𝟬𝟮𝟱

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Los meses pasaron y se había vuelto una tediosa rutina recibir siempre la misma respuesta por parte de Sana, ella no quería firmar esa carta de divorcio, habían cedido a todas sus peticiones, había demasiado a su favor, pero esa mujer simplemente no quería hacerlo.

Hasta hoy. Una cita más entre las abogadas y Sana estaba llevándose a cabo en casa de la japonesa, llevaban varios minutos ya de haber empezado nuevamente con la negociación.

Había mucho a favor de ella, Sana pensó, puesto que según las abogadas, ella se quedaría con el 100% de los bienes que alguna vez compartió con Christopher, no tendría que pagar ninguna manutención a su ex esposo y sobre todo sería libre de cargos por alguna vez haber tocado a Christopher, ella sería libre y tendría dinero, de lo contrario, si no firmaba terminaría en la cárcel por acusaciones de violencia doméstica. Esas abogadas le habían presentado pruebas del abuso que tiempo atrás había cometido contra su esposo y Sana no iba a arriesgarse, después de todo solo debía firmar y sería totalmente libre para formalizar su relación con Soobin, o al menos eso creía.

Así que después de pensarlo bien, firmó, ahora estaba libre de compromisos y sobre todo, había confiado en lo que aquellas mujeres le dijeron, a pesar de no haber un documento de por medio en el que prometían no demandarla por abuso, ella decidió confiar en su palabra, puesto que no había forma de firmar o de tan siquiera hacer un contrato para encubrir un delito, así que solo le quedaba confiar.

Su error más grande y la mejor noticia que Changbin pudo recibir esa tarde.

—Sana firmó la carta, ahora Christopher es libre —Jihyo informó a través de la línea telefónica una vez salieron de casa de Sana.

—Muy bien, empiecen la demanda —Changbin respondió con una sonrisa al saber que pronto esa mujer estaría en donde merecía pasar el resto de su vida. En la cárcel.

Y dicho esto. la llamada concluyó. Jihyo y Mina tenían mucho trabajo por hacer y Changbin por su parte debía acompañar a su Christopher a una de sus últimas citas del seguimiento de su embarazo, pues el menor, había entrado a su tercer trimestre de embarazo y muy pronto tendrían una fecha para la cesárea que traería al mundo a su pequeña hija.

Pasaron un par de minutos, Christopher estaba listo para salir de casa y Changbin se encontraba esperándolo en la sala de estar mientras jugaba con sus dedos, estaba emocionado por darle la noticia de que su esposa finalmente había firmado el divorcio.

—Estoy listo —el menor llegó hasta Changbin sosteniendo su vientre rellenito.

—Hay una gran noticia que quiero darte —Changbin se levantó del sofá, acariciando los hombros de Christopher y este lo miró con curiosidad, invitándole a seguir—. Sana firmó el divorcio —Changbin soltó con emoción.

—¡¿Qué?! —el menor no podía creerlo.

—Eres libre, pequeño —Changbin le abrazó, y ambos sonrieron en grande al sentir las pataditas del bebé, al parecer ella también
estaba emocionada.

Así que, alegres salieron del departamento de Changbin con dirección al estacionamiento en busca del auto de éste y posteriormente se dirigieron a la clínica de Chaeryeong, era algo tarde así que debían darse prisa para poder llegar a la última hora del turno de la chica.

Una vez llegaron, saludaron al secretario, quien minutos después los pasó al consultorio, y nuevamente, después de un tiempo volvían con el chequeo de su rutina de seguimiento.

Todo iba bien con aquel embarazo, una niña fuerte y Chaeryeong estaba viendo crecer el vientre de Christopher sanamente.

—Todo está excelente, Channie, lo más probable es que la próxima cita se te asigne una fecha para tu cesárea, así que si no han pensado en un nombre para su hija deberían comenzar a hacerlo —Chaeryeong animó con una sonrisa.

Y ambos chicos sonrieron ante eso, estaban ansiosos por poder finalmente conocer a su pequeña.

Un par de consejos más fueron dados por parte de la ginecóloga antes de finalmente terminar con aquella cita, y sin más, tanto Changbin como Christopher regresaron a casa dejando a Chaeryeong a solas en su consultorio.

Era hora de irse a casa para ella también, así que salió de su consultorio encontrándose con su secretario organizando el escritorio antes de finalmente terminar con su jornada laboral. Normalmente, este se iba antes que Chaeryeong debido a que la coreana se quedaba para apagar las luces y cerrar su clínica.

—Que tenga una linda noche —Taehyun se despidió con la intención de salir.

Pero antes de que esta se fuera por el pasillo, Chaeryeong tomó varias bocanadas de aire juntando la valentía suficiente para detener a su secretaria.

—Taehyun —Chaeryeong lo llamó de forma tímida saliendo a prisas de su consultorio, no sin antes haber cerrado todo.

—¿Sí? —Tae volteó.

—¿Tienes algo que hacer ahora? —la coreana preguntó jugando nerviosamente con sus dedos.

—No, solo iré a casa —el menor respondió con sinceridad y simpleza.

—¿Por qué no me acompañas a cenar? Puedes elegir el restaurante —Chaeryeong realmente esperaba a que Taehyun por fin aceptara su propuesta.

—Chaeryeong, ya te he dicho muchas veces que no soy heterosexual —este le repitió de manera tranquila.

—¿Y eso qué tiene que ver? Será solo una cena entre amigos —Chaeryeong insistió.

—Conozco tus intenciones —Tae respondió algo obvio.

—Ay vamos, puedes tomarlo solo como una reunión entre jefa y empleado.

—No hay nada que involucre el trabajo en eso —Chaeryoung comenzaba a sonreír ante la tierna insistencia de Taehyun.

—Podemos solamente hablar sobre trabajo. Alguna sugerencia que tengas para la clínica o el contrato en general.

—¿Un aumento de sueldo? —el menor tentó.
—Ey, tampoco te aproveches.

—¿Eso es un sí? —continuó molestando Tae.

—Ya basta —Chaeryeong se quejó.

—Vamos, debemos hablar sobre mi aumento de salario —Taehyun tomó la mano de Chaeryeong para guiarla hasta el estacionamiento.

—Basta, he dicho que eso no —la coreana negó dejándose llevar hasta su auto por Taehyun.

Y Tae solo rió ante las reacciones de Chaeryeong.

Mientras tanto en la casa de Changbin, ellos pensaban en un posible nombre para su hija, innumerables ideas y a la vez ninguna pasaban por la mente de ambos.

Tenían una pequeña idea de un "boceto" para el nombre, le habían llamado de esa manera a la base del nombre que habían decidido.

—Hmm, Yeon... Yeon... ¿Hyun? —Christopher propuso—. No, Yeon... —él descartó y siguió pensando.

—Yeon... ¿Hyo? ¿YeonJung? Yeon... —Changbin también propuso ideas.

—¿YeonHye? —Christopher pensó en otra posibilidad.

Y Changbin casi sintió una bombilla encender en su cabeza.

—¡YeonHee! —él propuso.

—¡Sí! —Christopher concordó—. Es muy lindo.

—Sí que lo es —Christopher sonrió.
—Parece que a ella también le gusta —el menor tocó su vientre al sentir el movimiento de su bebé.

Y Changbin rió al tocar el vientre de su Christopher, amaba esa sensación de calidez que sentía al lado de su familia.

𝗲𝘀𝘁𝗲́𝗿𝗶𝗹  ✧  𝖻𝗂𝗇𝖼𝗁𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora