Science Of Love [MoonSun]

Cinco

Yongsun no se dio cuenta realmente del alcance de sus sentimientos por Byul hasta dos semanas antes de Acción de Gracias.

—Llegaré el miércoles por la tarde. —el tono directo de su madre llegó tan claro a través del teléfono que podría haber estado junto a ella—. Me quedaré hasta el domingo por la mañana. Yongsun, ¿puedes ocuparte de que esta vez tenga la segunda plaza de aparcamiento para tu apartamento? La última vez que fui de visita fue una auténtica pesadilla.

—Le pediste a Yonghee que lo hiciera la última vez. —murmuró.

Ni siquiera habría contestado al teléfono si se hubiera dado cuenta de que era su madre. Esperaba una llamada de uno de los asistentes de investigación y no se había dado cuenta de su error hasta que el tono cortante de su madre estuvo en su oído.

—Sé que lo hice. —dijo en tono claramente exasperado—. Pero, Yonghee había sido elegida para ir a Los Ángeles para el retiro de la NBC en el último minuto. Tenía mucho que hacer. Me informó de que te había dejado una nota pidiéndote que confirmaras la situación del aparcamiento.

Era verdad. Pero en aquel momento Yongsun había estado trabajando en un cultivo de laboratorio delicado y apenas había salido del laboratorio durante días seguidos; no había visto la nota.

Exhalando un suspiro, ladeó la cabeza hacia el cielo e hizo lo que hacía la gente cuando sus madres se ponían así.

—De acuerdo.

—Esta vez dormiré en la habitación de Yonghee, ya ha confirmado conmigo. Así que estará contigo. Ah, y no vayas al supermercado esta vez antes de que yo llegue.

Parpadeó mirando las nubes.

—De acuerdo.

—Sé que tu intención era buena. Pero tenía que ir cuando llegara de todos modos, porque no sabes exactamente cuáles son los artículos adecuados, y podría hacerlo yo misma.

Yongsun había pensado que le estaba haciendo un favor a su madre la última vez que vino de visita, que había sido el Día de Acción de Gracias del año anterior. Había pensado que las tiendas se quedarían sin comida de Acción de Gracias el día anterior. Pero, como siempre ocurría con su madre, no lo hizo del todo bien.

Cerró los ojos con fuerza.

—De acuerdo.

Mientras estaba en medio de la acera, se preguntó por qué su madre no había llamado a Yonghee. La mayoría de las veces, para cosas así, lo hacía.

—Y hablaremos seriamente. ¿Te vas a quedar en el MIT, Yongsun? Sí, es una gran universidad, aunque nunca entenderé por qué no elegiste Stanford.

Ah. ¡Por eso la había llamado!

Yongsun lo sabía; había oído muy poco más sobre su elección de universidad desde que había ido al MIT en vez de a Stanford hacía diez años. El alma mater de su madre.

—Pero esa parte de tu vida ya debería haber terminado. Te has graduado. Es hora de que trabajes. ¿Cómo vas a hacerte un nombre en el mismo lugar que te conoce desde que eras adolescente? Tampoco están a la vanguardia en avances. Resulta que sé muy bien que ChanWook, de Industrias Bin, ha seguido explorándote, y sé que recibiste múltiples ofertas de los Laboratorios Tri-Fall. Son líderes mundiales en investigación biomédica, Yongsun, el trabajo que están haciendo va más allá de lo que serás capaz de hacer tú sola en tu pequeño laboratorio.

En su pecho se acumulaba ese sentimiento, que le era muy familiar en relación con su madre, que había tenido durante toda su vida. El que le decía a Yongsun que no estaba haciendo lo suficiente, que no era lo suficientemente buena, que no era lo que Kim Hyeran quería en una hija. Por suerte, tenía a Yonghee.