Segunda vida. JACEGON

Desbordamiento de Almas

Buenaaaas, estos cortes de luz me están estresando (っ °Д °;)っ, pero bueno, estaba escuchando en el bus "Billie Eilish - Ocean Eyes" y de la nada imagine algunas escenas que no tenía pensando escribir, pero me gustó así que a leer :v 

Aegon se encontraba borracho en su habitación, el alcohol inundando su sistema después de años sin probarlo. Los sentimientos de pérdida y soledad se mezclaban con el efecto del vino, llevándolo a un estado de embriaguez en el que sus emociones estaban a flor de piel. Las risas y las palabras incoherentes se mezclaban con el silencio pesado que llenaba la habitación.

Fuera de su puerta, la familia estaba reunida, preocupada por el estado de Aegon. Rhaenyra, Daemon, sus hijas, y los hijos de la princesa y sus hermanos, se habían congregado en el pasillo, sus rostros reflejando preocupación al observar cómo Dyana llevaba y traía jarras de vino.

—Queremos verlo —dijo Rhaenyra con cautela, su voz cargada de preocupación.

Ser Arryk, que estaba cuidando la entrada, miró a la princesa con una expresión de seriedad. —Princesa, no creo que sea el mejor momento —respondió con cuidado, tratando de ser respetuoso pero firme. —El príncipe está en un estado delicado y el alcohol ha intensificado su dolor.

Rhaenyra frunció el ceño, sintiendo la urgencia de ver a su hermano. —Entiendo que el momento no sea ideal, pero es importante que estemos allí para él. No podemos dejarlo solo en este estado.

Daemon, al lado de Rhaenyra, intervino con una mirada decidida. —Deberíamos hacer un esfuerzo para hablar con él. Si no lo hacemos ahora, puede que sea aún más difícil acercarnos más tarde.

Las hijas de Daemon y los sobrinos, observando la tensa discusión, miraban a Ser Arryk con expectativa, esperando alguna señal de que podrían entrar.

Ser Arryk, viendo la determinación en los rostros de la familia, finalmente asintió con resignación. —Voy a informarle al príncipe que desean verlo, pero les pido que se preparen para una situación complicada.

La puerta se abrió lentamente, revelando a Aegon en un estado tambaleante, con las jarras de vino esparcidas por la habitación y el aroma fuerte del alcohol en el aire. Sus ojos vidriosos se levantaron al ver a su familia, una mezcla de sorpresa y desdén en su expresión.

Rhaenyra, Daemon, y el resto de la familia entraron con cuidado, sus miradas llenas de preocupación mientras intentaban acercarse a Aegon. La situación era evidente: el príncipe estaba lidiando con mucho más que la simple tristeza, y el alcohol había amplificado su tormento interno.

—Hermano... ¿cómo te encuentras? —preguntó Rhaenyra con un tono calmado, tratando de mantener la serenidad a pesar de la angustia que sentía.

Aegon, tambaleándose ligeramente, levantó la vista hacia su hermana, su expresión mezclada entre la tristeza y el resentimiento. El alcohol estaba afectando su manera de hablar y su capacidad para procesar sus emociones.

—¿Cómo quieres que me encuentre, hermana? —respondió Aegon con un tono cargado de amargura. Su voz sonaba ronca y quebrada, reflejando el impacto del vino en su estado emocional.

Rhaenyra se acercó con cuidado, intentando no alarmarlo más. —Sabemos que estás pasando por un momento difícil, Aegon. Estamos aquí para apoyarte.

Daemon, al ver el estado en el que estaba su sobrino, intervino con un tono más firme pero comprensivo. —Aegon, el alcohol no te ayudará a sanar. Deja que te ayudemos a sobrellevar esto. No tienes que hacerlo solo.