Me imagino a Ana quien está sentada en una barca con tambores sonando y unos remos gigantes. Ella es infeliz y tiene las manos lastimadas, hacen que trabaje hasta que se desmaya y cae al suelo. A comparación de ella yo estoy en problemas por mi egoísmo e hipocridad, pero esto es peor, es como si tuviera dos rocas gigantes atadas a mi cuello, desearía nunca haber nacido, la culpa es tan grande que no puedo caminar y no dejo de escuchar voces en mi cabeza diciendo que es mi culpa y que por más que desee que no lo hubiera hecho aún así lo hice.
De repente aparece Norman, lo veo a través del cristal pero el no nota mi presencia, con un bisturí se hace pequeñas cortadas en su abdomen, no entiendo porque lo hace pero siento vibras de ambición y mala suerte, de seguro las cosas no deben estar saliendo como el quiere. Me pregunto que me hará si se entera de lo que pasó, será que me va a alimentar con rocas? Preferiría estar encerrado por un mes en una casa del terror llena de cadáveres descompuestos, aunque eso no me quitaría la culpa de encima y las voces que cada vez gritan más, es desesperador cuando tú conciencia regaña violentamente a tu cerebro y esto podría seguir así por años.