Los días pasaban, y la relación entre Chloe y Red se hacía cada vez más profunda. Chloe sentía que su corazón, aunque frágil, latía con una nueva fortaleza. Nunca había conocido a alguien que la entendiera tan bien y que no se sintiera intimidada por su vulnerabilidad. Red, por otro lado, parecía descubrir una nueva chispa en cada conversación y cada sonrisa de Chloe.
Un día, después de clase, Red invitó a Chloe a su casa para ver algunas de las fotografías en las que había estado trabajando. Chloe aceptó, intrigada y emocionada por conocer una faceta de Red que aún no había explorado. Cuando llegaron, Red la llevó a su cuarto, donde tenía varias fotos colgadas en la pared y otras regadas sobre su escritorio.
—Estas son algunas de mis favoritas —dijo Red, tomando una de las fotografías y mostrándosela a Chloe—. Me gusta capturar la esencia de las personas y los lugares, ese momento en que revelan quiénes son.
Chloe observó la imagen, una toma en blanco y negro de una persona sentada en el borde de una ventana, con la mirada perdida en la distancia. Había algo melancólico y a la vez esperanzador en la fotografía. Era como si Red hubiera captado algo más allá de la imagen, un sentimiento profundo que resonaba con Chloe.
—Es hermosa —murmuró Chloe, impresionada—. Eres muy talentosa.
Red sonrió y se sentó a su lado en el suelo, rodeadas de fotos y papeles. Su cercanía hizo que Chloe sintiera una ligera punzada en el pecho, una mezcla de emoción y temor.
—Gracias, Chloe. Pero aún siento que me falta algo. Me falta entender cómo plasmar lo que siento aquí dentro —dijo, señalando su pecho—. Como tú lo haces con tus pinturas.
Chloe se quedó pensativa por un momento. Sabía lo que era sentirse incompleta en el arte, como si faltara una pieza esencial.
—Tal vez solo necesitas encontrar la conexión con lo que te inspira, algo o alguien que despierte esas emociones —dijo Chloe, con una timidez que no solía mostrar.
Red la miró a los ojos, y en ese momento, el mundo pareció detenerse. Había una intensidad en la mirada de Red que hizo que el corazón de Chloe diera un salto.
—Tal vez ya lo he encontrado —murmuró Red, sin apartar la vista.
Chloe sintió que el calor subía a sus mejillas y desvió la mirada. Sabía que estaba jugando con fuego, que su corazón de cristal estaba en riesgo de romperse. Pero en ese momento, estar cerca de Red parecía valer cada riesgo.
Decidieron trabajar juntas en un proyecto artístico: combinar las pinturas de Chloe con las fotografías de Red para expresar sus sentimientos de vulnerabilidad y fortaleza. A medida que pasaban horas creando, las risas y los silencios cómplices llenaban el cuarto. Era como si el arte les permitiera comunicarse en un lenguaje propio, uno que no necesitaba palabras para expresar lo que sentían.
Al final del día, mientras miraban el primer borrador de su proyecto, Chloe sintió una paz que no había experimentado antes. Tal vez, pensó, el amor no tenía que ser doloroso. Quizás, con Red a su lado, podía aprender a amar sin romperse.
Antes de despedirse, Red la miró y tomó suavemente su mano.
—Gracias por confiar en mí, Chloe. Estar contigo me ha mostrado lo que significa sanar y entender el amor en su forma más honesta —dijo Red, su voz apenas un susurro.
Chloe asintió, sin poder evitar sonreír. Tal vez el camino que estaban recorriendo era incierto y frágil, pero con Red, se sentía valiente y fuerte, lista para enfrentar cualquier desafío.
Y así, con una promesa silenciosa en sus miradas, Chloe y Red continuaron caminando juntas hacia un futuro incierto, pero lleno de esperanza.
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Corazón de Cristal
RomanceChloe es una chica de 17 años con un secreto: su corazón literalmente está hecho de cristal. La extraña condición es tan delicada como su propia capacidad de enamorarse, y debido al riesgo de una fractura emocional, ha pasado años evitando cualquier...