.Regreso.

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KENTIN.

Si, lo tienes todo,
Pero lo tienes todo mal.
No, no sabes
Que eres una pobre alma desafortunada.
Oh yo se,
Lo haces parecer que te sientes entero,
Por lo que no sabes
Que eres una pobre alma desafortunada.

Mi actual cancion favorita comenzaba a sonar como por milesima vez a todo volumen en el estereo. Llevaba escuchandola horas, y aun no me la habia podido memorizar completa.

Sí, te pones en una fachada de fe,
Crees que eres santo cuando no lo eres.
Odio tener que decírtelo chico,
Pero simplemente estás perdido.
Puedes arreglar todo lo malo tan solo para sentir que perteneces,
Pero simplemente gritando pecados no te lleva más cerca de Dios.
Eres solo un fantasma a lo más,
Un conjunto de huesos vacíos,
Buscando nada y todo para hacerte sentir completo,
Cuando esto se torna frío, oh oh oh.

Lo unico que podia tararear era el estribillo. Y creanme que lo hacia con ganas.

Tu no sabes.
No, tu no lo sabes.
Oh, estás completamente solo,
Tu, pobre alma desafortunada.
No puedes controlar donde tu cuerpo te deja ir.
Oh, estás completamente solo,
Tu, pobre alma desafortunada.

Porque en realidad, estaba completamente solo. Aunque eso duraria poco y lo sabia.

Literalmente estaba solo, no habia nadie en el curso, la clase habia terminado como hace veinte minutos. Habia decidido quedarme porque de todas formas no tenia nada que hacer. La musica ahogaba mi soledad interna.

Estaba tan perdido en la letra de la canción, en mis sentimientos ocultos, que me olvidé de mi alrededor.
Sentado en mi butaca, empecé a cantar mas alto, realmente me encantaba aquella canción. De pronto escuché un ruido sordo que me obligo a desconectarme de la cancion y mirar alrededor.

Era Nathaniel. Estaba en casi todas mis clases y era el delegado principal, pero aun con esos factores que aumentaban la probabilidad de que cruzacemos palabras, nunca habia hablado con el. En el salon jamas nos habia tocado hacer tareas juntos, y cada vez que tenia que hablar con algun delegado sobre algo, me encontraba con Melody.

Estaba sentado sobre una silla, en las primeras filas. El ruido debia haber sido una carpeta que llacia en el suelo, parecia haberla tirado sin darse cuenta al querer apollarse en el escritorio.

¿Pero porque iba a ponerse comodo? ¿Cuanto tiempo llevaba sentado ahi?

un pequeño sonrojo apareció en mis mejillas. No dejaba que nadie me escuchase cantando. Absolutamente nadie.

Cuando era pequeño, mi padre solia burlarse de mi cuando me encontraba cantando. Eso no era nada masculino. Intentaba no darle importancia. Pero una vez, ya de adolescente, entro a mi cuarto y me dijo a los gritos que si no cerraba la boca iba a cosermela. Supuse entonces que mi voz era una aberracion para los oidos ajenos, asi que deje de cantar donde otros pudieran oirme. No cantaba para nadie desde ese entonces.

-Lo siento, no queria interrumpir- se lamento.

No podia hablar, estaba realmente avergonzado.

-Tu voz es... asombrosa- dijo al ver que no contestaba.

Su mirada se dirigio al suelo. Una sonrisa de admiracion enmarco su rostro.

-¿De veras? Toda la vida crei que cantaba horrible.

-Pues estabas equivocado.

-Gracias.

Las palabras bonitas entibiaron mi corazon, que usualmente se encontraba helado.

.Al Lado De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora