extra: twenty three IV

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Espero que os guste <3.

— ¿Le dijiste que no? — pregunta Lucas confundido.

— Hombre, después de lo mal que me ha hecho pasarlo, más le vale currárselo un poco cuándo me pida ser su novio. — dice Juanjo, indignado.

— La madre que os parió, sois de lo que no hay. — se carcajea su amigo.

— Solo soy un chico. — se encoge de hombros. — Quiero mi cenita romántica, que me suelte un discurso cursi de cojones y que me me coma la boca en condiciones al terminar. ¿Es tanto pedir?

Dos días más tarde Juanjo recibe un mensaje.

Martin

tienes planes esta noche?

Juanjo

no, por?

Martin

ahora ya sí!!!! :)
paso x ti a las 20h
ponte guapo
bueno, más de lo normal ;)

Juanjo

cómo?
pero a dónde vamos?
Martin????

Martin

se puntual!!

Exactamente a las siete y cincuenta y nueve suena el timbre. Juanjo está terminando de ponerse un par de anillos que sabe que a Martin le encantan. Abre la puerta un poco nervioso. La dinámica entre ellos ha cambiado por completo, eso lo tiene claro, pero no termina de saber donde están los límites, pues todavía no son novios. ¿Le besa? ¿Le da un besito en la mejilla? Él se muere por saborear sus labios pero no quiere incomodar a su ¿amigo?

Por suerte para él, todas sus dudas quedan en segundo plano cuando, antes de ni siquiera poder saludarle, los labios de Martin invaden los suyos. El beso es dulce, pero con la suficiente intención como para hacerle perder el sentido del tiempo. Juanjo responde de inmediato, sintiendo cómo una corriente eléctrica le recorre el cuerpo y deja a un lado cualquier inseguridad.

Cuando se separan, Martin le sonríe, con los ojos brillando de emoción.

—¿Listo para nuestra noche? —pregunta, con un toque de nerviosismo que Juanjo casi no nota.

—Siempre —responde Juanjo, sin poder evitar la sonrisa tonta que se forma en sus labios—. ¿Alguna pista de adónde me llevas?

Martin suelta una carcajada baja y le guiña un ojo mientras le toma la mano, entrelazando sus dedos con firmeza.

—Paciencia. No arruines la sorpresa.

Bajan juntos las escaleras y salen al aire fresco de la noche. Juanjo, todavía con el pulso acelerado, mira de reojo a Martin. El viento juega con su cabello y las luces de la calle resaltan sus facciones, dándole un brillo especial. El mundo alrededor parece detenerse, y Juanjo se permite, por primera vez sin miedo, imaginar un futuro donde ese momento no sea único, sino el primero de muchos.

Pasean de la mano hasta llegar a un pequeño restaurante escondido al final de una calle adoquinada, un lugar que Martin ha descubierto hace poco y que ha guardado como un secreto especial para este momento. La fachada está cubierta de enredaderas y pequeñas luces colgantes que tintinean suavemente al compás de la brisa nocturna. Cuando entran, una cálida luz ámbar los envuelve y el suave sonido de un piano de fondo añade una atmósfera íntima al lugar.

eighteen || majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora