.Memorias.

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ALEXY.

Lo había sabido desde el primer momento.

Me había pasado antes, incontables veces. A la gente le parezco exótico, diferente, me buscan, me quieren, me necesitan. Para probar algo nuevo, para vivir experiencias únicas, para infinidad de cosas. Puedes verlo en sus ojos, cuando te miran como si hubiesen encontrado justo lo que buscaban. Se quedan tildados unos segundos, probablemente pensando 'Es este chico, tiene que ser este chico' y luego se lanzan de cabeza al vacío para descubrir más tarde que no les gusto, que no era lo querían. Pero tal vez necesitan probar de nuevo para confirmarlo, o más de una vez. Yo me dejó, casi siempre. Hay personas que son terriblemente atractivas, como en el caso de ese amigo de mi padre el mes pasado. Sabes que no está bien, sabes que no deberías, pero la tentación y todo lo que trae consigo te arrastran hacia dentro. Después hay gente como Kentin, que no entienden nada de nada, que están perdidos, en busca de consuelo. Entonces todos los factores nombrados anteriormente caen como del cielo, aparece frente a tus ojos alguien que supuestamente no puede decir que no 'porque es gay' y tienen que intentarlo, tienen que sentirlo. Podría ser el camino correcto, podrían salir de la asquerosa soledad que los tiene presos. Pero no era así, lo había sabido desde el primer momento. Era como todos los demás. Probablemente volvería por mas y tendría que explicarle todo esto. Y no quería, estaba cansado. Cansado de ser el juguete de todos.

Nathaniel me había contado lo de el castaño y Amber. 'Nunca te fíes de un tipo que se tira a tu hermana' le dije. Alguien que tiene sexo de forma liberal no necesariamente tiene que ser una mala persona, pero si una inestable. Son aquellos que le escapan a la seguridad, que le temen a la rutina. No es que yo quisiese un relación estable, nunca antes había tenido una. Pero si me había enamorado, y sabía que no era un juego de chicos.

También sabia que no tendría que estar pensando en estas cosas a la hora de la siesta. Pero no podía conciliar el sueño, y mi hermano estaba actuando de una forma curiosa.

-¿A donde vas?- Le dije mientras lo veía revolver el ropero.

-Consegui trabajo. Me recomendaron para vendedor en una tienda del centro.

-¿Y tu trabajo te pide que le uses la ropa a tu hermano?

-No, pero quieren que me vista 'Seductor' y 'Atrayente' para que las clientas y sus billeteras vuelvan cada dia.- observó una playera rayada y suspiro -El problema es que no conozco ninguno de esos dos términos.

Me levanté de un salto y comenze a hurgar en el armario. Saque una ajustada polera blanca con cuello redondo y unos pantalones skinny negros. Se los arroje a la cabeza y volví a tirarme en la cama.

-Ponte eso y vete de aquí.

-¡Eres el mejor!- me apremio mientras se cambiaba.

-¿Que vas a hacer tu en una tienda?

-No lo se. Mama se entero del puesto por una amiga. Supongo que ella me explicara. Le dijo que tenía un hijo con muy buen gusto y un carisma excepcional. La mujer tenía que contratarlo.

-¡Pero ese soy yo!- no pude evitar reír.

-Si, pero tu no necesitas comprar una nueva consola cada vez que sale, así que por ende no necesitas el dinero.

-Le preguntaré a Mamá cual es la tienda e iré a hacerte pasar verguenza.

-Intentalo y verás.- grito mientras abandonaba la habitación.

Suspire aburrido. Aún no tenía sueño. Me enrolle en las sábanas hasta quedar como un burrito y cerré los ojos. El rostro de Kentin vino a mi mente como un rayo. Sus cejas gruesas, sus ojos verdes, sus labios llenos. Tener un novio como el sería el sueño de que cualquier chico o chica. Podría tener a quien quisiese comiendo de su mano en un minuto.

¿Entonces porque estaba con Amber? Había jovencitas mucho más hermosas en el Instituto. Amber no era fea, pero estaba un poco caderona y sus rizos tenían frizz, además de ser dueña de un carácter delicadamente repulsivo. Si de sexo se trataba, parecía que la hubiese escogido al azar. Pero no fue asi, claro que no. Nathaniel dijo que lo estaba ayudando sólo como excusa para verla, que si la rubia no estaba en casa, el curiosamente tenía pendientes y no podía ir.

Entonces no había sido escogida al azar, definitivamente debía de haber una razon. ¿Pero cual? Esa era la gran pregunta. ¿Porque un chico como el elegiría a Amber con una razon particular? ¿Estaría enamorado? ¿Habría sido amor a primera vista? Era imposible. Nadie quería la rubia, y la rubia no quería a nadie. Su particular carácter ahuyentaba a todos los pretendientes. Incluso un chico una vez, hace unos años atrás, había sido transferido de escuela porque ella lo molestaba. Sólo puedo recordar una de las tantas atrocidades que le habia hecho. Yo estaba solo comiendo un sándwich en el patio, y ella salio del gimnasio arrastrándolo violentamente por la oreja. Era mucho más alta y robusta que el. Lo tiro al suelo de un empujón y comenzó a darle puñetazos en el estomago. El mio se encogió y tuve que limitarme a tirar el sándwich. Quería ayudar, pero era igual de pequeño que el chico, temía ser apaleado de la misma manera. Al final, le quito sus anteojos, los tiro al suelo, los pisoteo, y escupió primero sobre ellos para después hacerlo sobre el. Cuando se fue corri inmediatamente directo hacia el pobre para auxiliarlo. Nunca lo había visto sin lentes, así que cuando lo vi directo a los ojos me encontré maravillado por lo bonitos que eran. Me quedé hablando un rato con él para tranquilizarlo, y para mi sorpresa fue terriblemente amable. Pensé que después de esa paliza estaría enojado o avergonzado, pero estaba equivocado. Creo que fue entonces cuando me di cuenta de que los chicos también podían ser lindos.

Fue transferido al día siguiente de nuestra alegre charla, así que no volví a verlo. Me dijieron que su padre lo envió a un colegio militar. Con el entrenamiento de esos lugares debía de tener ahora un físico excepcional. Pero para mi con esos ojos le bastaba, no necesitaba más.

Se llamaba Ken, pero me había dicho ese día que siempre le hubiese gustado llamarse Kentin.

Kentin...

Mi estomago se revolvió al darme cuenta de todo. Una bola nauseabunda de alimentos procesados subió por mi garganta.

No pude llegar al baño, así que vomite sobre las sábanas.

.Al Lado De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora