Cuestión de cinco minutos.

Desesperación

—Buen trabajo chicos, hasta acá el ensayo—. Anunció Leslie, tras revisar la hora en su reloj una vez más. Como era de esperar, Isabelle le mataría por llegar tarde a la cena, otra vez.
—Les veré mañana temprano no olviden traer sus mejores galas—. Les exhortó guiñando y tomando sus maletín para salir disparado tras bambalinas.

Al instante, el escenario fue llenado de las voces de los alumnos que charlaban entre sí con entusiasmo mientras se aseguraban de afinar y guardar bien sus instrumentos. La última presentación del año -la primera para muchos- tendría lugar en la noche del 31 en el conservatorio junto con una exposición de fuegos artificiales para recibir el año nuevo, todo decidido por el voto popular de la junta de vecinos. Era un tradición muy importante para los habitantes de neverland. Cada fin de año se reunían y compartían una última actividad como comunidad.  Por elección predilecta Leslie se encargaba de la presentación artística y queriendo involucrar más su nuevo -ya viejo- vecino Yuggo le encargaron la pirotecnia.

Desde que Rat tenia memoria, participaba se estás y otras actividades del conservatorio. Cuando quiso aprender a tocar el violín y luego el piano Leslie propuso ser miembro activo Bellas artes a cambio de sus lecciones gratis, claro que el pequeñín de 6 años no imagino que tendría que arrastrar esa promesa hasta sus casi 18 años.

En un inicio dado todas las actividades y compromisos de la escuela Ray creyó estar a salvo de la presentación, pero al día siguiente, después de navidad, Leslie le arrastró hasta el conservatorio y le dijo que sería su violín principal en la prentacion -navidad y algo- Con obviedad le aclaró que no podía entrarle en el musical con menos de una semana de ensayo, pero este se excusó a sabiendas de los 6 años de experiencia de Ray tocado en la misma presentación.
No teniendo nada para reprochar, en la última semana Ray había sido llevado todos los
al conservatorio para ensayar.
Tampoco es que se quejara mucho, al fin de cuentas el violín era un amigo fiel a quien le había estado fallando, también gracias a los agotadores ensayos mantenía su mente ocupada de pensamientos intrusivos, que empezaban con la letra E y terminaban en mma.
"Eres hermoso" sintió su rostro calentarse al recordar aquellas palabras y la tisa con la que afinaba su violín se resbaló entre sus manos.

—¿Que pasa Ray? ¿Nervioso? —preguntó Don mientras le tendía la tisa de regreso.
Sosteniéndola Ray le murmuro un ligero agradecimiento y la devolvió a su empaque para guardar su violín.
—Sabes, es una pena que ya no formes parte del conservatorio. Todos creíamos que eras un genio del violín, que era tu pasión ¿sabes? —expresó, tomado asiento lado de Natt que practicaba en el piano—. Aun así me alegro que sigas participando las presentaciones de fin de año.

Toco algunas teclas al azar creando una melodía pegajosa y divertida.
Ray esbozó una sonrisa haciendo memoria de años atrás cuando pasaba horas el conservatorio practicando sus piezas, junto a la orquesta, en ese entonces era especialmente cercano a Don y Natt, quienes a pesar de ser muy enérgicos y extrovertidos para el resultaba muy agradable como compañeros, tenían un talento induable con el piano y Ray debía aceptar que en ocaciones este le habían ayudado mucho, cuando empezó aprender piano.

—Si, yo también estoy feliz de regresar —les dijo, sostenido su maleta, para salir tras Leslie.

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Fuera del horario de ensayos era inevitable que su mente se viera totalmente opacada por Emma. No la había visto en toda la semana y si era honesto la extrañaba muchísimo, extrañaba su risa, sus tonterías, su bromas, su linda sonrisa, sus labios apretados cuando se enojaba, sus labios sobre los suyos...

Apretó sus ojos con frustración, sabía que no debía pensar en ello, pero sino podía hacer nada para evitarlo, la constante imagen de Emma está allí presente, una y otra vez.