𝗔𝗟𝗜𝗕𝗜 𝗔𝗟𝗙𝗔| Existen dos tipos de mundo, el bueno y el malo, por desgracia Freen era del segundo, siendo omega y hija de un empresario mafioso aunque no le interesaba nada de ese mundo sucio de negocios que acabo con su madre, pero entonces...
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La noche no estuvo mal, fue divertida Becky y yo nos sentimos tan conectadas
No es que no los estemos porque compartimos nuestro lazo y la marca pero ya saben fuera de las peleas que siempre tenemos
Bajo del auto y me abrió la puerta
—Ven preciosa —me ayudó a salir, joder es su encanto?
—Y yo dónde me quedo? —Rosé dijo saliendo después de mi.
—No tienes casa o que?
—Si tengo pero te olvidas que mañana tenemos reunión y además buscar al cartel que te atacó y mi casa está a tres horas, alfa estúpida.
Becky gruño pero no hizo nada
—Te quedas, pero solo hoy.
—Óyeme agradece que llegué a salvarte, si fuera por Lia estarías muerta.
—Cállate y solo síguenos en silencio si no quieres terminar durmiendo en un hotel.
—Ugh ahora que lo pienso está mejor la idea del hotel que esto.
Becky rodó los ojos pero no dijo nada, entramos y todo estaba callado
Algunas omegas seguían despiertas limpiando pero nada más, busque en todos lados y no la ví. Supongo que Yeji ya está dormida
Esa omega, la conocí unos días y la siento como mi hermanita menor. Ahora me preguntó cómo terminó Yeji aquí trabajando para Becky, debería preguntarle
—Buea lleva a Rosé a su cuarto y ordena que lo limpien si?
—Si señora.
El alfa alto con al menos treinta y algo de edad
—Por aquí señorita.
Rosé se fue con el sin decir nada acompañada de algunas omegas
—Subamos odio los aromas mezclados de las chicas, prefiero el tuyo.
—Exagerada —me reí.
—Es que son muy dulces y otros no, huele horrible vámonos.
Me morí de la risa de su exageración pero fuimos hasta arriba
Llegamos riendo, Becky apenas cerró la puerta detrás y ya me había acorralado ala pared con su cara en mi cuello inhalando mi aroma
—Quiero ir al baño...
—Aguanta que no terminó —traté de huir pero me volvió a atrapar. —Ame la noche de hoy, y tú?
Sus enormes ojos oscuros estaban sobre mi, y por una vez los estaba viendo con color y no con el color que solían ser
Era cafe claro
—No me gustó —continúe. —Fue una de mis favoritas, al fin pudimos entendernos, creo.
