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La noche había caído en una atmósfera tensa, y Felix se encontraba en una habitación oscura, su corazón latiendo con fuerza. Lee Jinho, su padre, se encontraba frente a él, una figura imponente y amenazante que desataba un miedo palpable en el aire. Todo lo que había considerado seguro se desmoronaba a su alrededor.

"Si es necesario, te mataré antes que permitir que esa deshonra se acerque a ti," dijo Jinho, su voz llena de odio. "Es la única manera de separarte de Hyunjin."

Felix sintió que su mundo se desmoronaba. "¡Papá, no puedes hacer esto! Hyunjin es... es todo para mí." Su voz temblaba, intentando encontrar una forma de hacer entrar en razón a su padre.

"Todo para ti," replicó Jinho, su desdén evidente. "Ese niño es un obstáculo, una mancha en nuestra familia. Nunca serás feliz con él."

La pistola que Jinho sostenía brillaba con una amenaza escalofriante. Felix dio un paso atrás, intentando controlar su miedo, pero sus piernas se sentían pesadas, como si la gravedad del terror lo retuviera en su lugar.

"No puedo dejar que lo lastimes," dijo Felix, con una determinación que lo sorprendió a sí mismo. "¡Si tienes que matarme para separarme de él, entonces lo harás sobre mi cadáver!"

Lee Jinho soltó una risa burlona. "Eres un ingenuo. No entenderás el verdadero significado de la familia hasta que sea demasiado tarde."

Justo cuando Felix pensaba que todo estaba perdido, el sonido de pasos apresurados resonó en el pasillo. Era Hyunjin, irrumpiendo en la escena con una mirada decidida. "¡Suéltalo, Jinho!"

La presencia de Hyunjin parecía alterar la dinámica. Jinho giró su mirada hacia él, y el odio en sus ojos se intensificó. "¡Tú! Eres el culpable de esto. Has envenenado su mente."

"¡No dejaré que lo lastimes!" gritó Hyunjin, sus palabras llenas de rabia.

Sin previo aviso, Lee Jinho apuntó su arma hacia Hyunjin. "¡No, papá! ¡No lo hagas!" Pero ya era demasiado tarde.

El sonido del disparo resonó en el aire como un trueno, paralizando a Felix. Por un instante, todo pareció detenerse. El mundo dejó de girar y el tiempo se fragmentó en mil pedazos cuando Hyunjin, con una velocidad que Felix nunca olvidaría, se lanzó frente a él, interponiendo su cuerpo para protegerlo.

Felix ni siquiera tuvo tiempo de gritar cuando vio a Hyunjin caer al suelo. Su cuerpo, tan firme y fuerte, ahora yacía inmóvil, y la sangre comenzaba a brotar de su pecho, manchando la camisa blanca que llevaba puesta.

"¡Hyunjin!" gritó Felix, su voz quebrándose al correr hacia él. Cayó de rodillas a su lado, sosteniéndolo mientras el terror y el dolor inundaban cada fibra de su ser.

Hyunjin respiraba con dificultad, cada aliento era un esfuerzo visible. Felix apretó sus manos contra la herida en su pecho, intentando desesperadamente detener el sangrado, pero la realidad se estaba imponiendo con brutalidad. La sangre seguía fluyendo, y la vida de Hyunjin se deslizaba entre sus dedos.

"Felix..." murmuró Hyunjin, su voz apenas un susurro, pero lo suficientemente fuerte para llegar al corazón de Felix.

"No, no, no... ¡No hables! ¡No te atrevas a dejarme! ¡San, ayuda!" Felix gritó, desesperado, pero los sonidos a su alrededor eran distantes, irrelevantes. Lo único que importaba era Hyunjin, y lo estaba perdiendo.

Park Jinho, aún con el arma en la mano, observaba la escena, su expresión inmutable. Había logrado lo que quería: destruir la vida de su hijo, aunque no de la manera que había planeado. Su mirada fría se encontró con la de Felix, pero Felix no podía sentir nada más que un odio abrasador.

"¡Vete de aquí!" gritó Felix, sin apartar la vista de Hyunjin. El rostro de su padre apenas registró el desprecio de su hijo, pero tras unos segundos de silenciosa tensión, bajó el arma y desapareció en la oscuridad.

