twenty three II

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Está cabreado con él. Solo le pidió un momento para hablar y ni eso fue capaz de cederle. Está cabreadísimo. Cuando despierta casi a las tres de la tarde lo primero que recuerda es la imagen de su mejor amigo besándose con otro hombre. Le persigue toda la mañana, mientras come, mientras se ducha y mientras se viste para salir de casa.

Pica al timbre varias veces, impaciente. Por suerte para él, no hace frío, porqué ha salido tan disparado de su casa que ha olvidado coger la chaquetilla de entretiempo.

— ¿Juanjo?

Un Lucas con los ojos medio cerrados le abre la puerta.

— ¿Puedo pasar?

— ¿Que haces acá? Boludo, estaba aún dormido. — gruñe, resfregándose los ojos. Se hace a un lado, dejándole pasar.

— Necesito hablar contigo.

— ¿Y tenía que ser ahora? — bufa, pero entonces recuerda la conversación que tuvieron y sus ojos se abren como platos. — ¡Ah! ¡Espera! ¿Hablaste con Martin? ¿Cómo fue? ¿Ya sois novios?

— No, mal, y no. — responde seco, las imágenes de la noche anterior volviendo a su cabeza.

— ¿Qué...? Pero...

— Le dije de hablar antes de entrar y básicamente pasó de mí, luego dentro tardo diez putos minutos en emborracharse. Y cuando le pedí que saliéramos un momento para que se despejase y yo poder decirle lo que siento... ¡Se fue a liarse con un tío! ¿Te lo puedes creer? — exclama incrédulo. — La puta noche que quiero decirle que le quiero y decide romper su celibato.

— Joder...

— No, y es que estoy enfadado con él. ¿De verdad no es capaz ni de pararse a hablar conmigo un momento en toda la noche? — resopla — Parecía que huía de mí.

— No sé Juanjo, me parece raro que lleve tiempo sin liarse con nadie, rechazando a todo el mundo y que ahora se lie con el primero que pase. Algo ha tenido que pasar, ¿no? — teoriza Lucas.

— Paso. Ahora estoy enfadado, y no me apetece rayarme. — niega.

— ¿Y que vas a hacer? ¿Cuándo se lo vas a decir?

— No voy a decírselo. Me ha quedado claro que entre nosotros no va a pasar nada nunca así que, qué más da. Tuve ese ataque de valor pero después de lo de ayer... Ahora ya no quiero hacerlo. — se resigna, entristecido.

— No hombre, tienes que decírselo. — le anima — Nunca sabes que puede pasar.

— Bueno, lo que sí sé es que me apetece mandarle a la mierda. Le dije que tenía que decirle algo importante para mí, ¿y sabes cuál fue su respuesta? — habla mosqueado — Que se lo dijese en otro momento, que ahora teníamos que hacer cola para que nos diesen la pulsera de la discoteca.

— Eso es raro de cojones. Martin es de las personas con más inteligencia emocional que conozco, y sobretodo contigo... — murmura.

— Ya, pues al parecer ya no. — suspira — Yo que sé tío. Paso. Es que paso.

Un pequeño zumbido les llama la atención. Un nuevo mensaje. Juanjo coge el teléfono y bufa al leer el nombre que aparece en la pantalla.

— Es Martin. — informa.

Lucas le mira con las cejas alzadas, divertido.

— ¿Y bien? ¿Qué dice? — insiste al ver que Juanjo se ha quedado callado con la mirada fija en el teléfono.

—Me dice que quedar para hablar de eso que tenía que contarle. Ahora, claro... — ríe sarcástico.

— Queda con él.

eighteen || majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora