Los días se convirtieron en semanas, y el invierno se instaló en la ciudad, cubriendo todo con un manto blanco. A medida que la nieve caía, Red sentía que la presión en su hogar aumentaba. Sus padres seguían resistiéndose a aceptar su verdadera identidad, aunque cada conversación se tornaba más abierta. Era un proceso doloroso, pero Red sentía que estaba avanzando.
Una tarde, mientras se preparaba para una reunión familiar, Red decidió que era hora de dar un paso más. Había estado pensando en lo que Chloe le había dicho: a veces, las personas solo necesitaban un poco de tiempo. Pero también necesitaba que su familia comprendiera que su felicidad era crucial.
Cuando se sentó a la mesa esa noche, el ambiente era tenso. Su madre estaba sirviendo la cena, y su padre parecía absorto en el periódico, pero Red no podía dejar que eso la detuviera. Era el momento de hablar.
—Papá, Mamá, quiero que hablemos sobre algo importante —comenzó Red, su voz firme.
Ambos la miraron, sorprendidos por su tono. La madre de Red dejó de servir la comida y frunció el ceño.
—¿De qué se trata, Red? —preguntó, un poco defensiva.
—De mí. De quién soy y de lo que siento —respondió Red, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.
—Ya hemos hablado de esto, hija. Creemos que estás confundida —dijo su padre, dejando el periódico a un lado.
Red respiró hondo, recogiendo valor.
—No estoy confundida. Sé que soy una chica trans y que quiero vivir mi vida como tal. Lo que siento es real, y no puedo seguir escondiéndolo. No estoy pidiendo que lo entiendan de inmediato, pero necesito que lo acepten —dijo, sintiendo que cada palabra era una declaración de guerra.
La mesa quedó en silencio, y Red pudo ver cómo sus padres intercambiaban miradas nerviosas.
—Red, solo queremos lo mejor para ti. Pero hay tantos riesgos involucrados en este tipo de vida... —comenzó su madre, tratando de suavizar su respuesta.
—No quiero vivir con miedo. No quiero conformarme con lo que ustedes consideran "lo mejor" para mí. Quiero ser feliz, y eso significa ser yo misma —respondió Red, su voz temblando con la emoción.
Su madre finalmente se sentó, su expresión cambiando a una de preocupación genuina.
—Hija, te amamos. No queremos que sufras. Solo... no sabemos cómo manejar esto. Es nuevo para nosotros —dijo su madre, con los ojos llenos de lágrimas.
—Sé que no es fácil, pero no puedo cambiar quién soy. Quiero que intenten comprenderme, que se acerquen a mí en lugar de alejarse —insistió Red, sintiendo cómo la tristeza se apoderaba de ella.
Finalmente, su padre suspiró, mirando a su hija con una mezcla de preocupación y amor.
—Está bien. Daremos un paso a la vez. No prometemos que será fácil, pero estamos dispuestos a intentarlo —dijo, y Red sintió que una carga se levantaba de sus hombros.
Mientras la cena continuaba, hubo momentos incómodos, pero también hubo sonrisas tímidas y risas. Por primera vez en mucho tiempo, Red sintió que podía ser ella misma, al menos un poco.
Más tarde esa noche, Red se sentó en su cama y sacó su teléfono. Sentía que había logrado un pequeño triunfo en su hogar, y no podía esperar para compartirlo con Chloe. Con manos temblorosas, le envió un mensaje.
Red: "Chloe, acabo de hablar con mis padres sobre mi identidad. No fue fácil, pero creo que están empezando a entender. 😊"
En pocos minutos, el teléfono vibró.
Chloe: "¡Eso es increíble! Estoy tan orgullosa de ti. ¿Cómo te sientes? 💖"
Red sonrió mientras leía el mensaje. Era un alivio saber que tenía a alguien que la apoyaba.
Red: "Aliviada, pero también un poco asustada. No sé cómo será todo esto en el futuro."
Chloe: "Un paso a la vez. Recuerda que estoy contigo en esto. Siempre. ¿Te gustaría salir mañana a tomar un café? ☕️"
Red: "Me encantaría. Necesito hablar de esto más contigo."
La noche pasó rápidamente mientras Red reflexionaba sobre el día. Había sido un pequeño paso, pero era uno que la acercaba a vivir su verdad. La mañana siguiente, se levantó con una renovada sensación de esperanza.
Cuando se encontró con Chloe en la cafetería, ambas se sumergieron en una conversación llena de risas y anécdotas. Red compartió su experiencia de la noche anterior, y Chloe la escuchó con atención.
—Me alegra que hayas dado ese paso. A veces, la aceptación lleva tiempo, pero estoy aquí para ayudarte en cada etapa —dijo Chloe, tomando la mano de Red.
Las horas pasaron volando, y Red se sintió más ligera que nunca. Había algo mágico en poder hablar con alguien que entendía y apoyaba su camino.
Mientras caminaban de regreso, la nieve crujía bajo sus pies, y Red sintió que el frío no podía penetrar el calor que la rodeaba. Sabía que su camino no sería fácil, pero con Chloe a su lado, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara.
Las primeras llamadas hacia una vida auténtica ya se habían hecho, y aunque aún quedaba un largo camino por recorrer, Red estaba decidida a no rendirse. Su viaje apenas comenzaba.
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Corazón de Cristal
RomanceChloe es una chica de 17 años con un secreto: su corazón literalmente está hecho de cristal. La extraña condición es tan delicada como su propia capacidad de enamorarse, y debido al riesgo de una fractura emocional, ha pasado años evitando cualquier...