Mientras el caos se desvanecía a su alrededor, Felix volvió su atención hacia Hyunjin, las lágrimas corriendo por sus mejillas. "Por favor, no me dejes... No te vayas. Te necesito."

Hyunjin lo miró con sus ojos oscuros, ahora más suaves, con una mezcla de dolor y paz. Una débil sonrisa se formó en sus labios, aunque cada palabra que intentaba pronunciar le costaba un esfuerzo inimaginable.

"Te... amo, Felix," dijo con voz entrecortada. "Siempre... estaré... contigo."

Felix sintió que su corazón se rompía en mil pedazos al escuchar esas palabras. Quiso responder, decirle cuánto lo amaba también, pero su voz se ahogó en sollozos. Hyunjin levantó una mano débilmente, tocando la mejilla de Felix con ternura una última vez.

Y entonces, su mano cayó. Sus ojos se cerraron. Y con ese último aliento, el mundo de Felix se oscureció.

La realidad lo golpeó con la fuerza de un tren. Hyunjin estaba muerto. El hombre que había prometido protegerlo, amarlo y cuidarlo, había sacrificado su vida por él. El dolor era insoportable, un vacío que lo consumía todo. El mundo se desmoronaba a su alrededor, y Felix no sabía cómo continuar sin él.

La oscuridad de la noche se cernía sobre ellos, pero para Felix, el mundo ya no tenía luz.

Felix permaneció arrodillado, abrazando el cuerpo sin vida de Hyunjin mientras el tiempo se desvanecía a su alrededor. La sangre se expandía, tiñendo el suelo de un rojo oscuro, un recordatorio cruel de lo que había perdido. Sus lágrimas caían sin control, empapando el rostro de Hyunjin, y el dolor de su corazón resonaba como un eco en la noche.

La habitación estaba en silencio, excepto por el leve susurro del viento que se colaba por las ventanas. Felix sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor, que el vacío lo engullía. "¿Por qué, Hyunjin? ¿Por qué tuviste que hacer esto?" su voz era un susurro, casi inaudible. La desesperación lo invadía, y cada palabra era un clamor desgarrador.

Recuerdos de su tiempo juntos comenzaron a asaltarlo: sus risas compartidas, los momentos de ternura y los sueños que habían planeado juntos. ¿Todo eso se había ido tan rápido? Hyunjin había sido su luz, y ahora estaba sumido en la oscuridad más profunda.

Mientras la realidad se asentaba, la ira empezó a burbujear dentro de él. "¡Maldito seas, Jinho!" gritó, dirigiéndose a la sombra de su padre que había desaparecido. "¡Tú has hecho esto! ¡Eres un monstruo!" Su voz reverberó en la habitación vacía, pero no había respuesta. Solo el eco de su dolor y su rabia.

Felix sintió que el tiempo se detenía. No podía seguir allí, no podía quedase en ese lugar que ahora solo le traía recuerdos de su amor perdido. Con un último suspiro, se levantó, llevando consigo el peso del sufrimiento, decidido a hacer justicia por Hyunjin.

Salió de la habitación, sintiendo la fría brisa de la noche acariciar su rostro. Cada paso que daba era un desafío, una lucha entre su dolor y su deseo de venganza. Necesitaba encontrar a su padre, confrontarlo y hacerle pagar por lo que había hecho.

El mundo exterior era un caos. Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, pero todo le parecía borroso. Con cada latido de su corazón, recordaba la última sonrisa de Hyunjin, su sacrificio, y cómo había arriesgado su vida por él. Esa imagen se grabaría en su mente para siempre.

Mientras caminaba por las calles vacías, el fuego de la venganza ardía dentro de él. No podía permitir que la muerte de Hyunjin fuera en vano. Haría lo que fuera necesario para enfrentarse a su padre, para hacer que pagara.

Esa noche, Felix se transformó. El dolor se convertiría en su fuerza, la tristeza en determinación. Ya no era solo el hijo de Lee Jinho; era un guerrero, listo para luchar por su amor perdido. El eco de su corazón, ahora roto, resonaba con la certeza de que encontraría una manera de honrar a Hyunjin. No había vuelta atrás.

✨️IMPOSSIBLE LOVE✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora