Slimer

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Éramos unos completos novatos, no teníamos ni idea de cómo atrapar un fantasma, pesé a ello teníamos agallas suficientes para hacer lo mejor que podíamos.

Agarré la mochila que pesaba más de lo que imaginaba realmente. Yo, al estar tan delgado, hice un esfuerzo para mantenerme en pie manteniendo el equilibrio. 

–Bien, listo. ¡Espera! –me tambalee un poco. Ya qué no estaba acostumbrado a llevar este tipo de peso en mi espalda. –vamos allá. –

Mi hermana había fabricado un horrible espantapájaros que sería nuestro supuesto fantasma, el cual había señalado con una X.

-¿No es esa la camisa de papá? –pregunté a Phoebe con el ceño fruncido. –Aja, así puedes descargar tu odio contra este espantapájaros. Imagínate que es papá. –Tragué saliva –Ya, pero no creo que sea divertido atravesar a papá con unos rayos.

Sé que no fue un buen padre. Nos abandonó, sin dejar rastro alguno de su paradero –A mi hermana no le agradaba el tema luego de que mamá se sinceró contándome la verdad, de que nos había abandonado luego de yo nacer. Así que decidí cambiarlo para concentrarme en mi propósito, atrapar al fantasma espantapájaros, que tenía frente a mí.

Pulsé el botón de mi disparador. Wow! –noté como  vibraba aquella alma letal que tenía entre mis manos. Pensé "Espero no morir desintegrado"

-Me siento como un Jedi. Que la fuerza te acompañe–

-Trevor, por favor, esto es serio... –me regañó mi hermana que se ajustó las gafas al puente de la nariz.

-Listo para desintegrar al señor espantapájaros. –Respiré profundamente levantando la pistola.

Mi hermana me dio la señal. Cerré los ojos con fuerza. Impulsado hacía atrás por la fuerza de los rayos.

-¡Listo! ...¿Lo he hecho bien? – Al abrir los ojos vi el estropicio que había provocado.

Apenas había dado al espantapájaros. –Up! –el campo de maíz estaba totalmente chamuscado.

-Creo que no ha sido buena idea hacer prácticas aquí. –

-Otra vez –dijo mi hermana con seriedad. -¿Segura? –pregunté dudando de ello. –¡Ok! Uff, vamos allá otra vez.

Me ajusté bien la mochila, estaba sudando debido a los nervios, a no hacerlo bien, y, también a no acabar destruyendo el resto del campo de maíz que quedaba intacto.

Disparé, está vez me mantuve firme con las piernas separadas apretando los dientes. Aguantando la vibración del arma todo lo que podía; finalmente, terminé, un poco mejor, al menos logré cortar el brazo.

-Somos un desastre –

Confesó mi hermana negando con la cabeza. Asentí convencido de que no éramos perfectos, y que no nacimos para esto, pero con esfuerzo todo se puede.

Luego más tarde sentados en el ecto1 esperamos al compañero de mi hermana. –Justo a tiempo - Esté vino corriendo apresurado, para decirnos que habían visto a un fantasma en la fábrica que pertenecía al señor Robinson.

-Subiros, empezaremos por ahí. ¿Traes esa cosa que tiene antenas? – pregunté a mi hermana. –Medidor PKE. Y, si, lo traigo.

También cargue las mochilas. –Asentí para agarrar el volante con las dos manos.

-El momento de la verdad. – Pisé el acelerador para dirigirnos al centro de Summerville.

Al llegar allí vimos que todo parecía desértico, no había ningún transeúnte en la calle, como si se les hubiera comido la tierra.

Cómo acabé siendo un GhostbusterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora