CAPÍTULO 16

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JORDI

Ya pasó una semana desde que me transformé, me explicaron sobre los Lykon y supe de la partida de Débora. Estoy sentado solo en el borde del bosque, al límite de la barrera que separa el mundo humano del mundo sobrenatural. Mis pensamientos constantemente giran en torno a Débora y su partida. ¿Me habrá tenido miedo? ¿Se habrá ido por qué ahora soy un monstruo?

-Sabía que te encontraría aquí. Siempre acabas en este mismo lugar. – Escucho la voz baja de Ella, mientras sus pasos se acercan a mí con cautela.

-No estoy de humor para compañía, Ella. Deberías irte. – Le digo.

No entiendo porque cada vez que la tengo cerca algo profundo y extraño hace que me una a ella. "Es nuestra mate". Escucho decir al lobo. "Tu mate". Le digo. "Yo tengo novia y esa es Débora". Le digo a mi lobo y escucho un gruñido en lo más profundo de mi mente que me provoca una punzada dolorosa en la cabeza.

-No puedo. No mientras que sigas siendo mi mate, mientras sigas resistiéndote a lo que sentimos. – Dice Ella determinada sin retroceder.

-¿Es que no lo entiendes? ¡No siento nada por ti! ¡No te conozco! No debería sentir nada por ti. Hace una semana, ni siquiera sabía que existías, y ahora... ahora es como si cada fibra de mi ser te buscara. Pero no lo quiero, ¿entiendes? No quiero esto... - Le grito enojado y resistiendo al dolor de cabeza provocado por el lobo.

Siento la mirada de Ella en mí, como si intentará comprender mi tormento. Me pongo de pie, la furia va en augmento en mi pecho, cuanto más dolor interno me provoca el lobo por estar gritándole a su mate.

-Débora... Débora me dejó. Más de cinco años juntos, y en cuento vio en lo que me he convertido, huyó. Todo lo que éramos se fue al demonio en cuestión de minutos. Y ahora tú, tú apareces de la nada... y... y el lobo dentro de mí te reclama como si fueras suya. ¡Como si fueras mía! ¿Qué clase de monstruo soy? – Le suelto todo lo que llevo dentro con desesperación.

-No eres un monstruo, Jordi. – Me dice con un tono de voz calmado, tratando me mantenerse tranquila, aunque noto que mis palabras le han dolido, esta afectada y extrañamente también me duele. – Ninguno de nosotros lo es. Lo que te pasó no fue algo que eligieras, pero tampoco puedes ignorarlo. Sabes que lo que sentimos no es algo que simplemente puedas rechazar.

-¡¿Cómo no rechazarlo?! – Le grito agarrándome el pelo, frustrado y caminando de un lado a otro. - ¡Cómo aceptar que, en un instante, todo lo que conocía y amaba desapareció, y ahora estoy aquí, deseándote a ti sin razón alguna! Ni siquiera sé quién eres realmente, y aun así, cuando estás cerca... el lobo te exige, te anhela. – Le acabo diciendo deteniendo mis pasos. Escucho como Ella da un paso hacia mí y apoya una mano en mi hombro.

-Yo tampoco lo pedí. – Susurra con una voz suave, pero firme. – No entiendo cómo funciona esto, pero no puedes negar lo que somos, lo que nos conecta. Sé que estás sufriendo por Débora, pero no puedes seguir huyendo de lo que eres ahora. Tu lobo te reclama porque eso es lo que hacemos... encontramos a nuestra otra mitad, a nuestro Mate.

Levanto mi cabeza para mirarla a los ojos transmitiendo con mi mirada el dolor intenso que guardo y la lucha contra las emociones que brotan dentro de mí.

-Ella me amaba, Ella. Me conocía antes de todo esto, antes de que... cambiara. Sin embargo, ya no soy el hombre que conoció. Y me siento... roto. Estoy atrapado entre quien era y lo que soy ahora, y no sé si pudo aceptar esta nueva parte de mí, porque no soy como tú, no soy un Lykon aunque también tenga un lobo. Algo en mí está roto, y el que te me acerques... lo complicas todo. – Le digo con un tono de voz cargado de tristeza y todo mi cuerpo temblando.

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