Hagamos un Trato

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Daisy evitó a toda costa encontrarse con Peach la mañana siguiente.

No estaba segura de si la rubia recordaba lo que había pasado la noche anterior, pero ella lo hacía y eso ya era más que suficiente para hacerla sentir incómoda.

Se asomó a la cafetería y soltó un suspiro de alivio al ver que no había rastro de ella.

–¿Estás bien?– la tomó alguien por los hombros.

La chica dio un salto y se volteó.

–Mario– sonrió nerviosa –Emm, claro que estoy bien ¿Por qué no lo estaría?– miró el suelo.

El chico le sonrió con dulzura –Te pasa algo, te ves nerviosa.

–Tuve un sueño raro y ya– mintió.

–Ok– se encogió de hombros –¿También vienes a desayunar? Compartamos mesa– empezó a caminar.

La chica lo seguía con unos cuantos pasos de diferencia.

–Las damas primero– habló Mario cuando llegaron a la fila.

–Gracias– murmuró Daisy.

Después de ordenar, fue a sentarse y esperó a su compañero.

Cuando este llegó, le acercó un pequeño dulce de leche.

–¿Y esto?– lo miró.

–Te ves triste. Anda, tómalo, lo compré para ti ¿Es de los que te gustan, no?

–Gracias– esbozó una ligera sonrisa –Lo necesitaba.

–¿Qué clase de cuñado sería si no cuido a la novia de mi hermanito?

La chica no pudo evitar formar una mueca.

–Cierto– susurró.

Mario la miró confundido –Seguimos siéndolo ¿Cierto?

–¿Qué?

–Cuñados.

–Oh sí– forzó una sonrisa.

Ablandó su rostro –Ya entendí qué está pasando.

–¿¡Cómo!?– se sonrojó.

–Tú y Luigi pelearon.

–Ah eso– suspiró –Estamos bien, no te preocupes.

–Dais, no quiero entrometerme de más, pero la verdad es que los he visto algo distanciados últimamente.

–Bueno, Lu necesita algo más de independencia y está buscando un camino más personal. No veo lo malo.

–Que eso no es parte del juego.

–Mario, todo va a estar bien. No te preocupes, enserio– lo miró –Emm ¿Tú y Peach que tal?

–Grandioso ¿De qué otra manera podría ser?– sonrió.

–Cierto– lo imitó con una sonrisa nerviosa para después empezar a comer.

–La relación de mi hermano con Bowser...

–Es amistosa– respondió con rapidez.

–Emm sí, eso no lo cuestiono– hizo una mueca –¿Tú sabes cómo pasó?

–Pues pasó y ya– bajó la mirada –Ni yo estoy segura, solo sé que un día le tenía miedo y al otro parecía ser su amigo más personal.

–Ya veo– mordió su labio inferior.

La chica tragó saliva –¿Tú y Peach qué tal?

Mario arqueó una ceja –Genial ¿De qué otra manera podría ser?

Proyecto Peaisy 🌸Fungwarry Tales🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora