Las semanas pasaron, y el vínculo entre Chloe y Red se hizo cada vez más profundo. Cada día que pasaban juntas, descubrían nuevas formas de expresar su arte y sus emociones. A pesar de la constante precaución que Chloe debía tener con su corazón de cristal, Red la hacía sentir segura, como si la entendiera de una forma que nadie más podía.
Una tarde, mientras trabajaban en el proyecto de arte que combinaba fotografías y pinturas, Red notó que Chloe estaba más callada de lo habitual. Su mirada estaba perdida en el lienzo, sus pensamientos parecían estar muy lejos.
—¿Estás bien? —preguntó Red con suavidad, acercándose a ella.
Chloe suspiró, como si llevara un peso invisible. Se giró hacia Red, mordiéndose el labio, antes de responder.
—A veces... a veces me asusta sentir tanto. Es como si hubiera partes de mí que nunca voy a poder mostrar, porque tengo miedo de que, si lo hago, todo se desmorone.
Red la miró con comprensión y tomó su mano entre las suyas.
—Chloe, no tienes que ocultarte conmigo. No tienes que tener miedo de lo que sientes. Estoy aquí, y te acepto tal como eres.
Esas palabras hicieron que Chloe sintiera una calidez que se expandía en su pecho. Se había acostumbrado a esconderse, a proteger su fragilidad detrás de una barrera de cautela. Pero con Red, esa barrera parecía desmoronarse poco a poco, y eso le asustaba, pero también le daba una nueva esperanza.
—Es solo que... siento que eres la primera persona en mucho tiempo que realmente ve quién soy, y eso me hace sentir vulnerable. —Chloe bajó la mirada, temerosa de que Red no comprendiera.
Pero Red no soltó su mano. Al contrario, se acercó aún más, mirándola con ternura.
—¿Sabes? Yo también tengo mis miedos. Mi hogar no siempre es fácil, y a veces siento que no tengo un lugar donde realmente pertenezca. Pero contigo... contigo siento que puedo ser yo misma. —Red hizo una pausa y luego, en un tono más suave, agregó—: No quiero que te sientas sola, Chloe. Quiero ser esa persona que esté a tu lado, incluso cuando te sientas vulnerable.
Chloe sintió que algo dentro de ella se rompía, pero no de la forma dolorosa que siempre había temido. Era como si el miedo que había llevado tanto tiempo comenzara a disolverse, dejando espacio para una emoción que no había experimentado en mucho tiempo: confianza.
Con un suspiro, apoyó su cabeza en el hombro de Red y cerró los ojos, sintiendo cómo el peso de sus miedos se desvanecía un poco.
—Gracias, Red. No sé cómo explicarlo, pero contigo siento que... que puedo ser frágil y fuerte al mismo tiempo.
Red sonrió y acarició suavemente el cabello de Chloe. En ese momento, ninguna de las dos necesitó decir nada más. Sabían que, aunque el camino no sería fácil, mientras se tuvieran la una a la otra, podrían enfrentar cualquier cosa.
Mientras el sol se ponía y la habitación se llenaba de una cálida luz dorada, Chloe y Red se quedaron en silencio, sabiendo que, a pesar de la fragilidad de sus corazones, habían encontrado algo que las hacía invencibles.
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Corazón de Cristal
RomanceChloe es una chica de 17 años con un secreto: su corazón literalmente está hecho de cristal. La extraña condición es tan delicada como su propia capacidad de enamorarse, y debido al riesgo de una fractura emocional, ha pasado años evitando cualquier...