Capítulo 12 - Nunca hagas enojar a una bruja

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Aún no puedo creer que accedí a esto. ¡Ver a una payesera! ¡¿De verdad, de verdad?!

Respiro hondo tratando de calmarme. No es que crea en esas cosas, pero tampoco me gusta la idea de ver a alguien que no se que tipos de cosas hace. ¡Podría ser una psicópata!

—¡Deja de suspirar como si estuvieras caminando a tu muerte! —Valentina, sentada a mi lado en la parte trasera del coche de su padre, susurró. Su hermano, que estaba al volante, nos mira por el retrovisor cada tanto.

—¡Es muy posible que sea eso! —Le susurré furiosamente mientras movía mis brazos frenéticamente.

Altaír bajó el volumen de la música, y suspiró sonoramente.

—¿Qué está pasando entre ustedes dos? —preguntó cansinamente. Normalmente él es enérgico, pero ahora parecía harto de nuestra interacción.

—¡Nada! —Ambas respondimos al mismo tiempo.

Pocos minutos después, el coche paró frente a una pequeña casa de ladrillos a la vista. De ella salieron Dafne y Melissa, la última parecía estar regañando a la primera. Altaír se volteó en el asiento para vernos mejor.

—Compórtense las dos, no vayan a matarse. —Nos regañó sin mucha emoción.

—No es para tanto. —Valentina respondió, y salió del auto.

—Buena suerte con su mal humor, mini constelación.

—¿No puedes secuestrarme? —Le pedí, y empezó a reírse suavemente.

—Lo siento, no pueden escaparse de sus responsabilidades. —Alborotó mi cabello como cuando era niña.

—¡Voy a morir! —Aparto su mano e inflo mis cachetes.

Me despido de él al salir del auto, y veo a Valentina esperándome de brazos cruzados. Después de saludar rápidamente, las cuatro entramos a la casa de Dafne. Mi enemiga mira por la ventana hasta estar segura de que su hermano se fue.

—¿Están segura de hacer esto? —Melissa jala sus dedos y se muerde el labio.

—No.

—¡Sí! —Valentina responde al mismo tiempo que yo, y me mira mal—. Estamos muy seguras de hacer esto.

La rubia suspira y mira a su amiga, esta mueve sus hombros despreocupadamente.

—Solo no tarden, aun tenemos que hacer el trabajo práctico de la profe Elsa. —Melissa se resignó.

Salimos de ahí dejando nuestras mochilas atrás, para ir a la casa de la payesera, que según Dafne estaba cerca de su casa. Caminé tras Valentina, sin ganas, y sintiendo que a cada paso estaba más cerca de mi muerte. Cuando llegamos a lo que yo creí un bosque, Valentina empezó a caminar por una senda bastante estrecha.

—¡Espera! No voy a caminar aquí. —Paré al borde del camino.

—¿Por qué no?

—¿No tienes miedo de que te pique una víbora?

—Este es el camino más corto según Dafne, si vamos por el camino principal tardaremos mucho, las cuadras son muy grandes aquí.

—Prefiero el camino más largo. —Moví frenéticamente mis manos frente a mí.

—Todavía tenemos que hacer el trabajo de Ciencias naturales, si vamos por el otro camino no nos dará el tiempo, y no puedes salir siempre de casa, ¿verdad? —razonó tranquilamente. ¿Qué pasó de su mal humor?

—Le tengo terror a las serpientes —admití, aunque no quería.

Algo en el rostro de Valentina cambió. Se mordió su labio y miró hacia otro lado. Luego se acercó a mí, y tomó mi mano.

11:11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora