The King of the Track 《Chewis》

Chapter Eight

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Sergio y Lewis caminaban por la playa de Qatar, disfrutando del calor del sol y la brisa marina. El cielo estaba despejado, y el agua azul turquesa parecía infinita.

—Me encanta este lugar —dijo Lewis, respirando profundamente—. Es tan relajante.

Sergio sonrió.

—Sí, es increíble. Me alegra haber podido venir.

Mientras paseabamos, estuvimos hablando de diferentes cosas, sobre nuestra niñez, las travesuras que hicimos a esa edad, etc.

Sin darnos cuenta ya era demasiado tarde por lo cual nos fuimos al hotel, Lewis y yo caminábamos hacia el elevador del hotel cuando nos encontramos con Fernando, Lance y Carlos, quienes estaban riendo a carcajadas.

Fernando y Lance se estaban riendo, cuando voltearon hacia nosotros se les podía ver en sus rostros lo rojo que estaban por la risa.

Lewis y yo nos acercamos y saludamos a los tres hombres.

—¡Hola, chicos! —dijo Sergio—. ¿Qué pasa? ¿Qué es tan divertido?

—Estamos recordando cuando hice una broma hace tiempo —dijo Fernando, aún riendo.

—¡Todavía no puedo creer que hayas hecho eso! —dijo Carlos mientras calmaba su risa.

Sergio y Lewis soltaron una leve risa ya que les causó gracia la risa de Carlos y lo rojo que estaban los tres hombres.

—Entonces debe de ser demasiado gracioso para que hasta dejen de respirar —mencionó Lewis con una sonrisa.

—¡Es que fue algo tonto! —dijo Lance, secándose las lágrimas.

La conversación continuó mientras nos subíamos al elevador, nos contamos varias anécdotas divertidas, como cuando éramos rookies.

—¿Están listos para este GP? —pregunté.

—Estamos preparados —dijo Carlos—. Queremos dejar todo en la pista.

—¡Buena suerte! —dijo Lewis —. Nosotros queremos tener otra victoria, asi que no se las vamos a poner fácil.

Llegamos a nuestro piso y nos despedimos.

—Mañana será un día emocionante —dijo Lance

—¡Hasta mañana! —respondió Fernando.

La puerta del elevador se cerró, dejándonos con la emoción del próximo Gran Premio.

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Lewis y yo comenzamos ha alejarnos del elevador para ir a nuestras habitaciones, los dos estamos en un silencio cómodo.

Cuando llegamos a mi habitación, estábamos a punto de despedirnos cuando Lewis me  sugirió.

— Oye, ¿que te parece si vemos una película?, digo, para relajarnos antes de que comencemos las prácticas.

Sonrie, ya que era lo que estaba por hacer en el momento en el que entrará a mi habitación.

— Me gusta la idea –dije, mientras abría la puerta y entraba conmigo detrás.– ¿Tienes alguna en mente

— Para serte sincero no tenga nada en la mente, vamos a ver que película hay y la que nos llame más la intención la dejamos.

Mencionó Lewis mientras se sentaba en el sofá que tenía la pequeña sala de la habitación, en cambio Sergio habló a recepción para que les trajeran palomitas naturales y palomitas con mantequilla.