puerta de su casa sonriente. Martin entra pegando saltitos, feliz de pasar tiempo a solas con su mejor amigo, por fin.

— ¡Hola! — saluda.

Se abrazan con fuerza. Se han echado de menos.

— Pasa, pasa. — dice al separarse — ¿Quieres echarte un fifa hasta que mi madre haga la cena?

— Claro, vamos.

Martin sigue a Juanjo por el pasillo hacia su habitación, sintiendo una calidez familiar en el ambiente. Todo en la casa de Juanjo le resulta reconfortante, desde el olor a comida casera hasta el ruido lejano de la televisión en el salón.

— Ya verás, te voy a ganar esta vez. — le vacila Martin, soltando una carcajada mientras se deja caer en el suelo, apoyándose en la cama.

Juanjo se sienta a su lado, buscando los mandos del juego.

— ¡En tus sueños, chaval! — responde, sonriendo de oreja a oreja — Sabes que soy el rey del fifa.

— Venga, dale al play, flipao. — replica Martin, dándole un codazo juguetón.

Juegan entre risas, con bromas que van y vienen.

— ¡GOL! — grita Juanjo, levantándose de un salto mientras levanta los brazos en señal de victoria.

Martin rueda los ojos, fingiendo una derrota dramática.

— Vale, vale, eres el ganador. — admite, con una sonrisa — Pero solo porque te he echado de menos y me he ablandado, te he dejado ganar.

Juanjo se ríe, pero antes de que pueda contestar, su madre los llama desde la cocina.

— ¡Chicos, la cena está lista! — grita.

— Perfecto, tengo hambre. — dice Martin, apagando la consola y levantándose.

Se dirigen a la cocina, y mientras se sientan a la mesa, Martin no puede evitar notar lo bien que se siente estando con él, solo él y Juanjo, como siempre había sido.

— ¿Qué tal el día, Martin? ¿Cómo llevas los exámenes? — le pregunta el padre de Juanjo.

Después de la cena, suben de nuevo a la habitación de Juanjo, listos para tumbarse y charlar un rato antes de dormir. Mientras preparan la cama para dormir, Juanjo comienza a desabotonar su camisa, como siempre antes de ponerse su pijama. Martin, que está colocando su almohada, de repente se queda quieto cuando ve a Juanjo quitándosela. No sabe porque pero no puede evitarlo, su mirada se queda atrapada en la piel tersa de su amigo, en sus hombros definidos y su abdomen, no demasiado marcado, pero atractivo de una manera que nunca había notado antes.

Un calor inesperado sube por su rostro, y Martin aparta la vista rápidamente, sintiendo un nudo en el estómago. Carraspea, sorprendido por la sensación.

Juanjo, que no parece notar nada fuera de lo común, se tira a la cama, estirándose con un bostezo.

— Uf, qué gusto. ¿No te tumbas? — comenta con una sonrisa, acurrucándose bajo las mantas.

Martin sigue en silencio, algo agitado por lo que acaba de experimentar. Le da vueltas a sus pensamientos, intentando entender por qué ha sentido esa atracción. Finalmente, la curiosidad lo vence y, mientras se acomoda en el colchón a su lado, le pregunta, intentando sonar casual.

— Oye, Juanjo... — comienza, su voz algo insegura — ¿Cómo... cómo te diste cuenta de que te gustaban los chicos?

Juanjo lo mira sorprendido, pero su expresión es tranquila. Se incorpora, un poco más erguido en la cama, como si supiera que esta conversación es importante.

— Bueno, no fue algo que pasó de un día para otro. — empieza a decir — Al principio, pensé que lo que sentía por los chicos era como admiración o amistad. Pero cuando me di cuenta de que no me interesaba en las chicas de la misma forma que los demás chicos hablaban de ellas... ahí fue cuando empecé a darme cuenta. Alex fue el primer chico en el que me fijé más en serio, y eso me lo confirmó. — Se encoge de hombros, como si estuviera recordando esos momentos de confusión.

Martin asiente lentamente, mordiéndose el labio.

— ¿Y te resultó muy difícil? — pregunta, bajando la mirada hacia sus manos.

Juanjo lo observa detenidamente, percibiendo algo más en la pregunta.

— Bueno, puede un poco al principio. Era confuso, pero no me costó demasiado. ¿Por qué lo preguntas? — pregunta con suavidad, como invitándolo a abrirse.

Martin vacila, sintiendo una presión en el pecho. No sabe que decirle. No sabe que siente. No sabe por qué duda.
Finge una sonrisa rápida, volviendo a mirar hacia la pared.

— Nada, solo curiosidad. — dice con un tono despreocupado, aunque su mente sigue dando vueltas.

Juanjo lo mira por un momento más, pero no insiste. Conoce a Martin lo suficiente para saber cuándo algo está pasando por su cabeza, pero también sabe que no puede forzar las conversaciones. Así que simplemente se acomoda de nuevo en la cama y cierra los ojos.

— Bueno, si algún día tienes más curiosidad, ya sabes que puedes preguntarme lo que quieras. — responde con una sonrisa cálida, antes de darle la espalda y acomodarse para dormir.

Martin se queda mirando el techo, escuchando la respiración tranquila de Juanjo mientras sus pensamientos siguen revoloteando en su mente. La forma en que ha sentido su corazón acelerarse al ver a Juanjo sin camisa le hace cuestionarse cosas que nunca había pensado antes.

Suspira, acurrucándose más cerca de su amigo y cerrando los ojos, sabiendo que esa noche su cabeza no va a dejarle dormir tan fácilmente.

HOLA!!!
opiniones, pensamientos... ➡️➡️➡️
Os leo!

eighteen || majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora