Capítulo 4: Revelaciones

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Los días se convirtieron en semanas, y la conexión entre Chloe y Red creció como una planta en primavera. Cada encuentro, cada risa compartida, cada confidencia, llenaba el corazón de Chloe con una luz que nunca había sentido antes. Sin embargo, también aumentaba su miedo.

Un día, mientras estaban en el parque, Red le preguntó:

—Chloe, ¿hay algo que te gustaría contarme? Me parece que a veces te guardas cosas.

Chloe sintió que su corazón se encogía. Era verdad, había cosas que no había compartido. La idea de abrirse por completo la aterraba. Pero Red merecía la verdad. Con un profundo suspiro, Chloe decidió ser valiente.

—Hay algo que deberías saber... sobre mí. Mi corazón... está hecho de cristal —dijo, sintiendo que la confesión pesaba más que nunca.

Red frunció el ceño, confundida.

—¿Cómo que está hecho de cristal?

Chloe miró a Red a los ojos, buscando la comprensión en su mirada.

—Es una condición que tengo. Cada latido es... frágil. Si me lastimo emocionalmente, puede ser muy doloroso, y eso me hace tener miedo de acercarme a la gente. Es como si todo lo que amo pudiera romperse en un instante —explicó, sintiéndose vulnerable.

Red la miró fijamente, sin decir una palabra. La tensión llenó el aire entre ellas, pero, para sorpresa de Chloe, no sintió que Red se alejaba. En cambio, Red dio un paso más cerca.

—Chloe, gracias por confiar en mí. No quiero que tengas miedo de ser tú misma a mi lado. Estoy aquí para apoyarte —dijo Red, su voz suave y reconfortante.

Chloe sintió que las lágrimas amenazaban con brotar. Nadie había estado tan cerca de su corazón antes. Y, aunque el miedo seguía presente, en ese instante, también había un rayo de esperanza.

—¿De verdad? —preguntó Chloe, sintiéndose vulnerable y expuesta.

—Sí. Y no voy a ir a ninguna parte. Quiero que trabajemos juntas en esto, en nuestro viaje —respondió Red con una sonrisa cálida.

Chloe sintió que el peso en su corazón comenzaba a aligerarse. Tal vez, solo tal vez, había encontrado a alguien que podría entender su fragilidad y, al mismo tiempo, hacerla sentir fuerte.

Corazón de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora