Juanjo es un adolescente de dieciocho años cuando la comprensión de lo que le sucede le golpea. Está enamorado. Está enamorado de su mejor amigo y no sabe qué hacer. Después de romper con Carlos a los cuatro meses, no ha estado con nadie más. Y ahora no sabe que hacer con estos sentimientos que florecen en su estómago. La idea de arruinar su amistad lo asusta, pero cada momento que pasa con él le parece más intenso.
Esa tarde están los dos tirados en el sofá en casa de Martin, viendo una película.
— Oye, Martin, ¿puedo preguntarte algo? — dice, intentando sonar casual, pero su nerviosismo es palpable.
Martin lo mira con curiosidad, dejando a un lado las palomitas.
— Claro, ¿qué pasa? — responde, frunciendo el ceño ligeramente.
Juanjo toma aire, sintiendo cómo las palabras se quedan atrapadas en su garganta.
— Bueno, es que... — empieza, pero su voz se quiebra. Se detiene, buscando la mejor manera de expresar lo que siente. — ¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si... si te enamoraras de alguien que ya conoces? En plan, alguien cercano a ti.
Martin lo mira fijamente, como si intentara leer sus pensamientos.
— Pues no sé, la verdad... — dice, pensativo — Pero, ¿por qué lo preguntas?
La pregunta lo hace dudar, pero Juanjo decide dar el salto.
— Es solo que, no sé, últimamente he estado pensando en eso... en los sentimientos. — confiesa, su corazón latiendo con fuerza.
Martin se inclina hacia él, mostrando interés genuino.
— ¿Te refieres a alguien en concreto? ¿Te has pillado de alguien? ¿Le conozco? — pregunta, su tono amistoso pero curioso.
— N-no... No, bueno, no. Osea, puede ser que me atraiga alguien pero no... no es nada importante. — balbucea preso de los nervios.
Martin lo observa, un destello de confusión en sus ojos.
— Ah, vale. — responde, un poco decepcionado — Entonces... ¿es solo una idea?
Juanjo asiente, sintiendo sus latidos aún acelerados. Lo que realmente quiere es decirle que se trata de él, de Martin, pero el miedo lo paraliza. La simple idea de ser sincero le asusta demasiado.
Horas más tarde, han quedado para cenar con sus amigos. Cuando llegan al restaurante sus amigos ya están allí.
— ¡Llegaron los tortolitos! — exclama Lucas.
— Siempre los últimos. — se queja Miriam.
— Ha sido culpa de Martin. — se defiende Juanjo.
— ¡Si hombre! Eras tú quien no se decidía con el outfit. — bufa Martin. — ¿Y Naiara?
— En el lavabo. — responde Lucas.
La cena avanza entre conversaciones y anécdotas del grupo de amigos. Todos comen y ríen, sintiéndose agusto rodeados de sus personas favoritas.
Juanjo lleva toda la noche luchando por apartar la mirada de su amigo. Le observa reír en silencio, como siempre que no están solos. Le encanta su sonrisa decorada por su característico bigote. Y sus ojos. Madre mía sus ojos.
— Tss. Juanjo.
Se gira sobresaltado, dejando de mirar a Martin. Se encuentra con la expresión divertida de Lucas, que le mira con las cejas alzadas.
— ¿Qué?
— Boludo, disimula un poquito... — se burla.
— ¿Qué dices, pesado? — Juanjo finge que no entiende a qué se refiere.
— Que se te cae la baba.
— Cállate, eso no es verdad. — niega.
— Tienes suerte de que el niño, por más superdotado que sea, es un empanao, que si no... — le vacila, divertido. — Te lo comes con los ojos. ¿Algo que quieras contarme?
Juanjo le mira apenado, una mueca de fastidio creciente en su rostro. Resopla resignado y se escurre un poco por su silla.
— ¿Quedamos mañana? Por favor.
— A la hora que me digas. — acepta Lucas.
La cafetería en la que ha quedado con su amigo está bastante vacía. Lo agradece, necesita el murmullo tranquilo de fondo para buscar el valor que le falta.
— ¿Entonces?
— Entonces no sé cómo ha sucedido. De un día para otro, no puedo dejar de pensar en él. — confiesa — Quiero estar siempre con él, tenerle cerca... No sé. Es que no sé, Lucas.
— Estás enamorado, hermano. Hasta las trancas.
Juanjo necesita masticar las palabras del chico sentado frente a él. Que está enamorado, le parece mucho que procesar.
— Enamorado igual es demasiado... — murmura.
— Juanjo, de nada sirve que te lo niegues a ti mismo. Cuanto antes lo aceptes, mejor para ti. — le aconseja.
— No lo entiendes. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo le voy a mirar a la cara? Si yo solo quiero... besarle todo el rato. — lloriquea angustiado.
— ¿Por qué no se lo dices? — sugiere — Yo creo que a él le haces tilín.
— Ni de coña. ¿Estamos locos? — exclama Juanjo horrorizado. — No, de ninguna manera.
— Si no lo intentas...
— ¿Si lo intento y lo arruinó todo? — niega ferozmente — Que no, ni hablar.
— ¿Y qué vas a hacer?
— Esperar a que se me pase.
hola:)
¿qué tal?
¿que pensáis de mi juanjito enamorado?

ESTÁS LEYENDO
eighteen || majos
Fanfiction"So kiss me where I lay down My hands pressed to your cheeks A long way from the playground I have loved you since we were eighteen" [short story] dónde Juanjo y Martin se conocen de pequeños y se hacen mejores amigos o dónde Juanjo se da cuenta a...