twelve

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Juanjo es un preadolescente de doce años cuando se da cuenta de que le gustan los niños. Lucas le habla sin parar de Naiara, la niña nueva que ha venido este año para comenzar la ESO. De sus ojos, su sonrisa, de sus tetas. Juanjo la mira, buscando eso que tanto atrapa a su amigo. No es capaz de encontrarlo. Desvía la mirada hasta el amigo de Naiara, Alex. Es muy guapo, con los ojos claros muy bonitos y un acento andaluz que le resulta tan gracioso como atractivo. Carraspea sonrojado.

— ¡Oye, pero no la mires tanto, que me ha gustado a mí primero! — Lucas le riñe, golpeando su hombro.

Se sobresalta, apartando la mirada rápidamente del chico. Mira a su amigo.

— Toda tuya, no es... mi tipo.

— ¿Cómo no va a ser tu tipo? Si es guapísima. ¿Has visto que cara tan perfecta? Y bueno, sus tetas están muy bien... — habla Lucas, embobado.

— ¿Pero tú quieres que la mire, o no? — alza una ceja Juanjo.

— ¡No!

— Pues entonces cállate un rato, anda. Ponte a repasar, tenemos examen de inglés después, eh. — le recuerda.

— Ostia, que no me acordaba. — resopla llevándose las manos a la cabeza.

— ¡Hola! ¿De que habláis?

Juanjo sonríe al reconocer esa voz cantarina. Se gira para mirarle y le invita a sentarse, palmeando el asiento a su lado. Martin le hace caso.

— Lucas sigue con su monotema. Osea, Naiara. Auch. — se queja al recibir un golpe de parte del susodicho — Y yo le recordaba que tenemos examen. ¿Cómo lo llevas, por cierto?

— Muy bien, la verdad, me siento bastante confiado con este examen. — responde tranquilo.

— Boludo, tu siempre te sientes confiado. — resopla Lucas.

— ¿Y yo qué quieres que haga? — se defiende — No es mi culpa que se me dé bien. — Juanjo le sonríe, asiente dándole la razón. — Ay, por cierto, toma Juanjo. — dice, abriendo su mochila.

Juanjo abre los ojos emocionado al ver la chocolatina.

— ¡Un Kinder Bueno! ¿Y eso? ¿Por qué?

— Era el último de la máquina y siempre tardan días en reponerlos, y como sé que te sueles pillar uno los miércoles... — explica, un poco avergonzado.

Juanjo le mira, con un puchero agradecido en su rostro.

— Pero hoy mi madre no me ha dado dinero... ¿Te lo puedo pagar mañana? — pregunta.

Martin niega, con una sonrisa.

— Te lo regalo.

— Jo, muchas gracias. — Juanjo le abraza por el costado y deja un tierno beso en su mejilla. Martin nota el color rojo subir por su cuello hasta sus mejillas.

— Parecéis novios. — habla Lucas, rompiendo el momento.

— Cállate. — responden los dos, Juanjo más nervioso de lo que espera aparentar.

— ¿Hoy comes en mi casa, no? — pregunta Martin, ignorando el comentario de Lucas.

Al salir del instituto, caminan juntos hacia casa de Martin. Rebeca, su madre, les espera con un gran plato de macarrones a la carbonara en la mesa.
Comen juntos y, nada más terminar, suben corriendo a la habitación de Martin. Encienden la play y se sientan uno al lado del otro, con la espalda en el costado de la cama.

— ¿Fifa o fornite?

— Creo que me gustan los chicos.

Por un momento, el silencio reina en la habitación. Juanjo sigue con los ojos fijos en la pantalla, incapaz de girarse para mirar a su amigo.

— Vale, ¿fifa o fornite? — responde Martin.

Esta vez Juanjo sí se gira. Le mira a los ojos, que le observan cómo siempre. Cómo si nada. Cómo si no acabara de confesar el motivo de sus noches sin dormir.

— Oh, em ... — balbucea, demasiado nervioso y confundido. Martin suspira.

— Escucha, no tiene nada de malo que te gusten los chicos, ¿lo sabes, no? — habla Martin, mirándole con atención.

— Yo... osea, creo, n-no sé... — tartamudea. Le tiemblan las manos.

— Juanjo, — Martin se gira por completo. Le sonríe comprensivo. — no tienes que tenerlo claro aún, pero si lo tienes, no debes sentirte avergonzado. Es algo normal. A cada uno nos gusta lo que nos gusta.

— Soy gay. — admite en voz alta. El miedo aún brilla en sus ojos, aunque poco a poco disminuye al ver la sonrisa orgullosa de su amigo.

— Me alegro mucho. — Martin se lanza a abrazarle. No puede evitar reír y suspirar de alivio entre sus brazos.

— ¿De que sea gay? — ríe.

— No, idiota. — responde separándose. — De que te hayas sentido cómodo diciéndolo. ¿Y cómo ha sido?

— ¿El qué?

— ¿Cómo lo has sabido? ¿Desde cuándo? ¿Desde siempre? — pregunta curioso.

— Uh, pues, no estaba seguro hasta hace unas semanas, en realidad. — admite, sonrojado.

— ¿En serio? — exclama sorprendido — ¿Y eso?

— Ha sido un poco gracias a Lucas.

—¿¡Qué!? ¿Te gusta Lucas? — pregunta boquiabierto.

— ¡No! Por dios, nada que ver. — niega con fuerza. — Ha sido porque todos esas veces que me ha hablado de Naiara, de lo guapa que es, lo buena que está, yo solo... podía mirar a Álex. Preferiría besarle a él mil veces antes que a ella una sola vez. — explica, con las mejillas calientes. — Creo que eso me hace un poco gay.

Martin se carcajea y niega divertido.

— Sí, puede ser. Pero solo un poco.

Hola!!!!!
¿Qué os va pareciendo?
Os lo iba a subir mañana pero hoy he recibido buenas noticias y para celebrar pues capitulito extra. Ahora sí, nos vemos mañana 😙.

eighteen. || majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora