Ｎｏｔｈｉｎｇ - 𝘕𝘦𝘸𝘵𝘮𝘢𝘴

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Voy a tratar de concluir en este capítulo, solo porque no me gustan los números impares. JAHDJSJSJ

🧷 Ｌｏｖｅ?

Seis días exactamente habían transcurrido desde que el pelinegro y el cenizo volvieron a ser ellos mismos, las peleas o discusiones dejaron de hacer presencia, todos estaban tranquilos y felices, incluso podían dejar la casa sola con ambos chicos adentro con la confianza de que solo iban a comer o dormir.

Esta noche, Aris jaló a Newt, diciéndole a Thomas que lo necesitaban urgentemente, que era necesario, así que sin problema él lo dejó ir, tampoco era como si tuviera que pedir permiso, pero el menor se sintió con la obligación de pedirlo.

Cuando ambos estuvieron solos, el rubio más chiquito, lo llevó al mismo huerto de la vez pasada, ahí se encontraban Minho, Gally (que por cierto, ya sabía sobre los recuerdos de Newt) y Brenda.

- ¿Ya tienes la manera de decirle? - Gally se acercó rápido, tomándolo del brazo para apurar su caminar.

- No, de hecho venía hablando con Aris de eso, ¿tienen ideas? - Brenda asintió enseguida, mirando a Minho, quien sabía como reaccionaría Thomas.

Pues al ocultarle eso durante casi tres meses lo haría enojar, aunque también se sorprendería, pero solo un poco.

- Haz como que te vuelves a desmayar, pero en sus brazos y cuando abras los ojos le dices así, mira. "Thommy? Mis recuerdos…" - Dijo el asiático cayendo en los brazos de Gally, quien lo miró confundido, haciendo que Newt riera y no lo pudiera tomar en serio.

- No ya, ¿cómo le digo? - Miró a Brenda, quien también miraba lo de Minho con una expresión difícil de decifrar.

- Ahorita que solo están ustedes dos deberías jalarlo, o incluso en su habitación, comienzas leve y ya después le sueltas la sopa. - A todos les pareció buena idea.

- O podrías hacer eso. - Minho señaló a Brenda y sonrió, Aris soltó una risa y miró al rubio más alto.

- Córrele, ¿qué esperas? - Lo empujó, sin dejarlo pensar, el de sonrisa de gato asintió enseguida y corrió hasta la casa, o bueno, cojeó.

Cuando se paró en la puerta, miró hacia su izquierda, en donde los chicos le dieron su apoyo. Pero, cuando vieron como se acercaban Jorge y Sartén, corrieron a jalarlos para contarles después, indicándole a Newt que entrara.

Al hacerlo, lo hizo muy tranquilo, encontrando rápidamente a Thomas en la cocina, bebiendo agua. El pelinegro se acercó rápidamente a él con una sonrisa, el cenizo hizo lo mismo y curveó sus labios en la sonrisa más linda que el de nariz linda pudo haber visto. Era una sonrisa tan dulce que lo enamoró más, abrazándolo sin dejarlo hablar.

¿Acaso nadie iba a dejar hablar a Newt esa noche?

El rubio claramente se sonrojó por la manera en la que Thomas lo abrazó, su cintura estaba muy bien sujetada y el rostro del chico se enterró en su cuello, haciendo titubear al mayor.

Esas acciones, Thomas las había tomado como hábito cada que se encontraban solos, lo cual ponía nervioso por completo al chico contrario, su rostro siempre ardía y sus manos temblaban luego de cada interacción así. Incluso hubieron veces que ambos se quedaban en la habitación del otro y el menor nunca desaprovechó para hacer que el rubio se sentara en sus piernas, sin saber que eso lo hacía ponerse nervioso, pues resulta que le gustaba.