Cómo acabé siendo un Ghostbuster

La puerta

Entretanto, en las instalaciones privadas de Winston buscaban la manera de poder entrar al portal. Dana Barret les acompañaba, esta vez en presencia de su esposo, Peter, quien le parecía una idea terrible. Callie no dejaba de trabajar ayudando a los demás para buscar la forma de recuperar a sus hijos junto a su prometido.

Dana, al verla tan abrumada, le sirvió una taza de café, se lo ofreció.-Gracias —dijo, bostezando. —No has pegado ojo, ¿verdad? —Ella asiente tomando la taza dando un sorbo.

-Lo único que quiero es recuperarlos. Sé que no he sido una buena madre y me merezco sufrir esto. —

Dana meneó la cabeza —No, no lo eres Callie. Phoebe y Trevor son buenos muchachos. No he tenido el placer de conocerlos, pero tengo entendido que son magníficos en su trabajo.

Callie respiró hondo terminando su taza de café. —A decir verdad, mi padre era mejor Ghostbusters. A mí nunca me interesó este mundo hasta que me vi obligada a actuar, y hacer que todo estuviera bien. —Voltea mirando a Peter a Winston trabajando en los planos del edificio.

-Al menos sabemos que es estar poseídas por un perro del infierno —Dijo Dana haciendo reír a Callie.

-Ambas hemos pasado por lo mismo. -

-La verdad es que antes no creía en nada de esto. Sin embargo, mi vida cambió cuando Gozer entró en mi frigorífico.

-¿Lo dices en serio?-

-Sí, es largo de contar. -

Callie levantó la taza —Creo que voy a necesitar otra dosis de esto.

Peter y Winston, se acercaron hasta las chicas.

-¡Lo tenemos! —dijo Peter —Encontramos un portal que nos llevaría directo a fantasmalandia.

-Ya sabemos que el edificio es una enorme antena de diseñada, y construida para atraer y concentrar turbulencia espiritual. También era la puerta de entrada de Gozer. —Explica Winston.

-Lo que quiere decir Winston es que tenemos boletos gratis a fantasmalandia. -

-¿Significa que entraremos a allí y sacaremos a todos?-

-Así es Callie, vamos a recuperarlos —dijo convencido Zeddemore mirando la expresión de la señora Spengler.

-Vamos a rescatarlos -

Janine Melnitz apareció por la puerta jadeando —Tenemos un pequeño problema afuera.

***

Gary se sacudió el polvo de los hombros —¿Estás bien, Pheebs? —Pregunto sentándose a su lado.

-Lo estaré cuando abandonemos este lugar -

-Tienes razón. Debemos de buscar una salida. -

-Trevor debe estar en alguna parte con Ray -

Gary se asomó con cuidado en el acantilado —Eso espero —admitió mirando a la Phoebe quien frunció el ceño.

-Quería decir, que seguro que están vivos. —Quiso corregir caminando a su lado, paseando la mirada por los alrededores de aquel siniestro lugar.

***

Trevor tocó con sus dedos la pegajosa sustancia ectoplásmica que cubría los la cueva.

-Empiezo a creer que nunca saldremos de aquí con vida —dijo desesperanzado Spengler.

-Un minuto. Solo necesito hacer unos pequeños ajustes a las pistolas de protones.

-¿Crees que funcionará? -

-Eso espero, de no ser así estaremos en peligro constante -

-¡Guay! ¿Quién será el cebo? -Ray esbozó una amplia sonrisa.

-¡Genial! Quién me mandaría abrir la boca -

Momentos después, Trevor levantó la voz llamando a los fantasmas que había por el lugar; esperando, con suerte, que la idea de Ray fuese una buena.

-¡He! Estoy solo ¿Alguien para que me haga compañía? -

Stantz detectó con su medidor PKE la presencia de actividad ectoplásmica y le hizo una señal a Trevor.

-Justo a tiempo -Trevor tragó saliva mirando a lo lejos un enorme fantasma que se aproximaba en su dirección.

-Aquí estás...-Retrocede hacia atrás dos pasos apuntando con su rayo de protones.

-¡Ahora! -Ambos disparan al mismo tiempo manteniéndose en su lugar. El espectro gruñó intentando alcanzarlos.

-¡Máxima potencia! -Trevor giro, la rueda volvió a cargar su arma. Su rayo atravesó al fantasma que se desintegraba.

-¡Funciona! -Gritó mirando como se pulverizaba en partículas frente a ellos.

-Creías que no lo lograría. -

***

Phoebe se asomó al puente resbaladizo.

-Pheebs ¿No es ese Trevor? —Preguntó Gary distinguiendo a lo lejos a ambos como exterminaban al fantasma de clase diez.

- ¡He, estamos aquí! -

-¡Pheebs, Gary! —Saludó desde el otro lado a su hermana junto a su padrastro.

—Mira, son ellos. Lo hemos logrado. -

En ese momento varios fantasmas se abalanzaron con la intención de sacudir el puente.

-¡Cuidado! —Gritó con todas sus fuerzas Trevor.