Hace una semana que la familia de Trevor fueron desahuciados. Justo entonces, su madre heredó unas tierras en Summerville, Oklahoma. ¿Podría ser que no fuera una coincidencia? Tal vez todo estaba planeado de modo que descubriera su vínculo con los...
Me quedé mirando a Peter quien estaba dispuesto a acabar con Gozer de una vez por todas. Ray quien tenía más cerca le susurre -Algo me dice que el pasado tuvo un encuentro nada afectuoso con el Señor de Sebouillia. –Se me quedó mirando –Digamos que tiene cuentas pendientes. Transformó a su esposa en un perro del infierno. –Fruncí el ceño ante su respuesta –Entonces debe tener malas pulgas...
Ray disparó a Gozer un rayo de contención y lo mantuvo ahí sujetando su arma. Le seguí igual disparando justo al centro rodeando al dios con el rayo de protones. Todos hicimos igual pero...algo empezaba a darme mala espina, no tenía sentido que se dejara cazar tan rápidamente.
Fue entonces cuando Winston nos hizo una señal para que apagáramos los rayos. Gozer, nos había estado distrayendo mientras habría un portal que estaba absorbiendo a todos los fantasma en su interior. Aprovechó para desaparecer y entrar al portal junto a los fantasmas que se había colado dentro. -¿A dónde ha ido? –Rápidamente vimos la posibilidad de poder seguirle y entrar al portal, aunque sería demasiado arriesgado, y tampoco teníamos muchas opciones para elegir en ese momento. –¡Entremos! –Peter negó con la cabeza –Podríamos desintegrarnos totalmente. -ConfesóWinston sobre la probabilidad de que las cosas no salieran bien.
Ray sacó unos de sus inventos y analizó el portal midiendo la peligrosidad de acabar siendo desintegrados como afirma el doctor Venkman. -No lo puedo creer...- Peter miró un momento la pantalla –Por las pecas de mi madre ¿En serio? Que astuta es esa Gozer
Intercambié una mirada con mi hermana, no entendía exactamente que debíamos de hacer, ni tampoco sabíamos demasiado de atrapar a dioses –Está bien soltarlo sin anestesia. Aguantaré todo lo que me echen encima –
Sabemos la ubicación exacta de donde se encuentra Gozer. –Ray miró un momento a Peter –La estación de bomberos. Que se encuentra Nueva York
-¿La estación de bomberos? Entiendo que ella debe estar ardiendo por dentro –Mi hermana me dio un golpe en el pecho tras mi comentario sarcástico –Lo siento, pues...entremos si no hay peligro de desintegración.
Ese es mi chico, vamos a entrar –dijo Peter entusiasmado, aunque no convencido mirando al portal –Bien, entremos. Carga vuestras armas por si acaso. Y no bajéis la guardia en ningún momento. –Asentí sujetando la pistola de protones en mi mano –Listo.
Atravesamos el portal lentamente hasta acabar en la estación de bomberos. Allí observamos con la boca abierta a los fantasmas rodeando lo que parecía el edificio –Esto no pinta nada bueno Ray...-dijo Peter, mirando hacía arriba del edificio.
La gente de New York se había paralizado por completo contemplando el cielo sin estrellas. De repente, algo inesperado ocurrió. El techo de la estación de bomberos se derrumbó y se alzó Gozer con su nueva forma a la vista de todos. -Decirme que tenéis un plan.
Apreté mi arma entre mis manos esperando la señal que me indicara a atacar en cualquier momento aquella criatura enorme, cuyo aspecto familiar habíamos visto antes, pero está era de un tamaño descomunal que podría aplastarnos como a una hormiga.
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Los neoyorquinos gritaban corriendo despavoridos, se había desatado el caos en cuestión de un minuto. Los autos colisionaron uno contra otros, muchos salieron afuera rápidamente para huir corriendo calle abajo. Gozer, en su forma de perro les observaba mostrando sus enormes colmillos.
De pronto, rugió levantado su enorme monstruosa pata aplastando el auto de la policía, suerte de que no había nadie adentro en su interior. El cielo se vuelve de un rojo escarlata. -¡Adelante, lancemos a ese perro del infierno unos rayos de protones! – Gritó Peter.
Todos disparamos a la criatura que rugía furiosa moviendo su enorme cabeza de un lado a otro, dando zarpazos en el aire –Ray, no está funcionando. –Confesó Winston apagando su arma.