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Capítulo 16 - El límite del silencio

Vacaciones, mi periodo favorito del año, el único periodo de mi vida en que me alejo de mi padre. Desde que tengo memoria, mi madrina me lleva con ella de vacaciones ya sean las vacaciones de invierno o de verano. Mi padre la odia, siempre habla mal de ella cuando no está cerca, pero como ella tiene una buena cantidad de dinero hace de todo para estar en su lado bueno. Este año no fue diferente. El último día de clases de este semestre ella ni siquiera esperó a que llegue a casa, simplemente apareció en mi colegio y me llevó a su casa. Antes mis hermanos también me acompañaban, pero dejaron de

venir cuando mi padre empezó a llevarlos juntos en su trabajo.

Apenas era mi tercer día aquí y ya no tenía nada que hacer. Como solo trabajaba una vez a la semana haciendo limpieza en la casa de una familia y no tenía que ayudar en casa, había tenido suficiente tiempo para hacer mis tareas. Mi madrina incluso me ayudó a terminar mi tarea de guaraní, la que más me costaba siempre. A veces me preguntaba porque mi padre prohibió hablar en guaraní si era tan necesario en la escuela e incluso para entender a las personas. Ya había pasado por varios momentos incómodos por no entender guaraní. Por suerte en la escuela siempre tuve a mi mejor amigo para ayudarme, y últimamente Valentina me había estado ayudando con esa materia.

Pensar que Valentina me ayudaría en algo, eso nunca me habría ocurrido. Si alguien me lo hubiera dicho antes lo habría llamado de loco. Ella se había vuelto más tolerable desde su supuesto plan perfecto, y desde que la habían suspendido los últimos tres días de clases por haber golpeado a una compañera, no hablamos ni por mensaje. No es que no lo hubiera intentado, le envié un mensaje, pero nunca recibí respuesta. Suspiré y me apoyé en la barandilla del balcón de mi habitación. El día estaba inusitadamente caluroso para un día de invierno y la piscina parecía llamarme, sin embargo, no me atrevía a entrar sola ya que no sé nadar.

—¿Quién es el dueño de tus suspiros, mi reina? —Me giré rápidamente ante la voz de mi madrina.

—Ya dije que no tengo novio, madrina. —Me recosté sobre la barandilla.

—¿Novia entonces? —Sentí que mi rostro se calentaba.

¿Qué debía responder ante esta pregunta? ¿Debería contarle lo de Valentina? Mi madrina siempre me hacía invitar a mis amigos para las vacaciones, y aunque todos los años solo invitaba a Darío, este año había más personas que invitar y una de ellas era nuestra shipper número uno. Temía que dijeran algo frente a ella cuando vinieran, pero yo no podía mentirle diciendo que Valentina es mi novia cuando todo es una farsa. A ella no puedo mentirle, no es como ocultarle algo a mis padres.

—¿Es complicado? —pregunta con una pequeña sonrisa.

—Es complicado —admito y miro el suelo.

—¿Quieres salir a fuera en la piscina un poco?

—Sí. —Sonreí y la miré. Ella me devolvió la sonrisa.

—Cámbiate y baja entonces. —Estaba por salir cuando se acordó de algo y se volteó hacia mí—. Una amiga y su hija vendrán de visita. Me gustaría mucho que hablaras con su hija, ella suele aburrirse cada vez que acompaña a su madre a visitarme.

—Trataré de hacerlo, madrina. —Llevé una mano a la nuca y empecé a jugar con mi cabello de esa zona.

—Sé que no te sientes confortable con personas que no convives, mi reina. Pero realmente me gustaría que se lleven bien. Esta chica puede parecer mala, pero es una buena persona. —Asentí. Tal vez sería bueno alejarme un poco de todo lo que estaba sucediendo últimamente.

Por algún motivo estaba nerviosa al elegir mi ropa. Si fuera solo mi madrina y yo hubiera utilizado el primer bikini que encontrara, pero el saber que alguien más vendrá me hizo buscar entre todas las ropas que mi madrina me había comprado el que me quedara mejor. Al final opté por un bikini lilas pastel. Era simple, pero me gustaba mucho como me quedaba el color. Además, venía con un vestido para piscina que me ayudaba a sentirme menos desnuda, aunque la tela fuera semitransparente.