El Refugio Familiar, Dos Años Después

74 7 0
                                    

El suave brillo del atardecer iluminaba la cocina, donde Kartein preparaba la cena. El aroma del guiso llenaba el aire, pero su mente estaba lejos de los ingredientes. La angustia y el miedo la acompañaban mientras miraba a Jiwoo, quien, a sus dos años, jugaba con bloques de madera en el suelo. Sus risas llenaban la habitación, pero la sombra del pasado nunca se alejaba completamente.Kartein recordaba la pérdida de su primer hijo, aquel niño cuyo nombre apenas podía pronunciar sin que el dolor la abrumara. La imagen de su pequeño siendo secuestrado había dejado una marca imborrable en su corazón. La desesperación por encontrarlo aún la consumía, y cada día era un recordatorio de la vulnerabilidad de su familia.Mientras tanto, en el patio trasero, Kayden estaba sumido en su entrenamiento, golpeando un saco de boxeo con determinación. Su cuerpo estaba cubierto de sudor y sus músculos tensos, pero su mente estaba centrada en una misión mucho más profunda: volverse más fuerte. Sabía que había enemigos acechando en las sombras, dispuestos a aprovechar cualquier debilidad.Sin que Kartein lo supiera, Kayden guardaba una carta que había recibido de un alfa desconocido. En ella se le advertía que, si quería saber el paradero de su hijo desaparecido, debía encontrarse con el autor. Era un secreto que había mantenido en lo más profundo de su corazón, un peso que cargaba mientras entrenaba. La culpa y la preocupación por Kartein lo empujaban a esforzarse al máximo, convencido de que la única manera de proteger a su familia era hacerse más fuerte.Kartein: "¿Qué estás haciendo, Jiwoo?" —preguntó Kartein con una sonrisa forzada, intentando dejar de lado sus pensamientos oscuros.Jiwoo: "Construyo una casa, mamá. ¡Para ti y papá!" —respondió el pequeño, con su cabello castaño alborotado y sus ojos brillantes.Kartein se agachó junto a él, abrazando a su hijo con ternura, intentando en vano que sus miedos se desvanecieran. Pero al mirar a Jiwoo, la ansiedad se intensificaba. Cada día que pasaba sin noticias de su primer hijo era una tortura.Mientras tanto, Kayden continuaba su entrenamiento, su mente inundada de pensamientos sobre Kartein y Jiwoo. Sabía que el tiempo se estaba agotando, y el peso de la carta en su bolsillo era un recordatorio constante de la amenaza que acechaba. Se detuvo por un momento, secándose el sudor del rostro, y miró hacia la ventana, donde Kartein y Jiwoo compartían un momento de felicidad.Kayden: "¡Kartein! ¿Todo bien?" —gritó, su voz firme pero cargada de preocupación.Kartein: "Sí, solo estoy con Jiwoo." —respondió, pero su voz no ocultaba completamente el temor que sentía.Justo en ese instante, Jiwoo se levantó y corrió hacia la puerta del patio, sonriendo y con los brazos abiertos hacia su padre.Jiwoo: "¡Papá, ven a jugar!"Kayden se acercó a su hijo, la alegría del momento fue un alivio temporal en medio de su carga. Pero, mientras abrazaba a Jiwoo, su mente seguía inquieta por lo que tenía que hacer.Kayden: "Pronto jugaré contigo, campeón. Necesito ser más fuerte para protegerte a ti y a tu mamá." —dijo con determinación.Kartein lo observaba, su corazón lleno de amor y preocupación. Sabía que Kayden estaba luchando, pero no entendía la razón detrás de su dedicación extrema. Aún sin conocer el secreto que él guardaba, su instinto le decía que había algo más.Mientras la cena se cocinaba, Kayden miró hacia el horizonte, su corazón pesado con la responsabilidad de ser el protector. En el fondo de su mente, la carta se quedó grabada, la promesa de un encuentro que podría llevarlos a respuestas.Kayden: "Lo haré por nosotros. No dejaré que nada nos vuelva a separar." —murmuró para sí mismo, sintiendo que su fuerza no era solo para él, sino para cada miembro de su familia.Kartein, sintiendo la intensidad en el aire, se acercó a Kayden. A pesar de su miedo, sabía que debían permanecer juntos, apoyándose mutuamente. Sin importar lo que el futuro les deparara, estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.--------------------------------------------------------------------The soft glow of sunset illuminated the kitchen, where Kartein was preparing dinner. The aroma of the stew filled the air, but her mind was far from the ingredients. Anguish and fear accompanied her as she watched Jiwoo, who, at two years old, played with wooden blocks on the floor. His laughter filled the room, but the shadow of the past never completely faded away.Kartein remembered the loss of her first child, that boy whose name she could hardly utter without being overwhelmed by pain. The image of her little one being abducted had left an indelible mark on her heart. The desperation to find him still consumed her, and each day was a reminder of her family's vulnerability.Meanwhile, in the backyard, Kayden was immersed in his training, hitting a punching bag with determination. His body was covered in sweat and his muscles tense, but his mind was focused on a much deeper mission: to become stronger. He knew that enemies lurked in the shadows, ready to exploit any weakness.Unbeknownst to Kartein, Kayden held a letter he had received from an unknown alpha. It warned him that if he wanted to know the whereabouts of his missing son, he had to meet with the author. It was a secret he had kept deep in his heart, a weight he carried as he trained. The guilt and worry for Kartein pushed him to give his all, convinced that the only way to protect his family was to grow stronger.Kartein: "What are you doing, Jiwoo?" —Kartein asked with a forced smile, trying to push aside her dark thoughts.Jiwoo: "I'm building a house, Mommy. For you and Daddy!" —the little one replied, with his tousled brown hair and bright eyes.Kartein crouched down next to him, hugging her son tenderly, trying in vain to make her fears dissipate. But as she looked at Jiwoo, the anxiety intensified. Each day that passed without news of her first child was torture.Meanwhile, Kayden continued his training, his mind flooded with thoughts of Kartein and Jiwoo. He knew time was running out, and the weight of the letter in his pocket was a constant reminder of the looming threat. He paused for a moment, wiping the sweat from his face, and looked out the window, where Kartein and Jiwoo were sharing a moment of happiness.Kayden: "Kartein! Is everything okay?" —he shouted, his voice firm but laden with concern.Kartein: "Yes, I'm just with Jiwoo." —she replied, but her voice didn't completely hide the fear she felt.Just then, Jiwoo got up and ran toward the patio door, smiling with arms wide open toward his father.Jiwoo: "Daddy, come play!"Kayden approached his son, the joy of the moment providing a temporary relief amidst his burden. But as he hugged Jiwoo, his mind remained restless about what he had to do.Kayden: "I'll play with you soon, champ. I need to be stronger to protect you and your mom." —he said with determination.Kartein watched him, her heart filled with love and concern. She knew Kayden was fighting, but she didn't understand the reason behind his extreme dedication. Even without knowing the secret he held, her instinct told her there was more to it.As dinner simmered, Kayden looked toward the horizon, his heart heavy with the responsibility of being the protector. In the back of his mind, the letter lingered, a promise of a meeting that could lead them to answers.Kayden: "I'll do it for us. I won't let anything tear us apart again." —he murmured to himself, feeling that his strength was not just for him but for each member of his family.Sensing the intensity in the air, Kartein approached Kayden. Despite her fear, she knew they had to stick together, supporting one another. No matter what the future held for them, they were ready to face it together

El secreto mejor guardadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora