final

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Después de años de esfuerzo y dedicación, Taehyung se había convertido en un exitoso médico, conocido por su compasión y habilidad en el quirófano. Jungkook, por su parte, brillaba como un abogado prestigioso, defendiendo causas justas y ganándose el respeto de sus colegas. Ambos habían encontrado su camino, pero lo más importante, habían logrado hacerlo juntos.

Vivían en una hermosa casa rodeada de un jardín lleno de flores y árboles frutales, un reflejo de su amor y crecimiento. Las paredes estaban adornadas con fotos de sus logros y de los momentos familiares: vacaciones, celebraciones y días sencillos en los que simplemente disfrutaban de la compañía del otro.

Cada mañana, se despertaban juntos, el sol asomándose por la ventana, y se preparaban para enfrentar el día. Taehyung, siempre con una sonrisa, preparaba el desayuno, mientras Jungkook revisaba sus casos. En esas pequeñas rutinas encontraban la felicidad.

Con el tiempo, decidieron formar una familia. Adoptaron a dos niños, una niña y un niño, que llenaron su hogar de risas y amor. Las noches estaban llenas de cuentos antes de dormir y juegos en el jardín, donde todos se unían para crear recuerdos inolvidables. Los desafíos seguían presentes, pero juntos los enfrentaban con amor y determinación. Sabían que el camino no siempre sería fácil, pero cada día les recordaba que su amor, forjado en las dificultades, era su mayor fortaleza. En la tranquilidad de su hogar, rodeados de los que amaban, Taehyung y Jungkook miraban hacia el futuro con esperanza. Habían construido una vida llena de amor, y en esos momentos, comprendían que, a pesar de todo lo que habían pasado, al final, siempre había valido la pena.

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Era una tarde tranquila en la casa de Taehyung y Jungkook, y los niños, Minji y Seojin, estaban en el jardín, jugando. Mientras tanto, Taehyung estaba en la cocina preparando una merienda, mientras Jungkook revisaba unos documentos.

De repente, escucharon un estruendo. Jungkook dejó su trabajo y salió corriendo al jardín, solo para encontrar a Minji y Seojin cubiertos de barro y riendo a carcajadas.

-¡¿Qué ha pasado aquí?! -exclamó Jungkook, tratando de no reírse mientras miraba la escena.

-Estábamos construyendo una fortaleza papi! -respondió Minji, levantando orgullosamente un palito como si fuera una bandera.

-¡Y luego decidimos saltar en el barro para hacerlo más entretenido pa! -añadió Seojin, riendo mientras se limpiaba la cara con las manos llenas de tierra.

Taehyung salió de la cocina, un poco confundido. - ¿Qué saltaron en el barro? Eso suena peligroso ¿Y dónde está la fortaleza?

-Está aquí papi! Pero... creo que se derrumbo. -dijo Minji, señalando un montón de barro aplastado.

-Me parece que lo que tenemos aquí es más un par de niños todos sucios, que una  fortaleza de barro. -dijo Taehyung, tratando de mantener la compostura.

Justo en ese momento, Seojin, con una sonrisa traviesa, corrió hacia su papá y lo llenó de barro con un abrazo. -¡Mira, papá! ¡Eres parte de la fortaleza ahora y  serás el príncipe hermoso!

Taehyung se quedó paralizado por un segundo y luego rompió en carcajadas. -Oh, me parece genial! Ahora soy un príncipe de barro. - Riendo en conjunto de sus hijos, Taehyung se unió al  juego de sus hijos.

Hermanos (no) de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora