Insuficiente

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Los antecesores se acercaron casi al instante a los hermanos, por obvias razones. Las mujeres solo bajaron la mirada intentando pasar desapercibidas.

–¿Crees que esté en problemas?– preguntó Daisy.

–¿Luigi? Sin duda alguna– respondió para después notar como la menor tragaba saliva –No tienes por que preocuparte, no le van a hacer nada- apretó su mano.

No dudaba de sus palabras, después de todo, ella sabía perfectamente sobre quién terminaba cayendo la presión y consecuencias de cada error.

Miró de reojo a Mario, este ya estaba siendo regañado por su padre.

–Chicas– se acercó la segunda Peach a ellas.

Soltaron sus manos.

–Majestad– se inclinaron.

–Me alegra verlas bien– les sonrió –¿Ustedes saben algo sobre lo que pasó hoy?

–No– mintieron.

–Daisy, eres su novia, es tu responsabilidad saberlo– la miró.

–Luigi ha estado muy estresado este semestre, eso es todo– masculló.

–¿Y tú no has hecho nada para remediarlo?

–Lo he intentado.

–Ya veo– forzó una sonrisa –Peach, preciosa, te ves bellísima con ese vestido– dirigió su atención a la rubia –¿Es un nuevo diseño?

–Lindo ¿No?

–Totalmente– acarició su cabello –Iremos a comer. Nos acompañan ¿Cierto?

–Claro– respondió.

–¡Suena bien!– sonrió Daisy.

Aprovechó ese momento para ir junto a Luigi; su rostro estaba totalmente pálido y sus manos no dejaban de jugar entre ellas.

–¿Te sientes bien?– le susurró.

–Siento que voy a morir– confesó el chico.

–Para eso tendrán que pasar por mí primero–acarició su mejilla.

Peach notó esto; no entendió bien qué fue esa ansiedad que sintió cuando los vio juntos. Le sorprendió lo buena actriz que Daisy terminó siendo, pues en su cabeza no le cabía la idea de que ella aún siguiera amándolo después de todo lo que la había hecho pasar.

Entonces ella fue hacia Mario, su novio no estaba en mejor estado que Luigi. Su cabeza estaba baja y sus manos estaban hechas un puño mientras temblaban.

La chica lo tomó por los hombros y lo apretó un poco; este solo la miró y forzó una sonrisa.

Caminaron hasta el comedor donde Luigi siguió discutiendo con Miyamoto y sus padres.

Esas peleas ya eran insoportables para Peach. Todos los días, sin excepción, tenía que escuchar mínimo a una persona cuestionar su rol en el juego y si las categorías eran enserio necesarias. No podía entender como nadie se daba cuenta de que la academia había funcionado a la perfección por más de una década con este funcionamiento ¿Por qué debería cambiar ahora?

El futuro de cada alumno sería brillante siempre y cuando cada uno se aferrara a seguir su destino.

Después de la comida, regresaron a la sala de simulación para poder terminar de grabar. El ambiente era mucho más pesado que antes.

La rebelión de Luigi acabaría con el juego tarde o temprano. Eso solo significaba que ella y Daisy tendrían que regresar a Highcrown, o peor, enfrentarse a una realidad para la que nunca fueron entrenadas.

Proyecto Peaisy 🌸Fungwarry Tales🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora