Esa mañana Goh, como de costumbre, se despertó primero. Había dormido muy bien -tal vez demasiado bien- en compañía de su novio.
«Novio».
Esa simple palabra de cinco letras hacía que su corazón latiera insistente y emocionado, por fin, después de mucho tiempo estando juntos en innumerables viajes y aventuras, habían llegado a ese punto.
Arceus, el Goh de hace seis meses probablemente no se lo creería si se lo dijese. Era algo impensable, al menos, en ese momento.
Ash era como un amor platónico: sabía que el sentimiento por él estaba ahí, sin embargo, nunca hizo nada para hacerle saber al otro de su sentir. Se dedicaba exclusivamente a mirarlo de lejos, aún estando cerca suyo.
Ese chico tan maravilloso, creativo, a veces imprudente, pero muchas otras valiente, ese chico...
—¿Buenos días? —preguntó confuso, para luego dejar un besito en la punta de la nariz de Goh.
—¡Oh! Buenos días —se apresuró a contestar.
—¿En qué pensabas tanto?
—¿Eh?
—Parecías bastante concentrado en... algo. No creo que sea exclusivamente en mirarme, así que ¿en qué pensabas?
Se mordió el labio inferior ante la pregunta.
«¿En qué pensaba tanto? Pues en ti, idiota. Desde que te conocí no puedo pensar en nadie más» quiso responder, pero no lo hizo.
«Tal vez es demasiado pronto para decir esas cosas... puede incomodarse» pensó.
—¿Y bien?
—En nada, solo estoy medio dormido todavía.
—No quiero irme de Hoenn —confesó con voz adormilada.
—Yo tampoco —se abrazó a Ash un poco más—. Fue... curioso, este viaje, quiero decir —dijo con la voz amortiguada por la ropa de pijama del contrario.
—Siendo sincero, sí
—Bueno, arriba. Tenemos que empacar —odiaba tener que despegarse de Ash, pero no podía permitir que ambos acabaran corriendo a toda velocidad por el aeropuerto por falta de tiempo.
—¿No podemos dormir un poquititito más? —preguntó metiendo la cabeza en el hueco entre la clavícula y el cuello del más bajo.
«Oh, santa mierda, si no se aleja de mi cuello voy a cometer una locura ahora mismo» se dijo Goh a sí mismo.
—No, no podemos —respondió nervioso e intentando alejar a Ash de él. El entrenador bufó.
—Bueno, por lo menos lo intenté —le dejó un besito chiquito en el cuello y luego se levantó.
«¿Cómo se respiraba?» se preguntó a sí.
—¿Vas a quedarte ahí tan rojo como un Charmeleon o vas a venir a empacar, Señor Puntualidad? —preguntó una vez se encontraba abajo ordenando.
—Cállate, ya voy —respondió, tirándole una de las almohadas que había en la cama.
Empacaron su ropa y objetos de higiene personal en sus respectivo equipaje y luego se sentaron en la cama.
—Bueno, nos han sobrado tres horas, ¿qué hacemos?
—Tengo una pequeña idea de lo que podríamos hacer —Goh tenía ganas de volver a hablar con Chris desde hacía varias horas. Tenía ganas de preguntarle acerca de Cian, pues habían hablado de ella por medio de mensajes de texto. El castaño ya había conseguido el dinero suficiente para pagar la atención médica para su recuperación.
ESTÁS LEYENDO
El Diario del Caos - SatoGou
FanfictionAsh encuentra el diario perdido de Goh antes de partir a una investigación en Hoenn. El diario fue utilizado por Goh para expresar cosas negativas de Ash, por culpa de la primera impresión que este le causó a Goh. Ahora, Ash ha leído el diario y ha...