.Revelaciones.

234 22 5
                                    

NATHANIEL.

No podemos ser amigos.
Anhelo en exceso tu presencia.
Se me eriza la piel a tu contacto.
Tu voz desgarra mi pecho.
Mi amor arde tanto.
No podemos, no puedo. No contigo.

-Esta bien.- dijiste.

Me apartaste de tu pecho.
Te fuiste sin mirar atrás.
Me dejaste llorando.
Me sentí vacío pelirrojo, en un instante. Tan vacío.
Lo siento.

CASTIEL.

-Y el amor llega y te despezada, como tu a ese sandwich- solloce.

-jamas pensé verte en este estado- rió Lysandro.

En la casa de mi mejor amigo, ahí podía ahogar mis penas, porque no seria juzgado. Así que allí me encontraba.

-Un sándwich es tan poco victoriano ¿porque lo comes?

-¿Porque lloras por amor?- respondió con otra pregunta.

-No estoy llorando, me estoy quejando.

-Es la misma cosa mi querido amigo.

-El amor es una mierda.

-Tienes toda la razón.

-¿Y tu que sabes? Espera... ¿tienes a alguien?

-Es muy probable.

-¡Dime quien es!- salte desde donde me encontraba sentado.

-Tu no me dijiste quien es tu dama.

Dama, ¿porque así?

-No pienso decirte si no me dices primero.

-Yo no puedo decirte, no es contra ti, es solo que no puedo- agache la cabeza.

Lyss no lo aceptaría, se alejaría de mi.

-No te sientas mal por eso, ya encontraremos la manera.

Se acerco a mi y me estrecho entre sus brazos. Ese gesto me pareció extraño, el peliblanco no solía darme muestras de afecto, pero yo tampoco solía hablar de mis sentimientos. Yo estaba raro, era muy posible haberlo contagiado, debía ser eso.

-Pero tu puedes decirme, no le diré a nadie.- insistí.

-Me encuentro en una situación parecida a la tuya, me es imposible expresarme.

-Que mal, me hubiese gustado ayudarte.

Se aparto de mi y miro hacia el suelo.

-No es algo que necesite ayuda, ni tiempo. En realidad no necesita nada porque no es nada. Es mas como un deseo, de esos que sabes que jamas cumplirás. No estoy triste, es algo bastante feo saber que no existen posibilidades, pero lo superare, no voy a dejar que me afecte...

Me acerque hasta el y lo tome por los hombros. Lo obligue a levantar la cabeza y verme directamente.

-No vuelvas a decir algo así jamas.

Su rostro de tez pálida, tomo una tonalidad rojiza en las mejillas. Algunas pecas casi invisibles desaparecieron junto con el nuevo color que lo inundaba lentamente. Sus ojos se cristalizaron, pero no atino a cerrarlos siquiera, solo dejo que se llenaran y rebalsaran. Lentamente las lagrimas comenzaron a caer en pequeñas gotas, manchando su cálida expresión con dolor.
Y yo como un idiota no hacia mas que mirarlo, sin decir una palabra. Obligado por mi silencio, me susurro.

-Lo quiero tanto...

Lo quiero.

Había escuchado bien.

-Repite lo que dijiste- solté violento.

-No, yo no quise..

Seco sus lagrimas con su antebrazo y se alejo en dirección a la puerta.

.Al Lado De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora