.Estaciones.

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AMBER.

-Yo me estaba guardando para alguien.

Le había dicho a Kentin cuando nos conocimos.

-Pero esa persona se borro de mi vida hace mucho tiempo, y de todas formas no se porque creí que me esperaría, lo había echo sufrir tanto. Pero supongo que aun albergaba esperanzas. Cuando amas a alguien, a veces haces cosas sin pensar, dices cosas que no quieres, pretendes, esperas, usas una mascara. Cuando la gente te dice 'No puedes' realmente lo crees. Realmente pensaba que no podia, que no debía.

Cambiar el sexo de Lynn con tal de desahogarme era una práctica habitual en mi. Tenía la necesidad de contarlo, contar como la había dejado ir. Porque ella se había borrado, jamás volvería, era un recuerdo netamente vacío que llenaba con palabras. Lo único que podía hacer era apaciguar el dolor trayéndola de vuelta, con relatos y gestos, con lágrimas y sonrisas. Siempre imaginando su lacia cabellera castaña, sus ojos verdosos, sus piernas largas, sus manos tibias, su piel suave. La veía de reojo andando por ahí, para de repente agudizar la vista y darme cuenta que no estaba, o de que no era ella.

La veía.

-Tenemos que hablar.- dijo con dulzura.

La veía frente a mi, la tenía frente a mi. Esta vez era real.
El aire había abandonado mis pulmones. Más alta, más fuerte, con una gracia impropia de ella. No estaba viendo a la chica que se había ido al extranjero hace unos años, estaba viendo a una mujer.

-¿Lynn?- intente recuperar el aliento sin disimulo. Inspirar dolía. -¿Que estas haciendo aquí?

Sus ojos chispeantes bailaban sobre los míos. ¿Tenia las pestañas más largas o era una ilusión?

-He vuelto Amber, para quedarme.

LYNN.

Mi rubia bonita no me había visto llegar. Cuando volteo a verme casi se cae de espaldas al suelo, pero eso no impidió que se dirigiese a mi con arrogancia. Igual de torpe y soberbia que cuando me había ido. Pero más opaca, más triste, como si los años le hubiesen arrebatado el brillo que acostumbraba irradiar en otros tiempos. Aún así yo estaba emocionada, porque había esperado por esto años, porque había esperado por ella.

-¿Quieres que vayamos a tomar algo? ¿Para charlar un poco?- le pregunté tranquila, intentando contener mi alegría.

Dudó. Dudó varios segundos, como si intentará reponerse de un golpe.

-No creo que sea conveniente.- Dijo fría. -Ya que no tenemos nada que contarnos.

Mi corazón dio un vuelco importante.

-¿Que quieres decir?- balbucee.

-Escucha Lynn, estoy feliz de que hayas vuelto, pero nosotras ya no somos amigas. Ya no somos nada ¿Entiendes?

-Pero...

-Pero nada. ¿Pensaste que ibas a volver y yo iba a estar aqui esperando por ti?- las comisuras de sus labios dibujaron una dolorosa sonrisa.

-¡No es justo!- alze mi voz -¡Tu me dijiste que me fuese Amber!

-Y tu te fuiste, fin de la historia. Ahora Calmate Lynn, que estamos en el Instituto no en la calle.

-Estoy calmada- argumente más para mi que para ella.

-Si lo estas, vete.

Inspire con suavidad. No podía irme, no podía dejarla otra vez. Tenía que hacer algo.

-Te quiero.

-Lynn basta...

-¿Tu no me quieres?- tenía que insistir.

Mi pregunta pareció conmocionarla.

-No, ya no. Te amaba, pero ya no queda nada.

-Puede ser... ¿que haya alguien mas?

-Si. Y tú también deberías buscarte a alguien, alguien normal que pueda darte lo que necesitas.

-Tu eres todo lo que necesito.

Me acerqué hacia ella, porque no iba a ganar nada estando a un metro de distancia. Para mi sorpresa no se movió.

-No quiero nada mas.- continúe.

Deslize una mano por su cintura y la atraje hacia mi. Hundir mi nariz en su pelo me produjo un mareo, una catarata de recuerdos amenazaba con ahogarme.

-¿Enserio no te importa que esté con alguien más?- preguntó.

Su tono de voz había cambiando, y la arrogancia de sus gestos disipado. No me abrazaba, pero no se resistía.

-Haré que te olvides de ella.- susurre.

Mis manos subían y bajaban. De su cintura baja a la alta, de la alta a la espalda, de la espalda al cuello, del cuello al cabello. Arriba y abajo, acariciando. Mientras ella se dejaba.

-El. Es hombre.

-Pues hare que te olvides de el.

-No creo que debas, no es un mal chico. Sabes... Me pareció verte hablar con el la otra vez...

Me aparte de la rubia y la mire confundida. No recordaba haber hablado con alguien que tuviese contacto con Amber nunca.

-¿Ah si? ¿Quien es?

-le dicen Kentin, creo que es nuevo, sus pa...

Kentin.

Kentin, Kentin, Kentin.

Ken.

Amber.

Verano, otoño, invierno, primavera. Ken y Amber bajo el tobogán dándose besitos. Ken pidiéndome que no diga nada. Ken y Amber en casa de Ken. Ken pidiéndome que no diga nada. Ken y Amber en el cuarto del conserje. Ken pidiéndome que no diga nada. Verano otra vez. ¿Donde esta Amber? Ken no sabe, no quiere que diga nada. Otoño otra vez. Amber se ríe de Ken. Ken pidiéndome que no diga nada. Invierno otra vez. Amber golpeando a Ken. Ken pidiéndome que no diga nada. Primavera otra vez. Ken se va, se va para siempre, para siempre. El tiempo que sea para mi es infinito. Mi único amigo, mi compañero, mi adolescencia, mi vida entera. Por ella, por ella es que se va.

Sin embargo no conozco su cara. La había visto solo de espaldas, sólo acurrucada, sólo contra algo, contra Ken. Rubia. Pero rubias hay a montones. Después Amber, Amber es rubia pero no es como ella. No puedo asociar su nombre con el de la que se deshizo de mi amigo, no puedo asociar su rubio con el rubio que estaba contra el pecho de Ken. Porque estoy enamorada, ciega. Creo que ella es la mejor persona del mundo y le tiro avioncitos de papel, escribo en su cuaderno, me porto como idiota, la miró, le tocó el pelo, la sigo a todos lados, la beso, la quiero, hundo mi mano en su entrepierna, la beso mil veces, la amo, la elijo mil veces, me voy, la extraño, la extraño mil veces, vuelvo.

Vuelvo.

-¿Amber?

-No deberíamos Lynn...

Ella no entendia, no sabía.

-Tienes razón, no deberíamos.

Di por terminada la conversación. Voltee y corrí. Corri hacia ningún lado con el rostro congestionado, descompuesta, alterada, nerviosa llorando.

Porque a quien más odiaba, y a quien amaba, eran una sola persona.

.Al Lado De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora